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[VUELTA A CASA]
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C L I N T

Mi cabeza rebotaba repetidamente sobre mi hombro.

La misión se había alargado hasta casi nueve días, y estaba verdaderamente exhausto.

Los zumbidos de las aspas de la avioneta apenas eran registrados por mis oídos, todo parecía lejano y perdido.

Una mano se posó sobre mi brazo y lo zarandeó.

Hice un gesto de molestia.
Estaba magullado de arriba a abajo. Para mi mala suerte una buena puntería no había sido suficiente en esta misión, y me había visto obligado a luchar cuerpo a cuerpo en más de una ocasión. También estaba entrenado y capacitado para eso, por supuesto, pero implicaba mancharse más las manos. Y llevarse más golpes.

Después de horas y horas saltando entre ruinas y humo, estaba hecho un desastre.

Los ojos me picaban, aún teniéndolos cerrados, y me sentía sucio, tiznados de negro y polvo rodeándome aquí y allá.

- Vamos a aterrizar- anunció el piloto, y los tres asentimos como pudimos.

Natasha y Steve tampoco estaban mucho mejor que yo ; el capitán se sujetaba el estómago en un gesto de dolor, y Natasha había subido al transporte cojeando. Aún así, por muy destrozados que nos sintiéramos, ninguno se había quejado en voz alta.

Un pequeño movimiento anunció que estábamos de nuevo en tierra.

Abrí los ojos parpadeando varias veces.

Rogers ya se había levantado, y abría las compuertas con algo de esfuerzo.

- Arriba, Nat, hemos llegado - avisé, moviéndola suavemente.

Natasha despegó la cabeza de mi hombro y asintió antes de levantarse lentamente y salir al helipuerto de la torre.

No perdí el tiempo y los seguí hacia el interior.

Natasha y Steve fueron directos a sus respectivas habitaciones despidiéndose a duras penas, deseando poder descansar al fin.

Yo también lo esperaba con ansias, pero necesitaba hacer algo antes.

Arrastré los pies hacia el salón de la torre y entré observando el panorama a mi alrededor.

Wanda, Tony, Pepper y Enero estaban tirados por el sofá, vestidos de fiesta y con pinta de haber trasnochado mucho.

Stark dirigió la vista hacia mi, analizándome rápidamente.

- Estás hecho un asco, Legolas- soltó sin más.

Estaba tan cansado, y los había echado a todos tanto de menos que hasta los comentarios de Tony me agradaban. Así que sonreí.

La frase de Stark hizo que las otras tres personas se giraran para mirar de qué estaba hablando.

Los ojos de Enero escanearon la habitación hasta dar conmigo, clavándose en los míos.

THE CHOICE 》 CLINT BARTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora