30

2.1K 187 11
                                    


[CONVERSACIONES
DE AVIÓN]
________


C L I N T

En cuánto cerré las puertas de la avioneta una sensación de malestar me abrumó.

No quería cerrar esas puertas. Quería volver a abrirlas y quedarme en tierra.
Con ella. Siempre.

Miré por la diminuta ventana, aferrado a la silla con las manos tensas, viendo cómo Enero se hacía un punto cada vez más pequeño en el helipuerto de la Torre.

Esto era nuevo para mi.
Sí, había estado enamorado de Barbara Morse hacía un tiempo. Incluso de Wanda.
Pero comparándolo con esto, aquello no había sido nada. Una aventura, un paso más allá de una amistad entre compañeros.

Pero Enero... Enero me volvía loco. Tanto cuando estaba con ella como si no. Tanto cuando me sacaba de quicio como cuando me miraba como si no hubiera nada más bonito en el mundo que el color de mis ojos.

No entendía aún cómo es que sentía esa necesidad de verla, hablar con ella y tocarla constantemente.

Era toda una suerte que me correspondiera. Sino, estaría verdaderamente jodido.

- Me alegra que lo hayais solucionado.

Dejé de mirar por la ventana y sonreí levemente en dirección a Steve.

Al principio, cuando me uní al equipo, Rogers y yo habíamos tenido nuestros roces.
Yo no estaba acostumbrado a obedecer a una figura de autoridad por encima de lo que yo pensaba - aunque lo mío era por mi pasado, no por un ego enorme como el de Tony - pero con el tiempo llegué a respetar al Capitán como un mentor y un amigo.

Él no se creía superior a ninguno de nosotros, no alardeaba, no se jactaba. Simplemente mantenía el orden, y se aseguraba que todo saliera como se había planeado. En la medida de lo posible, claro.

Steve Rogers era una buena persona. Quizás la mejor que hubiera conocido.

- Gracias, Steve. La verdad es que no pensaba esperar mucho tiempo más antes de presionarla para que me escuchara - confesé con una pequeña sonrisa ladeada.

Romanoff rodó los ojos.

Se hacía raro estar aquí hablando, sin estar ocupado conduciendo en la cabina.

- Sois igual de impulsivos - recriminó - Enero y tú. Sois iguales.

- Tú tampoco es que seas precisamente la reina de la paciencia, Nat - contesté alzando una ceja.

Ella clavó su mirada en mi, sus ojos chispeando. Me limité a sonreír ampliamente y seguí con lo mío.

Steve soltó unas risas por lo bajo, divertido.

Nadie contradecía ni desafiaba a Natasha Romanoff, y que yo lo hiciera y ella no se vengara era divertido.

Nat era mi mejor amiga, uno de los pilares fundamentales en mi vida.
De la misma forma, yo era uno de los suyos. Probablemente una de las pocas personas que verdaderamente le importara.

Nat decidió dejar pasar mi comentarió y se volvió hacia Steve.

- No nos ha informado de la misión hacia la que vamos, Capitán Rogers. ¿En qué nos estamos metiendo ?

Steve se irguió en su asiento y la seriedad volvió a su rostro.

- Fury nos ha pedido que ayudemos en la evacuación de un laboratorio - explicó - Al parecer un grupo terrorista está dando bastantes problemas.

Natasha frunció el ceño extrañada.

- ¿ Y nos llaman a nosotros para eso ?

Steve asintió encogiéndose de hombros.

- Al parecer han robado una sustancia muy importante. Según me dijo el director, de dicha sustancia se extrae el principio que usa la policía para arrestrar a los mutantes que cometen delitos. Fury dice que se avecina una guerra.

Steve me lanzó una intensa mirada.

Apreté los puños con fuerza. Había sido ZERO, estaba seguro. Esos hijos de puta habían robado el material para inutilizar a los mutantes que quisieran volverse contra ellos. Mutantes como Enero.

Natasha nos miró de reojo.

- ¿ Y dónde está ese laboratorio ?

Steve miró a la pelirroja un par de segundos antes de contestar.

- En el norte de Rusia. Sé que no te hace mucha gracia, Nat, pero Nick pensó que nos vendría bien a alguien que conociera el terreno.

Deslicé la mirada por la escena hasta la ventana, observando las nubes con la mandíbula tensa.

Presentía que este iba a ser un viaje muy largo.


THE CHOICE 》 CLINT BARTONWhere stories live. Discover now