EPÍLOGO

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NARRADOR EXTERNO
(medio año después)
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Clint se levantó con la voz de Jumper gritando al otro lado de la cabaña.

Acostumbrado a ello -convivía con un montón de mutantes con las hormonas revolucionadas- salió tranquilamente de la casa y bajó los dos peldaños de escaleras con un salto.

Se llevó la mano al pelo tratando de acomodarlo un poco, dando un primer bostezo.

Cerró los ojos unos segundos, el sol calentando su rostro.

El bosque del Amazonas le regalaba un millón de sonidos relajantes de la naturaleza, interrumpidos de vez en cuando por las voces de sus amigos Vengadores y los nuevos mutantes.

Recorrió el campamento improvisado con la mirada, preguntándose dónde estaría ella.

Sin prisas, llegó al claro y lo analizó rápidamente con sus ojos curiosos.

Dos figuras jugaban en el centro del claro, una creando pequeñas llamas de fuego y otra apagándolas con ráfagas de agua.

Se acercó a la primera figura, mirándola con todo el amor que sentía por ella.

La expresión de la chica se iluminó al verle. Su sonrisa era dulce, sincera, llena de paz. Y sin embargo, sus ojos conservaban el brillo, la intensidad y el desafío de la primera vez que la vió.

La chica le saludó con un suave beso sobre sus labios.

- Hola, pajarito - saludó el vengador, revolviendo el pelo del chiquillo rubio que Enero sostenía entre sus brazos.

El pequeño sonrió alegremente, estirando sus brazos hacia el recién llegado.
Clint lo tomó enseguida.

- Ten cuidado - bromeó la mutante - Su hidroquinesis avanza a pasos más grandes que los suyos.

El arquero sonrió ampliamente, mirando al niño de ojos azul claro.

Aquel niño les había escogido, mucho antes de que ellos le eligieran a él.

Siete meses antes, había sido liberado de ZERO junto al resto de mutantes que ahora vivían junto a ellos.

Y desde que Clint lo había cogido entre sus brazos para ayudarle, el niño había tomado la decisión de no soltarlo nunca.

En cierta forma para Enero y Clint aquel pequeño rubio, Aqua, era como su propio hijo.

- Te quiero - le dijo a la chica de ojos verdes, besándola con lentitud.

Aqua hizo un pequeño mohín y lanzó una diminuta bola de agua contra el arquero, demandando su atención.
Definitivamente,

Enero rió abiertamente, besando las mejillas de los dos hombres de su nueva vida.

- Y yo a ti - sonrió.


THE END

THE CHOICE 》 CLINT BARTONWhere stories live. Discover now