30.

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CAPITULO 30.
Angie

George seguía profundamente dormido a mi lado, yo me incorporé nerviosa, tapandome con la sábana. No podía sentirme más culpable había arruinado todo, había roto mis votos de fidelidad a mi esposo e incluso había sido lo suficicentemente egoísta para olvidar que tenía una familia. 

Pero tampoco podía negar lo mucho que me había gustado todo aquello, casi parecía que me había devuelto algún tipo de energía o ánimo que hace meses que ya no sentía, y eso solo era mil veces peor.

Bueno aunque exactamente en ese momento tampoco lo sentía porque me dolía la cabeza de una manera espectacular, tenía la garganta demasiado seca, sin hacer ruido busqué mis cosas, recogí mi vestido me lo puse rápidamente y tome un sueter que estaba arrugado que parecía ser de Ringo y también me lo puse encima.

Salí la habitación silenciosamente fui a buscar agua, en la sala me encontré a los chicos dormidos en el suelo. Mientras me servía un vaso de agua vi que Ringo se levantaba.

-¿Angie? ¿Qué haces aquí?- dijo mientras se tallaba los ojos.- ¿No volviste a tu habitación?

-No, al parecer me quedé dormida y tengo un dolor de cabeza horrible.- murmuré mientras tomaba agua.

-Yo también, no recuerdo muy bien anoche creo que casi nos terminamos todo del bar ¡Hey despierten!

Tomó un zapato del suelo y se lo lanzó a Paul, luego se acercó a una ventana y abrió la cortina donde la luz le dio directo a ellos. Paul y John se despertaron con un quejido.

-¡Mejor mantenme! Mierda, como me duele la cabeza- susurró John intetando cubrirse de la luz con las manos- cierren esa cortina, oh, sigues aquí Angie.

-Me quedé dormida, creo que todos bebimos demasiado apenas si recuerdo algo ¿Ustedes que recuerdan anoche?- pregunté intentando no parecer nerviosa, quería saber que era exactamente lo que habían visto y recordaban. 

-Estabamos jugando al monopoly ¿Por cierto quién ganó? - preguntó Paul.

Genial, si no recordaban lo de la apuesta y quien había ganado de seguro olvidarían lo del beso y probablemente no sabrían de lo normal, con un hilo de voz solté:

-George.

Como si lo hubiera invocado él aludido entró que aunque también parecía traer una resaca parecía el menos afectado de todos, sus ojos se pozaron en mi y me miró con una sonrisa de labios cerrados auqnue su mirada me decía que había recordado lo de anoche,

Como si lo hubiera invocado él aludido entró que aunque también parecía traer una resaca parecía el menos afectado de todos, sus ojos se pozaron en mi y me miró con una sonrisa de labios cerrados auqnue su mirada me decía que había recordado lo de...

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Yo miré a hacía otro lado sonrojada ¿Cómo podía mirarme así despues de lo que paso anoche? En cambio sentía yo sentía bastante culpa para mirarlo por mucho tiempo. 

-¿Cómo durmieron?- preguntó con un envidente buen humor.

-No recuerdo cuando me quedé dormido, al parecer fuiste el único que amaneciste en una habitación.- comentó Paul.

I Want To Tell You (George Harrison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora