Capítulo 62: Hielo abrasador... fuego frígido

5.8K 1.1K 123
                                    

Caminé hacia Robert, quien se encontraba agonizando todavía.

-No puedo expresar el odio que he transmitido a mis alrededores... ni es mi intención... -Sus manos temblaban mientras las levantaba hacia el techo-. Tengo que dejar ir, finalmente.

-... -No podía responderle, no había nada más qué hablar con alguien que le había hecho tanto daño a Serina. Sus acciones habrían desatado toda clase de consecuencias en mi amada novia.

-He sido... testigo... de grandes acontecimientos, a lo largo de mi... vida... -Tosía a medida que hablaba-. Desde ver amigos cercanos unirse, hasta quebrantarse y perderse en el olvido... ahora... finalmente, puedo confirmar algo...

-¿Qué puedes confirmar? -pregunté viéndolo, con una llama ardiendo en mi corazón-. Después de tanto sufrimiento causado, ¿qué es lo que puedes confirmar?

-La... corrupción... es la raíz... de... todo... -Terminó de decir, al mismo tiempo que el brillo abandonaba sus oscuros ojos.

-Corrupción... ¿raíz de todo? -Tricia habló confusa-. ¿Qué habrá querido decir?

-Chrystel. -Corrí hacia el congelador, me asomé por la pequeña ventana. Ella se encontraba en posición fetal, la temperatura había alcanzado los menos treinta grados. Intenté empezar a quebrar la ventana, pero era muy gruesa, mis fuerzas no lograrían nada en absoluto. Había otra pequeña ventana muy cerca del suelo. Chrystel se arrastró hacia la misma, pero se volvió a sentar, el frío no la dejaría luchar más.

•-Empezar Música (Sad Piano - Reflections)-•

-V-ven, a-acércate... -Ella habló con tranquilidad-. S-siéntate aquí, c-conmigo...

-¡Chrystel! -Intenté tomar todo lo que tenía a mi alcance, para reventarlo en contra de la puerta del congelador, pero era metálica y muy gruesa. El frío incluso empezaba a traspasar por la hendija cerca del suelo, era insoportable incluso para quien estuviera fuera de ahí.

-S-sé... q-que... ha t-terminado... p-para m-mí... -Las lágrimas que salían de sus ojos caían suavemente, convirtiéndose en cristales divinos, que adornaban sus mejillas rojizas-. O-oliver... ven, s-siéntate conmigo...

-Chrystel... -Me acerqué y me senté junto a ella, con la puerta dividiéndonos. Ella puso su mano en la ventana, de su lado, y yo la mía. Intenté traspasar mi calor... intenté poner el vaho de mi aliento en su palma, pero no era más que un gesto inútil.

-N-nunca... p-pude d-darte las g-gracias... por... e-estar ahí, p-para mí, Oliver... -Mostró una sonrisa, mientras sus labios se rompían terriblemente, dejando heridas expuestas-. S-siento n-no haberles dado... t-tanto t-tiempo a ti y a... Hady... s-siempre estuvieron... e-en mi c-corazón...

-Sé que ellos lo aprecian, Chrystel... sé que ellos saben lo hermosa que eres, si fueron amigos tuyos debió de ser por algo. -El nudo en mi garganta crecía y crecía-. Siento tanto... no poder ayudarte... ¡No es posible!

Me levanté de nuevo, a lanzar sillas en contra de la puerta, lanzar instrumentos de cocina, latas, todo lo que me encontré, sin embargo, nada fue efectivo contra la enorme cobertura. ¡Era inútil!

-Sonnet, le queda muy poco tiempo -pronunció Tricia-. Lo siento mucho...

-Chrystel. -Me agaché para hablar con ella, pero ya no respondía. Estaba sentada, abrazándose a sí misma, con los ojos cerrados y las pestañas congeladas. El frío llegaría pronto a los menos cuarenta grados... y la ventana empezaba a opacarse debido a los cristales de hielo, que se propagaban rápidamente-. Chrystel... lucharé por ti. Lo prometo... por ti, por Hady, por todos los inocentes.

El Juego Macabro (#2 En actualización) - GRATISWhere stories live. Discover now