Decisiones

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La miró a los ojos, y comprendió que ella no sentía lo mismo, quizás jamás lo sentiría.

—Ey, creo que podría salir a buscar a tu padre, decirle dónde estamos.

—Está lloviendo muy fuerte.

—No puedo enfermarme de todos modos —sonrió levemente.

—Clark.

—Estaré bien —le dijo alejándose de ella—. Iré a cambiarme, no salgas de la cabaña, y quédate cerca del fuego, regresaré lo antes posible.

—De acuerdo, ten cuidado.

Asintió con la cabeza, y fue al baño, a colocarse una vez aquellas ropas mojadas, que lo hicieron estremecerse por completo.

—Quédate ahí —le dijo antes de salir de la cabaña.

Comenzó a caminar bajo la lluvia, escuchando los fuertes truenos, que parecían que iban a partir el cielo. Y con cada paso, más sentía que debía irse cuanto antes de allí.

-o-o-o-o-

—¿Estás bien? —le preguntó preocupada—. Estás muy callado.

—Sí —le dijo acostándose en la cama.

Había tardado una hora en llegar a casa del padre de Lola, y sólo quince minutos con la camioneta de él hasta la cabaña. Ahora ambos estaban en la habitación que ocupaba Lola, donde él también dormiría.

—Oye nena.

—Dime —le dijo buscando en las maletas que ponerse para la cena.

—Yo... Debo viajar mañana.

—¿Qué? ¿A dónde? Íbamos a quedarnos aquí hasta el lunes, luego del cumpleaños de papá.

—Tú puedes quedarte, yo voy a irme.

—¿A dónde?

—Hace unos días me llamaron del refugio, y me han invitado a pasar un tiempo allí, a ver qué me parece.

—¿Q-Qué? ¿Te irás al refugio para androides? ¿Por qué? ¿Qué e-está mal? —le preguntó en un tono angustiado—. ¿No te gusta estar aquí? Podemos irnos, ahora mismo.

—No, Lola, nada está mal —mintió—. Es algo que necesito hacer.

—¿Es por mí, verdad? —le dijo sollozando.

—Por supuesto que no.

Ella negó con la cabeza, y se giró para irse, pero Clark salió de la cama, deteniéndola.

—Espera.

—Nadie quiere lidiar con los problemas de una enferma.

—No digas estupideces, no me importaría ser tu maldito niñero, el problema... Es que ya no puedo estar cerca tuyo, Lola. Cada día que pasa, más me doy cuenta que esto que siento por ti, crece.

—C-Clark.

—Y sé que no es mutuo —reconoció con pesar—. Creo que ambos necesitamos esto, para sanar.

-o-o-o-o-

—Hola, bienvenido al refugio de Noah Cocks —sonrió una muchacha—. Aquí se le brinda un hogar a todos los androides, cyborg y humanos artificiales que han sido rescatados, o se encuentran en situación de calle.

—Hola —le dijo él simplemente.

—¿Quieres acompañarme? Te mostraré la zona de residencias, y luego te daré un pequeño recorrido por las instalaciones. No sé si te lo han dicho, pero ésta sólo es una filial, aunque es una copia exacta, a la cede central.

—Sí, algo así me dijeron —le dijo caminando junto a la chica, observando las diferentes zonas de aquel edifico principal.

—¿Cuál era tu nombre? Disculpa, creo que aún no te lo había preguntado —sonrió.

—Clark.

Así que... Éste sería su nuevo hogar.

...

Mi novio es un botDonde viven las historias. Descúbrelo ahora