I Want To Tell You (George Harrison)

34.

CAPITULO 34
Narrador

-¿Y como te fue?- le preguntó Mick durante el desayuno.

-¿Donde?- preguntó confundida mientras comía su avena. 

-En el trabajo. 

Con todo lo que había sucedido ayer se le había olvidado que había ido a trabajar. 

-Bien, de hecho que requiere de nuevo mis servicios como fotógrafa- se le ocurrió eso de inmediato se dió cuenta que era la perfecta excusa- lo hice tan bien que toda la semana que viene voy estar ocupada. 

-¿En serio?

-Si. 

-En realidad, no tienes que trabajar ¿lo sabes, verdad? Yo puedo darte todo lo que deseas y más, no tienes que sentirte obligada, linda.- le dijo este mientras tomaba su mano libre sobre la mesa. 

-Lo sé pero lo hago más por que quiero que por el dinero, me gusta lo que hago.- dijo mientras apartaba su mano se acomodaba un mechón de cabello.

-Si te gusta tanto, creo que puedes volver  con nosotros en vez de tener que trabajar con desconocidos, ya no estas embarazada y has adquirido mucha experiencia con The Beatles, no creo que haya ningún problema. 

-Creo que es mejor que no separemos un poco, tener nuestro espacio, ya nos vemos practicamente todos los días. 

-¿Sigues enojada conmigo?- preguntó timidamente desde que se había enterado lo de Marianne la ojiverde no lo había perdonado, aunque esa mañana parecía más dispuesta a hablar que todo el mes anterior. 

-No, ya no, ya sé me pasó.

-¿Entonces me has perdonado?- preguntó con una sonrisa de esperanza en el rostro.

-Si. 

"Te perdonó si tú me perdonas a mi" pensó aunque solo pudo sonreír de nuevo. 

Esté soltó un grito de alivio se puso de pie rapidamente y abrazó a la castaña haciendo que este tirara la cuchara de avena que estaba a punto de comer a la ropa.

-¡Mick!- se quejó al ver su blusa manchada.

-Se que siempre te digo esto pero esta vez lo cumpliré, te prometo que seré mejor esposo para ti, y no te volveré a descepcionar, gracias por la segunda oportunidad, querida. 

-No es la segunda- aclaró en voz baja aunque este no lo escuchó y luego en voz alta dijo- Haremos que esto funcione. 

-Te amo, Angie.

-Y yo a ti. 

.... 

Angie se encontraba en el parque esperando a George a pesar de que habían cerrado casi un pacto aquella vez que se vieron después de que regresará de sus vacaciones en realidad se habían visto un par de veces y simplemente se habían sentado a hablar como si fueran viejos amigos, eso de que fuera famoso hacía que verse en secreto fuera algo más difícil.

Pero ese parque estaba bastante bien, casi nunca había personas, tenía bastantes arboles y arbustos, y estaba oscureciendo, además que se había puesto unas gafas de sol y un pañuelo en la cabeza para que no la reconcieran a simple vista.

George se acercaba hacía ella y sin pleno aviso la besó a mitad del parque ella tuvo que usar todo su autocontrol para separse de él.

Cuando se separaron Angie volteó alarmada para todos lados lo bueno es que parecía que el resto de las pocas personas que habían muy enfrascadas en lo suyo.

-¿Estás loco? ¿Porque me besas a mitad del parque? alguien pudo vernos.

-Con eso pañuelo tienes bastante estilo de viejita.- se rió.