THE CHOICE 》 CLINT BARTON

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[CONFESIONES DE MADRUGADA]
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E N E R O

Me agarré a Hawkeye tras saltar al otro lado para estabilizarme.

Estábamos en la Torre Stark, finalmente... Y éramos los únicos allí.

Solté el brazo de Clint Barton. Él me miró unos segundos y se llevó la mano a la oreja. Habló por el intercomunicador.

- Steve, Tony, Tasha, ¿ me recibís ?

Agudicé el oído.
El intercomunicador daba señal, pero había interferencias.

- ¿ Oyes algo ?

Después de todo este tiempo ya estaba al tanto de las habilidades de cada compañero, y sabía que él tenía unos sentidos excepcionales.

Para mi decepción, Clint negó con la cabeza.

- No. Deben haber apagado la señal para no ser detectados en el helicarrier. El sistema de invisibilidad del que dispone no serviría de nada si en su interior se escondieran miles de señales rastreables que no se pudieran ocultar.

Asentí con nerviosismo.

Si los otros Vengadores no contestaban ahora, eso significaba pasar la noche a la espera de noticias.

Era extraño.

No eran mis amigos, y sin embargo, estaba ansiosa por saber si estaban bien.

Barton se dejó caer en el sofá más cercano del salón hacia el que había dirigido el portal.

Aunque no me hacía gracia sentarme al lado de él, estaba tan cansada que no tuve ánimos como para irme al otro lado de la sala.

Además sabía que si me ponía cómoda, acabaría durmiéndome allí mismo.

- Así que creas portales hacia cualquier lugar - comentó tras unos minutos de completo silencio.

Lo miré de reojo y asentí.

Me decidí por seguirle la conversación, pensando que así la espera se haría más corta, y con suerte, menos pesada.

- Cualquier lugar que haya visitado antes - añadí.

- ¿ Qué más sabes hacer ? 

Notaba su mirada en mi, pero yo prefería mirar a la pared. Así se hacía más fácil hablar de ello.

- Yo... - cerré los ojos y traté de organizar mis pensamientos para explicárselo de una manera sencilla y poco precisa - Mi habilidad original es el control de la naturaleza. Después... Pasó algo y adquirí la habilidad de reproducir los dones de otros mutantes.

La mirada del arquero brilló con curiosidad.

- ¿ Cualquiera ? 

- No, hay restricciones. En primer lugar, hasta ahora, solo retengo aquellas habilidades que uso con regularidad. Generalmente suelen rondar por las ocho. En segundo lugar, hay mutaciones que directamente me son imposibles de adquirir.