THE CHOICE 》 CLINT BARTON

15

[MIEDOS Y
ÁNIMOS]
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E N E R O

Corrí a la azotea.

Las lágrimas se escapaban de mis ojos sin mi permiso.
Eso me hizo ponerme aún más furiosa.

Retiré las lágrimas con el dorso de la mano con brusquedad. Yo no quería llorar. Odiaba llorar.

Pero no podía evitarlo. Las primeras lágrimas habían comenzado ya a salir, y no había vuelta a atrás.

Maldita sea, ¿ es que esto no iba a acabarse nunca ?

- ¿ Enero ?

La voz del Capitán me llamó a mi espalda.

- Vete, Rogers - dije sin darme ni siquiera la vuelta.

Después de lo que había pasado, me daba hasta vergüenza mirar al equipo.

Sus pasos se acercaron a mi.
Y, para mi sorpresa, sus brazos envolvieron suavemente mi cuerpo.

Ese gesto fue un detonador para mis emociones interiores. No sabía porqué, pero cuando estaba sensible, que la gente me consolara y especialmente que me abrazara hacía sacar todo de mi fuera.

- Estoy harta Steve - gimoteé.

Su brazo se movió de arriba a abajo por mi espalda.

- ¿ De qué exactamente ? - preguntó con suavidad.

No sabía qué tenía Steve Rogers, pero sus acciones y sus palabras no me hacían enfadar nunca.

Steve era correcto, educado, bueno.

Me recordaba un poco a Logan, aunque obviamente, Logan tenía mucha más personalidad... y garras, en todos los sentidos.

En cualquier caso, Steve me hacía sentir tranquila.

- De esto, de todo esto - respondí aflojando el abrazo, y haciendo una floritura en el aire.

- ¿De tus propias emociones ?

Lo miré a los ojos.

- Entre otras cosas. Creo que... creo que guardar tanto poder dentro de mi me está afectando.

Steve asintió con la cabeza, pensativo.

- Quisiera saber qué decirte, pero no sé nada sobre poderes mutantes. Quizás una visita a uno de tus amigos con los que viviste te ayude a solucionar las cosas...

Asentí, eso era una buena idea. Estaba llena de estrés, y yo necesitaba relajarme. La idea de volver al Amazonas o a Santorini me golpeó con fuerza.

- ¿ Qué más ?

Miré al capitán, confundida.

- Estás mal, yo estoy aquí para ayudarte. Dime, y déjame hacerlo.

Me mantuve en silencio un instante. Las palabras del arquero me vinieron a la mente. Decidí dejarme ayudar.

- También estoy preocupada.

- ¿ Por qué ?

- Descontrolarme... otra vez.

Mi mirada viajó al suelo, y de nuevo la ira me invadió de arriba a abajo.

Apenas una media hora antes había hecho explotar todos los cristales de la cocina, y éstos habían saltado por los aires. Algunos incluso se incrustaron en la piel de los Vengadores.

- No ha sido culpa tuya.

Mi mirada se clavó en sus ojos azules claros.

- Sí lo ha sido. Es cierto que Tony se ha pasado con sus bromas, pero yo debía haber sabido controlarme.

- Bueno, olvidemos la culpa - sugirió Steve - eso no llega a ninguna parte. El caso es que no ha pasado nada. Tú estás bien, Tony está bien, los demás estamos bien.

- ¿ Y si llega un día en que no ? ¿ Y si un día mi descontrol llega a tanto que logro haceros daño, daño de verdad ?

Mordisqueé mi mejilla interior inquieta.

- Eso no va a pasar, Enero. Mira, en cualquier momento las cosas se nos pueden ir de las manos. Ya has visto a Bruce, él puede convertirse en el otro sujeto y mandarnos a todos al hospital una larga temporada. Tony puede tener fallos en su traje, y Clint errar un tiro... Bueno supongamos, él nunca falla - una sonrisa rápida se asomó en mi rostro entonces - El caso es que cualquiera de nosotros puede cagarla. Y las consecuencias pueden ser desastrosas. Pero debemos tener confianza. Confianza en nosotros mismos, y en el resto del equipo. Yo confío en ti. ¿ Tú confías en nosotros ?

Asentí.

Las palabras de Rogers hicieron eco en mi cabeza.
Reflexioné.

Me di cuenta de que tenía razón. Y me di cuenta de que, con mi respuesta a esa pregunta, las cosas habían cambiado.

Verdaderamente confiaba en aquellas personas.

Verdaderamente confiaba en que ellos cumplirían con lo que les tocaba, y yo haría lo mismo con lo mío.

Estaba dejando un trocito de mi corazón en ellos.
Solo esperaba que, esta vez, procuraran no pisotearlo.