THE CHOICE 》 CLINT BARTON

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[DESPEDIDAS Y RE-ENCUENTROS]
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E N E R O

Los meses habían pasado.

Habían sido meses difíciles. Meses de descubrimientos, meses de árduo trabajo.

Había descubierto que, cuando copiaba poderes, no solo adquiría la habilidad mutante en sí, sino también una ínfima parte de la forma de ser del individuo en cuestión.

Una ínfima parte no es nada, podría pensar uno ; pero yo estaba llena de ínfimas partes de personas que no eran yo.

Era exasperante.
Todas y cada una de ellas luchaban en mi interior por salir afuera, por ser la dominante, la que se manifestase.

Era como tener un transtorno de personalidad. Estaba perfectamente bien, feliz en un momento, y al segundo siguiente, algo pasaba y mi mundo interior estallaba.
Un sube-y-baja de emociones que costaba sobrellevar.

Lo aguantaba lo mejor que podía y, finalmente, había conseguido controlarlo.

Había ocasiones en que estallaba. Pero eso solo pasaba cuando Logan me sacaba de quicio, y parecía esforzarse por hacerlo muy a menudo. Creo que en realidad solo quería ponerme a prueba. Entrenarme para resistir las situaciones estresantes que se me presentaran.

Mi relación con Neón y Logan había avanzado rápidamente.
No era difícil cogerle cariño a dos personas que te habían sacado del infierno. Y que además, eran geniales.

Neón se había convertido en mi mejor amigo.
"Eso no significa nada " me había dicho entre risas "soy el único que tienes".

Eso era cierto.
Pero era algo que no sabría explicar. Aunque conociera a miles de personas más, él lo seguiría siendo. Habíamos compartido historia, dolor, sufrimiento. Una experiencia traumática. Había sido mi héroe. Y en los últimos meses también habíamos compartido risas, bromas, y momentos. Pasara lo que pasara, lo querría siempre.

Neón me había ayudado a manejar los portales a un nivel inimaginable. Ahora era tan buena como él. Podía crearlos en cualquier momento, y hacia cualquier lugar.

Con la ayuda de Logan, había ido desarrollando mis otras habilidades también.

En eso no podían ayudarme de manera concreta. No eran mutaciones que ellos poseyeran, algunas ni siquiera las habían visto antes, pero según Logan, todo era motivo de concentración.

Y aunque el mutante sabía como sacarme de quicio, también sabía cómo hacer que me concentrara.

Sabía cuando presionar y cuando no.
Sabía muchas cosas que yo ignoraba.

Mi admiración por él crecía cuanto más tiempo pasaba a su lado. Un ejemplo a seguir.

Escuché al antiguo x-men salir de la cabaña.

Otro descubrimiento había sido que algunos de mis poderes iniciales, como era la superaudición o la fuerza, habían desaparecido.

Logan sostenía que mi cuerpo asimilaba las mutaciones a las que les daba más uso, y poco a poco las demás desaparecían para dejar hueco a otras nuevas.

Howlett tomó asiento delante de mi.

- Hola, Enero.

Asentí con una pequeña sonrisa.

- ¿ Y Neón ? - pregunté.

Logan se encogió de hombros.

- Ha ido a buscar algo.