Capítulo 2: Las Reglas del Juego

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***Duke***

Escucho la voz de antes... la del presentador.

—Despierten, así. Sigan, poco a poco... —menciona. Está caminando entre nosotros, con el micrófono en mano.

Volteo a ver a Lyra, hacemos contacto visual. Ella se levanta y yo también. Robert, el estúpido viejo de la voz molesta, hace lo mismo. Delante de mí, en diagonal, está Sonnet. Él me voltea a ver. Pienso en lo estúpido que fue el haberse metido en todo esto por salvar a Lyra. Me duelen los nudillos.

Me los toco, tengo rastros de sangre... y en el vidrio se ven varias manchas de este líquido. Me duele mucho, pero me aguanto. Estoy confundido. ¿El presentador en serio me ha llamado huérfano? Nadie sabe de eso.

—Habla —dice Robert directo—. Danos las reglas ya.

Zorika se encuentra viendo todo con cuidado. Tiene cara de loca... loca peligrosa y enferma. Tiene una mirada terriblemente profunda y sonríe a veces. Su cabello negro llega hasta sus hombros y se ve descuidada, pero no dice nada.

—Cálmate. No han despertado todos... pronto. —Él camina, revisando a cada uno de los modelos y representantes. La luz es tenue, no puedo ver mucho más allá de los cubículos cercanos, por más que quiera. Me siento en el suelo, no queda más que esperar.

Pasan dos minutos y un silencio total está dominando la escena; cortamente interrumpido por Hildur, al ver que su hermana ha despertado.

—¡Alice! —chilla.

—... Hildur... —La horrible payasita se levanta atontada. Ni siquiera ella, quien tuvo el control absoluto en su momento, sabe lo que está pasando... Eso me preocupa.

—Alice. ¿Qué pasa? —interroga Hildur. Respira interrumpidamente por su llanto.

—¿Quién eres tú? ¡Habla, ahora! —exclama Alice agresiva. No le importa que a sus alrededores haya guardaespaldas con armas. Ellos la voltean a ver.

—Me llamo Harland. Soy el presentador del desfile macabro. Tú eres Alice, la pobre y estúpida payasa... la enferma que fue capaz de mutilarse a sí misma. —Sonríe—. Pero después de todo, el arte, arte es... y te ha quedado excelente, debo admitir.

Él toca su audífono. Termina de inspeccionar el área, asegurándose de que todos estén despiertos, y sigue hablando con el micrófono. Su voz es elegante y molesta al mismo tiempo; le agrega un supuesto tono de suspenso que me incomoda.

—Muy bien. Ahora que todos están despiertos, es hora de escuchar. Les doy la bienvenida al Juego Macabro. Es el turno de hablar para el presidente del desfile. Él dará las reglas; espero que se pongan cómodos mientras las escuchan... además, tendremos varias pequeñas pantallas para que las puedan leer. —Los guardaespaldas caminan y ponen pantallas en trípodes firmes, frente a cada participante. Mi corazón late con nervios.

—Bienvenidos. Les habla el presidente del desfile. —La voz es oscura, fuerte, firme.

Robert ve hacia todos lados; al parecer, está intentando averiguar cómo escapar del lugar. Yo también me fijo, pero el cubículo es perfecto. Ni siquiera tiene alguna puerta para entrar o salir.

Veo hacia arriba. Hay una cadena posicionada y conectada a cada caja de cristal... al parecer, nos dejarán salir eventualmente al jalar la cadena.

—A continuación, todos deben ver hacia su respectiva pantalla, mientras leo las reglas en voz alta. Quiero que pongan mucha atención, ya que, si rompen alguna, la penalización es la muerte —habla—. Vamos a empezar.

***Lyra***

Me duelen los labios... Tengo la mandíbula tensa, y el miedo me carcome con cada respirar. Sonnet me ojea cada vez que puede, y yo a él. La terrible voz del presidente rebota en mi cabeza. Las nauseas me están dominando.

•—Empezar Música—•

Veo hacia la pantalla frente a mi cubículo. Él está leyendo las reglas; las letras son doradas y el fondo es de color rojo con negro. Se ve tan tecnológico como tétrico. Deseo con todo mi ser que todo esto sea una asquerosa pesadilla, leyendo las terribles reglas.

"Reglas de: El Juego Macabro"

1.     Todos los modelos y representantes permanecerán en la mansión macabra, desde el inicio y hasta el fin del juego. Salir de la propiedad, o, siquiera intentarlo, será penalizado con muerte inmediata.

2.     Los modelos y representantes pelearán hasta la muerte en un combate, que a veces será justo, y otras, injusto. Una vez que suene la alarma respectiva, todos los jugadores tendrán que soltar sus armas, dejar de pelear, y esperar.

3.     Los modelos estarán peleando por supervivencia, mientras los representantes se encuentran en cubículos de cristal, con cámaras pantallas que dan visión a absolutamente todos los lugares de la mansión. Una vez que suene la alarma respectiva, se lanzarán dardos tranquilizantes, y se cambiará de posición entre los modelos y representantes.

4.     Los modelos y representantes tendrán equipos de audífonos para poder comunicarse entre sí. No se puede dañar el equipo de comunicación de otro participante; en caso de que esto suceda, la penalización es la muerte inmediata.

5.     No se puede atentar contra ningún guardaespaldas, en ninguna circunstancia. En caso de que esto suceda, la penalización es la muerte inmediata.

6.     En caso de que un representante o modelo muera, la otra persona tendrá que seguir sola; sin ayuda de nadie. Esta persona seguirá jugando ambos turnos hasta que termine el juego.

7.     Para los modelos o representantes que no puedan ver, se ajustará un equipo especial, en el que, en vez de cámaras y video, se base solamente en audio.

8.     Habrá espacios en los que algunas de las reglas serán flexibles. Estas se podrán efectuar una vez que Harland lo demande. En caso de que no suceda, y se rompan las dichas reglas, la penalización es la muerte inmediata.

9.     A partir de ahora, habrá espacios en los que todos van a convivir. Por ejemplo, a la hora de la explicación de las cámaras y el equipo correspondiente. En caso de que exista contacto físico entre cualquier participante en estos intervalos de enseñanza, la penalización es la muerte inmediata.

Las lágrimas caen por mis ojos. Tengo el corazón hecho un nudo. Mi mirada busca a Sonnet con desesperación; él también está llorando. No puedo creer lo que acabo de leer y escuchar. A cierta distancia, escucho la voz de Alice estallar.

—¡No nos pueden hacer esto! —exclama con furia—. ¡Esto nunca fue parte del plan!

—Nunca hubo plan alguno. —Harland camina hacia ella. Las pantallas se apagan—. No lo hubo, Alice.

—Nos van a matar a todos, y se quedarán con el dinero. —Robert reclama—. No participaremos ene esta estupidez.

—¿Cuándo comenzamos? —pregunta Duke sonriendo.

—Oh, sí... bueno. Ustedes tienen suerte de que sus modelos puedan ver —comenta Daisy a lo lejos. Me duele terriblemente la cabeza al escuchar su voz.

—Lyra... —Sonnet camina en círculos—. Oh Dios...

Era imposible siquiera idear que entraría en una clase de juego como este. ¿Asesinar a otras personas? Jamás. Jamás sería parte de algo como esto... jamás.

El Juego Macabro (#2 En actualización) - GRATISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora