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[EL NUEVO MUNDO]
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E N E R O

Habían pasado dos años, de los cuales, mi aventura con Abril había ocupado uno.

El viaje había comenzado en Grecia. Abril me había contado que, cuando escapó de ZERO, fue el primer lugar que le llamó la atención.

A Abril le gustaba la mitología griega. Nadie que hubiera entrado en ZERO recordaba nada de antes de allí, pero curiosamente, algunos gustos permanecían. Ese era uno de los suyos.

Abril nunca había estado en Grecia. Me dijo que había estado reuniendo dinero desde que salió, pero que un sueldo de repartidora no daba para mucho. Sumando los gastos del piso, la comida, etc se le quedaba en nada. Además no se pagaba solo el avión, sino el hotel, las comidas y los transportes una vez allí.

Sin embargo, yo no necesitaba aviones. Así que creé un portal, y esa misma noche, cenábamos un par de bocadillos con vistas a la Acrópolis.

Estuvimos allí un par de meses, adaptándonos al "nuevo mundo". Abril llevaba en aquel momento cuatro años fuera, de modo que unas veces me enseñaba ella, otras veces aprendíamos las dos.

Era algo extraño, el mundo.
Mucho ajetreo, muchas luces, muchas cosas que hacer, loco tiempo y muchas, muchas, muchas personas.
Eso era lo que me había parecido más chocante; Estar rodeada de tanta gente, todos hablando y parloteando entre sí sin problemas.

Sinceramente, era demasiado para mi. Aunque en el resto de situaciones me manejaba bastante bien, el ruido me hacía perder el control muy pronto.

Así que Abril y yo decidimos movernos de la capital a una isla del mismo país ; Santorini.

Santorini era preciosa.
Construida sobre las colinas de la isla, la puesta y la salida del sol entre aquellas casitas blancas con ocasionales cúpulas de color azul era sencillamente espectacular.
Además, y más importante, Santorini me transmitía paz. Mucha paz.

Abril se había convertido en una gran amiga. Parloteaba de todo y a todas horas, siempre risueña y dispuesta a vivir la vida.

Quizás a alguien pudiera fastidiarle una persona tan llena de vida y felicidad, pero a mi me parecía admirable.
Un milagro, sin exagerar.

El cómo conseguía Abril ser así después de lo que habíamos pasado no conseguía explicármelo.

La rubia era muy fiestera, también. Había insistido desde que llegamos a la isla en que saliera con ella, pero siempre me negué. Hasta el día de mi 18 cumpleaños.

"Cumples 18, ¡ te vuelves adulta ! Esto tenemos que celebrarlo a lo grande, es una ocasión muy importante. Por favor, no nos volveremos muy tarde, y todo saldrá bien" esas habían sido sus palabras engañosas para conseguir lo que quería. Y lo consiguió.

Ese día conocí a Aeneas.
Aeneas había viajado por todo el mundo desde pequeño, y había decidido hacer una larga parada en Santorini, como nosotras. Era también un mutante, y sorprendentemente, lo suyo era la seducción.

Quizás por eso, y quizás porque a pesar se todo yo seguía siendo una niña ingenua que todo lo que sabía del amor eran los cuentos de príncipes y las historias de las telenovelas,
caí tan rendida a sus pies.

Verdaderamente sentí por Aeneas una especie de adoración.

Me encantaba todo, absolutamente todo de él.
Y también aguantaba todo por él. Sus mentiras, sus engaños.

Estuve en sus redes lo que quedaba de año, y de repente, un día se fue.

Se fue y ya no volvió nunca.
Sin ninguna explicación.

Había estado muy confundida. ¿ Qué había pasado ? ¿ A dónde había ido ? Volvería, sin duda volvería. Debía ser un malentendido.

Pero conforme pasaba el tiempo, esa esperanza menguó hasta desaparecer.

Aeneas no volvería nunca, solo me había utilizado como un romance pasajero y jamás volvería a saber algo de él.

Y yo, con lo rota que ya estaba, sentí que no iba a recomponerme nunca.

Abril me ayudó a salir de eso también.
Fui a visitar a Logan y Neón, dolida, en busca de consuelo.

Finalmente, las cosas volvieron a su cauce. La tranquilidad volvió, y me centré en explorar más de mi misma. Conocí nuevos mutantes, de los que adquirí nuevas habilidades.
Habilidades que se perfeccionaron con el tiempo.

Había hablado con Abril de ellas. Con Neón no podía haber averiguado mucho porque pertenecía a un programa distinto al mío, pero Abril y yo habíamos estado juntas en "EMPATÍA". Era, probablemente, la persona con la que más parecido mutante tuviera.

Sin embargo, cuando le enumeré las habilidades que poseía, Abril se sorprendió.

"¿ Cuántas has adquirido tú ?" Le había preguntado confundida.

"Tres" - había respondido - "Leer mentes, controlarlas, y clarividencia".

Abril y yo pensamos que cada sujeto de "EMPATÍA" había adquirido, pues, un número de habilidades distinto, pero todos de la misma forma.

Abril se ofreció también a dejar que "copiara" sus poderes, pero no quise hacerlo. El primero me parecía una intrusión hacia la privacidad de la persona, el segundo un poder demasiado ambicioso, y saber el futuro tampoco me hacía mucha gracia. Quería vivir el presente, no estar constantemente pendiente de lo que pudiera o no pasar.

Pensar en "EMPATÍA" me trajo a la mente el juramento que hice de sacar a todos los mutantes que pudiera de "ZERO" y acabar con él de una vez por todas.

Y como si fuera una broma pesada, surgieron los rumores de que "ZERO" comenzaba a reorganizarse.

En ese momento supe dos cosas; que iba a cumplir lo que me había prometido, y que la próxima parada era Nueva York.

THE CHOICE 》 CLINT BARTONWhere stories live. Discover now