• ¡PRIMER PUESTO EN LOS TIME AWARDS 2018!
Una joven psicoanalista es acusada de asesinar a la esposa de un antiguo paciente. Se le imputa una pena de veinte años por homicidio en la prisión estatal, donde deberá aprender a cruzar la linea del bien...
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Un problema detrás de otro. Una preocupación se iba y volvía una nueva, para mantenerme en vela. Ahora al parecer Giovanni estaba recibiendo amenazas por ser mi abogado, me preocupaba la situación, pero me alegraba más que al parecer no le había dado tanta importancia. Aunque fue por esa razón, que quiso ir en el coche oficial el día de la reconstrucción del crimen. De todas formas... ¿Quién se iba a atrever a enviarles amenazas a un abogado? Ya rozaba un poco la estupidez. Y si Christopher tenía razón, y yo era una víctima de West no dudaba su estúpida idea, porque sinceramente esa mujer no parecía tener todas las luces.
Caminé hasta la biblioteca en busca del libro, aún no había podido ir en un principio por la revisión y luego por la visita de Giovanni. Estaba deseosa de saber qué diablos le sucedía a Christopher, estaba claro que algo le estaba afectando. Entré a la biblioteca y saludé a la mujer que colaboraba allí porque ya la conocía de verla tan seguido, aunque generalmente dormía como un oso polar encima del escritorio. Me dirigí al estante que tanto conocía y me senté tomando nuestra versión de Romeo y Julieta.
Me llevé la decepción de que el papel era demasiado pequeño como para explicarme realmente lo que le estaba sucediendo, de toda formas no me sorprendía, Christopher era un hombre de pocas palabras en cuanto a sus sentimientos, aunque a veces se lo veía luchar mentalmente contra su hermetismo, no dejaba de ser un hombre cerrado.
Desdoblé el pequeño papel y me encontré con su letra de color azul: "El miserable de mi padre apareció nuevamente luego de quince años."
¡¿Qué?!
¡Simplemente eso me escribió!
¿El padre lo había abandonado y ahora apareció? ¿Cómo es que me deja con tantas dudas? ¡Santos cielos! ¿Quince años? Era apenas un adolescente...
Más allá de todo, por como había descrito al padre, estaba claro que lejos estaba de agradarle la idea de que hubiera aparecido. Sabía que Brown había sido como un padre para él, pero no pensaba que fue porque, básicamente, no había tenido uno.
Me quedé pensativa un momento, sentada en el suelo y recordé la conversación por móvil que escuché del inspector. "Lo quiero lejos de él" ¿Será que estaba hablando del padre de Christopher? ¿Qué tan malo fue para no querer que se le acerque? ¡Oh santos cielos! ¿Christopher había sido un niño maltratado? Sabía que su vida no había sido fácil... él siempre me lo demostraba de una manera u otra, pero... ¿Qué tan complicada fue?
Un millón de preguntas rondaban en mi cabeza y fui a tomar un papel del estante de la biblioteca para colocar una nota dentro del libro:
"Gracias por contarme, pero no me puedes dejar así... sé más abierto conmigo. Estoy contigo pase lo que pase, te quiero."
Me quedé leyendo un par de hojas del libro, pero sumida en mis pensamientos y dudas hacia la historia de Christopher; cuando me dí cuenta que me faltaba unos minutos para tener que ver a Eric, maldije en voz baja levantándome.
