Capítulo 29.

4.3K 415 54
                                    

Qué difícil es encontrar las palabras para describir un sentimiento que se siente tan profundo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Qué difícil es encontrar las palabras para describir un sentimiento que se siente tan profundo. Supongo que es así, porque todos somos diferentes y cada uno, en un mismo instante, tiene distintas sensaciones, lo cual agradezco porque sino el mundo sería muy aburrido y demasiado simple.

Si tengo que describir lo que estaba sintiendo en este momento físicamente, por ejemplo empezaría por el corazón, que ahora me funcionaba a mil por hora. Luego puedo decir que mis piernas son una gelatina. En mi cerebro, estaba ocurriendo en este instante una tormenta química... dopamina, oxitocina, serotonina; pero todo esto es solamente palabrerío bonito. Realmente lo que estaba sintiendo en el pecho, eso profundo de lo que hablo, no tiene explicación.

Hacía dos meses que me encontraba aquí encerrada, y cuando estás viviendo un momento tan miserable como ha sido este último tiempo para mí, lo que más necesitas es apoyo y cariño... lo contradictorio de todo esto es que, en este último tiempo, fue lo que menos sentí. Pero, pensándolo bien no es de ahora... Vivía sola, sin pareja y estaba sumida en una rutina que me sabía de memoria, básicamente vivía para mi trabajo. No tenía con quién pasar la noche, mi única amiga vivía en Italia, no tenía a quién abrazar cuando llegaba a mi apartamento y el último amor que había sentido por alguien, había terminado en desprecio absoluto.

Y es increíble cómo algo tan sencillo como un beso, pueda hacer que te olvides de todo y transportarte desde el auténtico infierno al mismísimo paraíso, en tan solo un par de segundos. En mi basta experiencia tengo claro que no todos los besos son iguales. Éste vale por todas las lágrimas, por todo el sacrificio, por todo el dolor, por cada gota de esperanza, por toda la espera y el deseo.

Este se puede poner en la categoría de beso memorable, ya que eran de esos que uno recuerda porque contradictoriamente a su nombre, te hacen olvidar de todo.

Christopher me rodeaban el rostro con sus grandes manos mientras me besaba con sus carnosos labios despojándose de toda frustración. Cálido, lento y letal... movía su boca en sintonía mientras yo le permitía el paso a su lengua para que acariciara la mía, de la misma forma que lo hacía con sus labios.

En el momento que nuestras lenguas se rozaron, una de sus manos bajó a mi cadera y me acercó más a él. Teníamos esa sensación de querer estar más cerca, pese a que pareciera algo espacialmente imposible.

Su aroma a colonia era malditamente embriagador y me estaba generando ya una auténtica adicción. Una adicción que estaba en el punto más alto, en el momento que sus dientes tomaron mi labio inferior, mordiéndome suavemente, para después seguir besándome como lo estaba haciendo.

Muy a mi pesar me separé levemente para coger aire y apoyé mi cabeza en la pared, sin abrir los ojos.

—Sácame las esposas, por favor — susurré y abrí mis ojos para mirarlo — Necesito tocarte...

Su pecho subía y bajaba, sus labios ya de por sí carnosos estaban hinchados y yo no quería más que seguir dejándoselos así.

Él se acercó y sin darme la vuelta, con una calidad admirable me las quitó y sin esperar un segundo más, enredé mis manos en su cabello y lo besé nuevamente. Lo tomé por sorpresa, pero no tardó en recomponerse y colocar sus manos en mi espalda baja.

• Código de Ética - (Finalizada)Where stories live. Discover now