Un gran paquete

10.3K 1.1K 85
                                    

—Tiffy, deja a tu hermano —le dijo a su cachorra de pomerania, que estaba saltándole encima a su gato persa blanco.

La joven de cabello negro, estaba desayunando en el living, mientras sus mascotas comenzaban a corretear por toda la casa.

—Quietos, romperán algo de nuevo —pronunció mientras comía cereales, y miraba sus redes sociales.

Su celular comenzó a sonar, y atendió la llamada que venía desde recepción.

—¿Sí?

—Señorita Diaz, hay un paquete enorme en la puerta que viene a su nombre, es necesario que baje a firmarlo para poder recibirlo.

—¿Paquete enorme? ¿Para mí?

—Así es, es de la empresa Fischer Bot.

—¡El ManBot! —exclamó con una gran sonrisa, saliendo rápidamente del sofá—. Bajo en un segundo Harold, diles que ya voy.

Cortó la llamada al conserje, y fue corriendo a su habitación, saltando por la cama, para poder arrastrarse hacia el otro de la misma, y llegar al armario.

Aunque tranquilamente podría haberla rodeada, y evitar caer al suelo.

—Estúpida —masculló sebándose el muslo izquierdo, y caminando más tranquila hasta el armario.

Tomó un vestido y se quitó rápidamente el camisón, colocándoselo. Buscó unas sandalias, y mientras salía de la habitación, se trenzó el cabello, saliendo de su departamento.

Jamás se sintió tan feliz de entrar al ascensor, y marcar la planta baja, para poder recibir un paquete. Mentiría si dijera que no estaba emocionada, ya quería conocer a ese robot.

Conocía los gustos de Carmen, o eso creía saber, ya que la chica sólo había tenido un novio. Pero a juzgar por lo que hablaban, había hecho una buena elección en características físicas.

—Hola, soy Lola Díaz —pronunció con una gran sonrisa, llegando junto al conserje.

—Buenos días señorita Díaz ¿Ha traído su identificación? —le preguntó amablemente el muchacho de la correspondencia.

—Demonios, la olvidé —pronunció con fastidio.

—Descuide, podemos tomar su huella dactilar para confirmar su identidad. Lo que será necesario en este momento, es que firme esto —le dijo entregándole una tablet y un lápiz óptico.

La morena,firmó rápidamente cada página, y luego marcó su huella del dedo pulgar. El muchacho le entregó la factura de la compra, y luego dos tipos más, acercaron una gran caja de cartón, con cintas de frágil, hacia la recepción.

—Que disfrute de nuestro producto, y tengan un buen día.

Lola los despidió, y miró emocionada la gran caja de más de dos metros.

—Señorita Díaz, sólo le tengo dos preguntas ¿Cree que eso entrará en el ascensor? ¿cómo planea subirlo?

—Entró el refrigerador, así que esto también. Ayúdame Harold —pronunció con una gran sonrisa.

—No creo que podamos solos.

—Que negativo estás ésta mañana —le dijo rodando los ojos.

...

Mi novio es un botWhere stories live. Discover now