Capítulo 28.

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La noche se hizo malditamente larga

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La noche se hizo malditamente larga. Había dormido de lado frente a la pared, para evitar contacto visual con el pasillo y no tener que ver a Christopher.

La memoria seguía conmigo, pero ahora se encontraba debajo de mi almohada, la llevaría encima luego de colaboración, porque cualquier momento que tuviera en donde se me diera la oportunidad, me metería nuevamente en el despacho de la directora para cumplir con el plan que había sido frustrado el día anterior. Por ahora, rogaba que mientras esté en enfermería no revisaran la celda.

En mi mente aún rondaban las imágenes y los sonidos desagradables de Coleman y West, no podía creer que estos dos eran amantes. Aunque, sí sabía y tenía claro que entre ellos había confianza... una relación distinta a los que tienen los demás funcionarios entre sí. Habían sido varias veces las que me topé con los dos hablando, incluso se habían puesto a discutir frente a mí. 

No sabía qué pensar acerca de Eric Coleman, no podía descifrarlo y me frustraba no saber sí realmente era un hombre de confiar. Las relaciones personales hablan mucho de nosotros mismos, y teniendo en cuenta que es amante de aquella mujer... en cierto punto confirmaba lo que Christopher me había dicho de él... no es para nada lo que a mí me parecía. Y esto significa que tengo que andar con cuidado delante de este hombre.

No me quedaba de otra que seguir teniendo contacto con él ya que pronto tenía colaboración y ya me tenía que levantar, si fuera realmente mi decisión preferiría estar alejada de este hombre lo más posible. 

Por otro lado Hope estaba muy parlanchina el día de hoy, no obstante mi humor no era el mejor. Tampoco la rubia decía cosas fascinantes e interesantes como para estar atenta a su conversación, simplemente charlaba de asuntos al azar y mi mente divagaba entre lo de Coleman y West, junto con la cercanía y el tacto de Christopher. 

El desayuno, como bien había confirmado Hope estaba mejor que otras veces, la fruta se encontraba en perfecto estado al igual que el yogurt y yo ya estaba con ansias de que llegue el almuerzo. 

El médico en el hospital me advirtió que estaba cinco kilogramos por debajo de mi peso normal y a pesar que siempre había sido delgada, se me notaba demasiado y no me gustaba, no era un cuerpo sano, que es es lo más importante. Esa, fue una de las causas por las que caí inconsciente, junto con mis defensas por el suelo, que no me dieron la fuerza para mantenerme estable, como sí lo hizo Hope por ejemplo. En el caso de Nora, había ingerido tanta cantidad de microorganismos tóxicos que su sobrepeso, no hizo más que empeorar el asunto.

  —  ¡Joder es tan apuesto! —  escuché que habló a mi lado —  Es elegante, educado... ¡Es todo un caballero!  

Rodé los ojos al escucharla, por supuesto tenía claro de quién hablaba.

La chicas se rieron mirando mi gesto. Un día antes de que nos dieran el alta médica, mi padre nuevamente fue a visitarme al hospital y mi compañera estaba despierta... No hace falta conocerla demasiado, para imaginarse lo que pasó en la habitación.

• Código de Ética - (Finalizada)Where stories live. Discover now