Capítulo 30: El asesino astral

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Nota del autor:
—Para este capítulo necesitaba poner dos canciones diferentes, les dejo la primera normal y la segunda les dejo el nombre y la buscan si quieren, es opcional igual. Hay avisos como siempre. ¡Disfruta!

2 meses después de lo mencionado...

•—Empezar Música (Encephalon Deliberation)—•

—Dos muertos más. —Caminaba sin majar los cuerpos, algo aturdido por las luces que todavía seguían moviéndose. Eran bombillos con luces de diferentes colores las que había en el lóbrego bar, en medio de la noche de media luna.

—Ugh, apesta... —Clover andaba de puntillas justo detrás de mí, apuntando su arma con una mano y con la otra un foco. Se estaba cubriendo la nariz con su antebrazo.

—¿Tienen las marcas? —Le pedí prestado el foco para alumbrar las mejillas de los hombres muertos. Efectivamente... tenían una marca en la mejilla derecha, el "asesino astral" había pasado por el lugar, y esa era su marca personal.

—¿Maxwell? ¿Cómo va todo a los alrededores? —preguntó Clover viendo a las cercanías, las sillas del bar estaban boca arriba, todas. Todo estaba imperfectamente perfecto. ¿Cómo el asesino las había volcado todas, y aún así, dejar todos los bombillos moviéndose de un lado a otro? Eran aproximadamente diez mesas.

—Nada ha salido por acá. Vincent entrará ahora. —Maxwell hablaba por la radio, se encontraba afuera, resguardando el terreno.

—Correcto, ya voy en camino. —Se escuchó un ruido en un cuarto junto a nosotros, al parecer una oficina administrativa del bar. Caminé junto a la barra, intentando ver hacia el suelo y a los lados. El asesino astral era conocido por dejar trampas a los investigadores que fueran tras sus casos.

—¿Me recuerdan cómo terminamos aquí? —Clover estaba estresada, lo podía escuchar en su voz.

—Porque queremos graduarnos... imagínate si logramos agarrar al culpable de la muerte del alcalde de la Ciudad Onírica. —Vincent entró por la puerta principal—. Será una ganga.

—Si es que sobrevivimos. Concéntrense. Voy a llegar a la puerta trasera, nadie escapará sin pasar antes por mí. —Maxwell se comunicaba. Las radios tenían muy mala calidad, no eran las oficiales. Eran las que les daban a los estudiantes de prueba, estaban muy usadas.

—¿Por qué están estas botellas en esta posición? Son las únicas en la mesa... —Clover se acercó a ellas—. Mira, la morada está reventada y el líquido se dirige hacia la roja. Pero hay más todavía. La azul y la amarilla están reventadas también... pero sus líquidos no se juntan.

—Deja de hacer conspiraciones, tenemos que atraparlo. Él siempre deja pistas así para que nos distraigamos. —Estaba caminando hacia la puerta que se movía tenuemente al no tener seguro alguno. Se movía de atrás para adelante, como si una corriente de viento fuerte pasara por ella.

Me acerqué y alumbré con mi foco. Una media luna está pintada con sangre. Era intimidante sin duda alguna...

—¿Hace cuánto hicieron la llamada de emergencia? —pregunté a Maxwell. Toqué la sangre. Estaba fresca.

—Treinta minutos exactos, y llegamos a los quince minutos con cuarenta y tres segundos. —Contestó—. Ya me encuentro en la parte trasera del bar. Salida asegurada.

—Bien, no entres todavía... aquí hay más qué investigar. —Volteé a ver a Clover y Vincent. Les hice señas para que me siguieran.

—Estudiantes de la policía Onírica presentes. No te atrevas a hacer algún movimiento rápido o te dispararemos. —Hice el aviso en voz alta, algo temeroso.

El Juego Macabro (#2 En actualización) - GRATISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora