Capítulo 51.

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Camino lentamente y con mi mirada buscó el rastro de Isabella, pero no la veo ni por el módulo ni en su celda

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Camino lentamente y con mi mirada buscó el rastro de Isabella, pero no la veo ni por el módulo ni en su celda. En el patio tampoco estaba, por lo tanto me dispongo a esperarla, suponiendo que se encuentra con Melody en la biblioteca.

Llegué al correccional con tremendas ganas de estar con ella, hoy había sido un día de auténtica mierda. Acabo de terminar de hablar con Brown, el hijo de puta que dice ser mi padre está detenido gracias a mí, que lo lleve a rastros a la puerta del cementerio, mientras esperaba que Brown llegara con los patrulleros. Mis colegas me felicitaban por haber encontrado a un delincuente tan buscado, sin saber que estaba llevando detenido a mi padre biológico. No sabía aún qué pensar y sentir al respecto, por un lado me sentía aliviado... sabía que estaría en prisión desde ahora en más y que no iba a molestarme jamás. Por otro lado, tenía una sensación extraña en el pecho, había metido preso a mi padre y seguía estando inconforme con su final.

Por esa razón necesitaba a Isabella, pese a que su vida estaba envuelta en problemas, ella me daba la paz que nunca tuve y me ayudaba a reflexionar. Algo totalmente contradictorio a lo que en realidad debería ser con su caótica vida.

— ¿Viniste en la motocicleta? — me pregunta Anderson a mi lado — ¡Se viene una terrible tormenta!

Negué con la cabeza, había llegado en un coche policial.

— ¡Yo vine en bicicleta! Ahora mañana tendré que tomarme el autobús — me dijo — No sabes cuanto lo odio, siempre hay algún adolescente que intenta molestarme y provocarme por el uniforme.

Niego con la cabeza y lo miró con diversión.

— Eso te pasa por ser demasiado bueno Jacob — le digo y él me mira atento — Debes de asustarlos, hazles creer que los vas a detener y se le terminan las bromas. ¡Ya lo verás!

Mi compañero comienza a decirme algún comentario, seguramente estando en desacuerdo con mi idea, pero un grito desgarrador nos hace mirar al frente a ambos. ¡Por favor! ¿Quién gritó así?

Nora corría hacia nosotros ensangrentada y no parando de llorar. ¿Qué rayos le sucede para estar de esa forma?

No paraba de gritar y de inmediato sentí que mi pulso se aceleró...

¡¿Dónde está Bella?! 

La mujer llora a los gritos llamando la atención de todos, y cuando llega hacia mí me toma de los brazos. Estaba temblando y no para de llorar un segundo.

— ¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! — le pregunté mirándola y tomándola de los hombros.

¡Maldita sea! ¡Que no tenga nada que ver con Bella! Isabella tiene que estar bien.

— Tranquilízate, respira — le pide Jacob — ¿Qué sucede Rodríguez?

Traga saliva y clava sus ojos en mí. En su mejilla hay un hilo de sangre que corre, pero su informe estaba todo manchado. ¡Joder!

• Código de Ética - (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora