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[LA FLECHA
QUE CONSUMIÓ
A LA LLAMA]
______

E N E R O

Estaba orgullosa, muy orgullosa.

Lo había logrado, había creado un portal hacia una sala donde no había estado nunca antes.

El control de mis poderes iba en aumento, y yo, por lo tanto, también.

Le sonreí a Clint y cerré los ojos, lista para crear un nuevo portal que nos llevaría de vuelta a la Torre.

Y entonces, mientras movía mis manos, un disparo rompió el silencio y un cuerpo cayó al suelo.

Me quedé paralizada, el portal deshaciéndose ante mis manos.

- ¡ Clint ! - grité, a pesar de que se hallaba apenas a un metro de mi.

Los ojos de Clint se movían inquietos hacia todos lados, probablemente preguntándose qué demonios había pasado.

Clint se pasó una de sus manos por el abdomen y la vió llena de sangre.

- ¿ Puedes levantarte ? - pregunté, pero Clint parecía estar en otra parte y no aquí conmigo.

Solté un grito cuando un montón de balas comenzaron a impactar en las rocas de mi alrededor, incluso deshaciendo en cachos aquella tras la que nos ocultábamos.

No lo dudé un segundo y me lancé encima del arquero, protegiendo su cuerpo con el mío.

Grité ante la sensación de las balas atravesando mi piel. Sabía que no me matarían, pero el dolor no lo quitaba nadie.

Apreté los dientes y me concentré en crear el portal.

Un par de lágrimas se acumulaban en las esquinas de mis ojos.

Yo solo rezaba por no desmayarme por el dolor.

Finalmente, el portal apareció entero a un lado del suelo, e incluso algunas balas de los soldados pasaron a través de él.

Agarré a Clint.

Era ahora o moriríamos aquí ambos.

Hice rodar nuestros cuerpos y caímos en el portal, aterrizando encima de la mesa de cristal del salón de la Torre Stark.

No perdí un segundo, y me incorporé acercándome a mi compañero, sin importar que los trozos de cristal se encajaran en mis manos y mis rodillas.

Los demás llegaron enseguida, alertados por el estruendo, y nos miraron estupefactos.

- Pero qué... - susurró Tony.

Yo, por mi parte, los ignoré a todos.

- Clint - lo llamé, sus ojos cerrándose - Clint, mírame.

Las lágrimas comenzaron a salir de mi sin control, y no hice nada por detenerlas.

- Clint, Clint, Clint - lo llamé repetidas veces, sacudiéndolo con las manos y llorando encima de él- No te atrevas a dejarme tirada.

Los ojos del arquero se cerraron finalmente, y sentí los pasos lentos de los Vengadores acercándose a nosotros.

- Clint - supliqué, mi voz se rompió - por favor... por favor, Clint, por favor, no me dejes...

Rompí a llorar de nuevo, echada sobre él y abrazando su cuerpo.

Me llegaban sonidos lejanos de la habitación, Tony llamando a gritos a Banner, Steve tratando de hacer que me apartara de Clint y Nat sollozando silenciosamente a mi lado.

Bruce llegó corriendo en aquel momento, con una camilla y un montón de cosas de médicos.

Steve posó una mano suavemente en mi hombro, señal de que era hora de levantarse.

Observé cómo se lo llevaban y después miré fijamente al Capitán.

Me puse en pie, sin preocuparme por limpiar las lágrimas que corrían furiosamente por mis mejillas, sorbiéndome la nariz.

- Cualquiera pensaría que la llama consumiría a la flecha. Pero de alguna manera, fue la flecha quien acabó consumiendo la llama.

THE CHOICE 》 CLINT BARTONWhere stories live. Discover now