THE CHOICE 》 CLINT BARTON

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[MIRADAS CURIOSAS]

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C L I N T

Cuando Enero me había contado tiempo atrás que el Amazonas era un lugar mágico, nunca había imaginado que lo pareciera realmente.

Entendía porqué Enero estaba enamorada de aquel lugar, y no solo porque por fin le hubiera dado algo de tranquilidad después de tanto sufrimiento.

Los colores eran tan brillantes y los paisajes tan asombrosos que ni siquiera sabía hacia dónde mirar.

Enero había insistido en dar un paseo por sus sitios favoritos del Amazonas antes de ir a su casa, y cada cual era aún más alucinante que el anterior.

En un momento estábamos en el interior del bosque, rodeados de lianas y selva, y al siguiente nos encontrábamos en un río serpentante, una cascada escondida o un amplio lago que reflejaba el cielo azul.

- Es bonito, ¿ verdad ? - preguntó Enero, acercándose por la espalda.

Me volví hacia ella y asentí.

- Es impresionante.

- Aún tienes que ver dónde vivo - sonrió.

Crucé el portal una vez más y aparecí en otra parte del Amazonas, quizás a kilómetros de distancia real.

Este lugar era mucho más bonito que todos los anteriores que había visto, lo que era sorprendentemente posible.
Los árboles eran más altos, las hojas más verdes y los colores más vivos.

- ¿ Has tenido tú algo que ver con esto ? - pregunté, mirando hacia arriba.

- Algo - supe que sonreía - Este lugar ya era precioso de por sí, y con un poco de esfuerzo...

La planta a la que estaba mirando creció y se estiró hacia arriba a una velocidad inusual, abriendo sus hojas.

Me volví hacia Enero y sonreí.

- Eres...

El sonido de algo rozando las plantas detrás de nosotros me alarmó, y en cuestión de segundos había armado mi arco y apuntaba hacia esa dirección.

Un par de ojos curiosos se asomaron entonces entre tanto verde. Unos ojos de color azul claro chispeante.

- Perdón - sonrió de forma culpable, alzando las manos - Escuché algo y quise saber qué era.

Lo analicé minuciosamente de arriba a abajo. El chico debía tener unos dieciseis años, y dejando de lado sus ojos, parecía totalmente normal.
No creía que supusiera una amenaza, pero de todas formas, no bajé el arco. No lo conocía, y no pensaba dejarme a mi o a Enero desprotegidos.

- ¿ Quién eres ? - pregunté de forma cortante, siguiéndolo con la flecha mientras terminaba de salir de la maleza.

El chico no respondió, y en lugar de eso se quedó mirando fijamente a Enero.

Se acercó a ella un par de pasos y tensé el arco.

- No te muevas - advertí.

El desconocido se detuvo entonces, pero siguió mirando a Enero con sorpresa.

- ¿ Eres una de los nuestros ?

Enero lo miró a los ojos entonces y pareció entender algo.

- Tus ojos brillan... - señaló, sorprendida también - ¿ Vienes de ZERO ?

La expresión del chico pareció oscurecerse un instante, pero en seguida volvió a la normalidad y asintió.

- Soy del programa "LUX". Me llamo Jumper.

- ¿ Jumper ? - repetí, bajando levemente el arco.

- Sí, Jumper - contestó rápidamente, sin apartar la mirada de Enero - ¿ De qué programa eres tú ?

Enero apretó la mandíbula y supe que estaba poniendo esfuerzo en permanecer tranquila.

- "EMPATÍA" - contestó escuetamente - Sé hacer unas cuantas cosas.

El chico asintió.

- Oh, entonces eres como Abril. ¿ Qué nombre tienes tú ?

El rostro de Enero pareció sumirse en la sorpresa.

- Enero, fui la primera. ¿ Conoces a Abril ?

Jumper asintió.

- Claro, vive aquí con nosotros.
Neón nos ayudó a montarnos una vida nueva y nos trajo aquí. Logan puso un poco de resistencia por tanta gente, pero al final accedió.

Enero sonrió abiertamente y me lanzó una breve mirada de felicidad.

- ¿ Abril, Logan y Neón están aquí ?

Jumper sonrió.

- Sí, ellos y otros cuatro mutantes más. ¿ Los conoces ?

Enero asintió enérgicamente.

- Sí, de hace mucho.

El chico de ojos grises hizo un gesto y volvió a sonreír.

- Vamos a verlos, entonces.
Y tú, puedes bajar el arco, no tienes que disparar a nadie todavía.

Jumper volvió a sonreír y despareció entre los árboles.

Enero y yo nos miramos unos segundos y lo seguimos.

Aquello había sido inesperado.

- ¿ Siempre llevas el arco encima ? - preguntó ella tras un instante, soltando una risa.

Me encogí de hombros y sonreí.

- Nunca sabes cuando puedes necesitarlo.