Capítuo 32: Oro y plata

12.1K 1.7K 183
                                    

•—Empezar Música (Dark piano - sociopath)—•

—Una desaparición es algo delicado. —Gretta ve hacia el techo mientras caminamos por el oscuro pasillo de piso rojo del último piso—. ¿Alguna vez han investigado alguna?

—No. Primera vez... —confieso—. ¿Ustedes?

—Sí. Nosotros sí hemos investigado desapariciones. —Haziel camina junto a mí, es muy expresivo con sus manos. Tiene el cabello peinado algo desordenado, puedo notar que está teñido de negro, cuando en realidad lo tiene igual que su gemela.

—¿Cuántos casos han resuelto de este tipo? —pregunta él asomándose en la conversación.

—Ninguno. —Haziel quita la sonrisa de su cara—. Oh vamos chico, quítate esa capucha, te ves ridículo.

—En fin, ya hemos llegado. —Él se para frente a la puerta, evitando que Haziel se le acerque. Lo noto incómodo.

—¿Tocamos? —pregunta Gretta lamiéndose los alrededores de la boca, limpiando algunas bornas del dulce pulverizado. Una sonrisa traviesa se asoma de entre sus dientes.

—Pues sí. —Él empieza a tocar la puerta. Nadie responde.

—Hm. ¿Tumbamos la puerta? —Haziel hace una señal para que nos apartemos.

—Inténtalo, a ver cómo te va. —Ella suelta una carcajada en voz altísima... me desconcierta un poco. Volteo para ver a mi acompañante, eso no fue normal.

Haziel empieza a patear la puerta, pero es muy fuerte. Se cansa al intentar tres veces.

—¿Te ayudo? —pregunta mi acompañante.

—Bueno, ya tuvieron su oportunidad. ¿Usamos mi llave maestra? —Gretta los aparta, saca una llave plateada que parece un espejo, todo se refleja en ella y tiene un diseño finísimo.

—¿Llave maestra? —pregunto observando el precioso objeto. Ella lo inserta en la puerta y la abre en un segundo.

—¡Tadá! —grita dando un salto—. ¿Vamos? Se muerde el labio constantemente, mientras acolocha un mechón de su cabello. Entra antes que nosotros. La seguimos y cerramos la puerta tras nosotros. Todo está algo oscuro, es un ambiente pesado.

Estoy algo sorprendida ante esa llave... ¿qué clase de tecnología poseía la Ciudad Cursiva? Jamás había visto algo tan útil como una llave maestra que abriera lo que fuera. Ella la pone en una cadenita y la amarra a su cuello, como si fuera un collar.

El apartamento está vacío. No es muy grande. Nos separamos para observar posibles pistas. Camino por la sala de estar. Huele a húmedo, a viejo. Hay cajas de pizza vacías en los sillones, aparte de fruta podrida en la mesa. Es evidente que el muchacho no ha estado ahí por algún tiempo.

El único sonido presente, aparte de nuestras pisadas, es el del revoloteo de varias moscas, que se pasean intercaladamente entre las habitaciones. Entro al baño, huele horrible. Levanto la tapa del servicio, hay estiércol y orines viejos. Por reglamentación no es bueno que lo lave. Puede que necesitemos todas las pistas posibles a futuro.

—Travis, ¿quién hizo el reporte? —pregunto observando algunos tarros de pastillas de diferentes funciones. Tengo guantes de látex puestos, para no alterar nada. El lavatorio está sucio, hay cabellos en él, aparte de rastros de... ¿saliva? Es evidente que la limpieza no era un hábito para este joven.

—El reporte lo ha hecho su madre. Él no tiene expedientes según observo... aunque... —Está leyendo algo—. Aquí dice que hubo un pleito de menor escala, no fue reportado a la policía, pero hubo testigos.

El Juego Macabro (#2 En actualización) - GRATISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora