33

1.9K 183 0
                                    


[UN VIAJE
DE REGALO]
_________


E N E R O

Desperté a Clint con un par de besos sobre su espalda.

Él se dió la vuelta para quedar cara a cara y rodeó mi cintura con sus brazos.

- Buenos días - saludó con los ojos entrecerrados, todavía dormido.

Me encantaba verle así, relajado y con el pelo revuelto.

- Llevas durmiendo todo el día, Robin Hood.

Clint sonrió levemente con los ojos cerrados, y me abrazó con suavidad.

Coloqué mis brazos sobre su cuerpo y me apoyé en ellos, observando su rostro.

- Bueno, no tenemos que ir a ningun sitio, ¿ no ?

El arquero abrió finalmente los ojos y se incorporó un poco, apoyándose contra la pared detrás de la cama. Sus ojos azules oscuros me miraban atentamente, y supe que ya estaba plenamente despierto por la forma en que me miraba y analizaba todo a su alrededor.

- En realidad tenía pensado llevarte a un lugar - respondí mirándole de la misma forma.

Clint hizo un pequeño puchero y acarició "distraídamente" mi brazo de arriba a bajo.

- ¿ Y no podemos quedarnos aquí ? - preguntó con voz suave.

Intuí por su sonrisa a dónde quería llegar y solté una pequeña carcajada.

- ¿ Nunca te cansas ? - sonreí ampliamente.

Clint me agarró e hizo que giráramos sobre la cama, repartiendo parte de su peso sobre sus antebrazos y acercando su rostro al mío.

- De ti nunca - respondió en un susurro.

Los labios de Clint se juntaron con los míos. Era una suerte que estuviera tumbada, porque estaba segura de que de haber estado de pie mis piernas habrían cedido. Era increíble lo que aquel hombre era capaz de provocar en mi interior con solo besarme o pasear sus dedos sobre mi piel.

- Pensaba regalarte un viajecito al Amazonas - dije de forma casual mientras los labios del arquero se deslizaban por mi cuello - Pero está bien.

Clint se separó bruscamente, mirándome a los ojos sorprendido.

- ¿Al Amazonas ?

Asentí brevemente.

- Quiero ver a mis amigos, los echo de menos. Me gustaría que vinieras conmigo - respondí con sinceridad.

Clint me sonrió ampliamente, y yo le imité. Tiempo atrás decirle eso me habría costado horrores, pero ya me había acostumbrado a todo de él y no había nadie en quien confiara más. Sabía que Clint no me rompería el corazón por todas las veces que me había dicho que no sabía lo que haría si yo rompiera el suyo.

- Me encantaría - aceptó con una sonrisa, incorporándose - Voy a pedirle permiso a Fury.

Reí ante su entusiasmo y lo detuve, poniéndome en pie.

- No hace falta, ya he ido yo a verle esta mañana cuando desperté.

- ¿ Y qué dijo ?

- Me contó que estaban avanzando en el asunto de ZERO y que pronto tendrían la localización de su nueva base. Y que tanto tú como Steve y Nat necesitábais un descanso antes de una nueva misión.

- Y le dijiste tranquilamente que ibas a llevar a tu novio, que resulta ser uno de los vengadores, a un lugar perdido del Amazonas.

El tono divertido de Clint me hizo reír.

- Más o menos - sonreí.

- ¿ Se lo has dicho a los demás ?

- No - respondí, vistiéndome rápidamente y lanzándole a Clint su ropa - Rogers y Romanoff deben de estar durmiendo todavía, y después de la fiesta de Tony no creo que haya nadie demasiado despierto.

- ¿ Qué tal esa fiesta ? Estabas preciosa con ese vestido, por cierto, no te lo dije.

Me sonrojé levemente y me encogí de hombros.

- Bastante bien.

- ¿ Bailaste con alguien ?

- ¿ Estás siendo celoso ? - sonreí.

Clint negó con la cabeza.

- Puedes bailar con quien quieras, no me molesta. Mientras sigas queriéndome a mi no importa.

Sonreí ante sus palabras y me acerqué para besarlo.

- Puedes ser muy dulce cuando quieres, ¿ sabes ? - sonreí ante sus labios.

Clint ladeó la cabeza y sonrió.

- Espero que Tony no me oiga nunca- bromeó.

Sonreí y até mi cabello en una cola alta, agachándome después para anudar los cordones de mis zapatos.

- Conocí a Virginia, por cierto - comenté distraídamente, terminando de alistarme.

- Virginia - sonrió Clint - Hacía tiempo que no escuchaba a alguien llamarla así, se hace raro. ¿ Vas a terminar algún día de arreglarte ?

Le lancé una mirada ceñuda e hice un gesto infantil.

- Ya he terminado - repliqué enfurruñada, y Clint sonrió levemente.

- Haz los honores, entonces.

Cerré los ojos y el portal liláceo apareció frente a mi.





THE CHOICE 》 CLINT BARTONМесто, где живут истории. Откройте их для себя