8

3.2K 347 84
                                    


[MIRADAS QUE MATAN]
____________


C L I N T

Bajé del helicarrier con un pequeño salto.

La suerte me había acompañado, y la misión había salido de maravilla.

Esta vez me había tocado ir solo, pero eso no había sido problema.

De hecho, disfrutaba de esas salidas en solitario de vez en cuando.

Me gustaba estar solo, mi arco y yo contra el mundo. Me hacía estar más concentrado, más relajado, más a mis anchas.

De todas formas, disfrutaba de misiones de equipo también.
Los Vengadores se habían convertido en la familia que nunca había tenido.

- Hola, Tasha - saludé al encontrármela en el interior del edificio.

Quise darle un rápido abrazo, pero ella se escabulló rápidamente.

- Estás horrible - soltó mirándome de arriba a abajo con una mueca.

Dejé escapar una suave carcajada.

- Te he echado de menos también - dije con sarcasmo fingido.

Nat curvó sus labios en una diminuta sonrisa.

- ¿ Qué has hecho ?

- Sabes que los informes de las misiones son privados, Tasha - dije cruzándome de brazos.

- Y tú sabes que me los contarás igual - dijo alzando una ceja.

Oculté una sonrisa ante su tono de seguridad y orgullo y rodé los ojos.

- Fury me pidió que investigara las desapariciones de armas de S.H.I.E.L.D de alto nivel.

Nat arrugó la nariz y me señaló.

- ¿ Y por eso estás así ?

Sabía que estaba lleno de suciedad, así que me encogí de hombros.

- Me encontré a unos amigos por el camino... Además, yo te gusto igual.

Nat soltó una pequeña risa.

- Más quisieras, Clinton.

Bufé ante eso y ella sonrió con descaro.

Nat y yo habíamos tenido nuestros roces amorosos en el pasado, pero todo eso había quedado atrás.

Yo me había ido a una base lejana de S.H.I.E.L.D, ella comenzó a sentir un repentino y extraño apego por el color verde -si saben a lo que me refiero-.

La gente pensaba que todavía quedaba algo entre nosotros, pero ese algo no era más que simple amistad.

La quería, eso no podía negarlo. Ella me había sacado del mundo donde vivía, me había enseñado un nuevo camino. La había seguido en mil y una ocasiones.
La admiraba.
Pero Nat no ocupaba mi corazón.

- Será mejor que vaya a echarme una ducha- dije, señalando el ascensor.

Ella me dejó caminar un par de pasos.

- No estaría mal, pero será más tarde.

- ¿ Más tarde ? - la miré confundido, regresando.

- Fury ha convocado una reunión. Ahora.

Suspiré y me pasé la mano por el rostro.

- Qué oportuno - ironicé cansado.

Nat se encogió de hombros y echó a andar hacia la sala de juntas. No tuve otro remedio que seguirle.

Dentro esperaban ya Tony Stark y Steve Rogers, y el doctor Banner y Fury no tardaron en llegar.

Me senté junto a Nat alrededor de la mesa de cristal negra -como casi todo en la habitación- y miré al director atentamente.

- Caballeros - comenzó con su característico tono autoritario de voz - les he convocado hoy aquí para presentarles una nueva incorporación al equipo de los Vengadores.

Con eso, hizo una seña y alguien que por lo visto se había quedado fuera entró en la habitación.

- Su nueva compañera es una mutante - prosiguió Fury, y miré a la chica con atención - posee diversas habilidades que sin duda les serán útiles en sus misiones, tales como...

- Espera, espera, espera - interrumpió Tony, tomando aire al final de ello - Espera. ¿ Ahora me vas a decir que puede crear fuego con sus manos y todas esas cosas ?

La chica no se inmutó ante su tono jactancioso. Simplemente continuó mirando a Fury y, de la nada, la planta decorativa que Banner había dejado sobre la mesa ardió en llamas.

Todas las miradas se clavaron en la chica de cabello oscuro, sorprendidas.

Menos el doctor, él seguía mirando las cenizas.

- Me gustaba esa planta - susurró Bruce casi de forma imperceptible, aunque yo lo escuché, y tuve que poner todo mi empeño en no reír.

Stark se volvió hacia la chica súbitamente interesado.

- ¿ Y qué más hay ? ¿ Telepatía, quizás ? ¿ Más elementos ? ¿ Vuelas ? ¿ Super-fuerza ? ¿ Invisibilidad ? ¿ Control mental ?

Tony revoloteó por la sala comenzando con sus teorías inacabables.

Rodé los ojos esperando que acabara y dirigí mi vista hacia la desconocida, que frunció el ceño y se llevó las manos a la cabeza como si le doliera con tanto parloteo.

Su piel era clara, como si no le hubiera dado mucho el sol, y tenía el pelo larguísimo, un poco más de la línea de su cintura. Negro, Liso.
Su rostro tenía todavía rasgos de niña, combinados con otros más adultos, afilados.

Era guapa, sin duda, aunque algo tenía de extraño.

Parecía estar incómoda allí delante, con todos observándola, y su expresión era un deje de tristeza y enfado reprimido.

- Ya basta, señor Stark -interrumpió Fury- Irán descubriendo las habilidades de Enero mientras ella los descubre a vosotros.

- ¿ Enero ? ¿ Qué pasó con los otros once meses ? - bromeé con intención de hacer que su incomodidad inicial desapareciera, y los demás vengares ocultaron una sonrisa.

Un gran chasquido retumbó en la sala, y al recorrerla con la mirada, nos dimos cuenta de que la mesa de cristal, las sillas, los vasos e incluso las gafas del doctor Banner habían reventado, haciéndose pedazos por los aires.

La chica mutante me lanzó entonces una mirada de puro odio y se largó.

Todos miramos a Fury aturdidos, preguntándole qué demonios había pasado.

Él solo nos miró unos segundos fijamente y también se fue.

- Vaya - escuché a Banner susurrar entre mi confusión - Esas gafas también me gustaban.

THE CHOICE 》 CLINT BARTONWhere stories live. Discover now