• ¡PRIMER PUESTO EN LOS TIME AWARDS 2018!
Una joven psicoanalista es acusada de asesinar a la esposa de un antiguo paciente. Se le imputa una pena de veinte años por homicidio en la prisión estatal, donde deberá aprender a cruzar la linea del bien...
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La celda estaba tal cual la habíamos dejado, el lugar estaba extrañamente ordenado sí pensábamos que Hope y Bonnie eran las únicas que estuvieron en este lugar unos cuantos días. Agradecí el intento de mantenerlo pulcro, con el fin de que no me generara un ataque de nervios cuando volviera, afortunadamente ya me iban conociendo. No obstante, las guirlandas seguían colgadas, pero ahora el cartel de bienvenida que le habíamos hecho a Bonnie, nos saludaba a nosotras.
Hope que por cierto, estaba recostada en mi cama, clavó los ojos en mí con una sonrisa al verme entrar a la celda y luego miró a Nora elogiándola con un silbido.
— ¡Hasta pareces más delgada y tal! — expresó la rubia mirando a la mujer que daba media vuelta para mostrar su cuerpo que seguía igual.
Mi compañera abrió los brazos, me apretó fuerte a ella y luego unió a Nora al abrazo grupal de la celda quince.
— Me asustaron tanto... — dijo y yo me separé para observarla con una sonrisa.
Una tímida Bonnie apareció por detrás sonriendo o haciendo una mueca parecido a ello.
— ¡¿Qué diablos te has hecho en esa cabeza?! — preguntó Nora atónita.
La hermosa cabellera larguísima de Bonnie había desaparecido.
Ella levantó los hombros avergonzada y Hope la miró seria negando con la cabeza molesta.
— La han castigado... — explicó y yo fruncí el ceño — Intentamos mejorarlo, pero me temo que con una tijera para niños no ha funcionado mucho.
— Espera... ¿Cómo que te castigaron? — pregunté aterrorizada — ¿Quién?
— West — respondió Bonnie — Descubrió que me metí en su despacho y me ató a una silla en lavandería y me cortó el pelo a mechones.
— ¡Qué hija de puta! — expresó Nora
Estuve unos instantes sin poder creer lo que escuchaba... cómo diablos era posible que una directora que se supone que también tiene el trabajo de velar por nosotros, castigara de esa forma... Sin embargo, luego que pasó mi sorpresa momentánea, me di cuenta que fui una estúpida al asombrarme... ¡Joder! Aquella mujer me tenía aquí dentro encerrada, sabiendo que era inocente e incomunicándome sin razón aparente. Era una mujer incapaz de actuar de manera profesional y por supuesto era corrupta. De seguro ha conseguido ese puesto por esa misma razón.
— Lo siento Bonnie — susurré acariciándole el brazo.
— Me lo merezco — dijo levantando los hombros.
— ¡No digas eso! Nos ayudaste a todas entrando al despacho y llamando a la prensa, la verdad — sonreí — ¡Eres una genio!
Ella negó con la cabeza y luego besó mi mejilla.
— ¿Algo nuevo que nos hayamos perdido? — preguntó Nora sentándose en su cama.
— Han traído buena comida... el yogurt del desayuno y de la merienda no está vencido y ahora podemos elegir si queremos uno de fresa o de durazno, por otro lado la carne que nos dieron hoy no estaba tan dura como otras veces, que parecía que estuviéramos masticando los glúteos de acero del agente Miller — mi boca se abrió hasta al suelo al escucharla — Aunque serían sabrosos... — comentó distraída.
