Hogar, nuevo hogar

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—Bajen, bajen, conozcan su nueva casa —pronunció emocionada Lola, bajando del auto a Fabricio y Tiffy.

Clark estaba por tomar al conejo que estaba en su jaula, pero Lola lo tomó de una de sus manos, jalandolo hacia la casa.

—Ven conmigo.

—Hyde está en el auto.

—Luego lo entramos, ven —sonrió, corriendo hacia adentro, con él de la mano.

Entraron a la casa, y ella lo llevó escaleras arriba, hasta una habitación de puerta azul. La abrió, y allí había una cama de dos plazas, un armario, un plasma, una laptop sobre la mesa de noche, y un gran ventanal que daba al patio trasero.

—Dime ¿Qué te parece?

—Muy diferente a tu habitación de antes.

—No tonto, ésta no mi habitación, es tuya —sonrió ampliamente—. ¿Te gusta?

—No.

—¿N-No?

Se giró y la miró molesto.

—No ¿Por qué vamos a dormir en habitaciones separadas?

—B-Bueno, yo creí q-qué tú estarías más cómodo aquí.

El castaño negó con al cabeza, y se sentó en la cama.

—Lola, yo no te veo como una amiga, no te siento así. Y créeme, día a día, intento que eso cambie, para poder verte como una simple amiga. Pero no puedo.

—Clark.

—Estoy cansado —reconoció en un tono bajo, con la cabeza gacha—. Estoy cansado, nena. No es justo para mí tampoco estar pasando por esto.

Ella se acercó a él, y se sentó a su lado.

—¿Quieres irte?

—¿Así tan fácil lo harás?

—No quiero obligarte estar a mi lado si no quieres.

—¿Sabes lo qué siento? Que encontraste las fuerzas suficientes para estar sola, y yo ya no te sirvo. Me usaste cuando más vulnerable estabas, y ahora me desechas.

—Eso no es cierto, pero tú me estás diciendo que-

—Olvídalo, Lola —la interrumpió poniéndose de pie.

—¿A dónde vas?

—A despejar la mente —le dijo antes de irse.

-o-o-o-o-

Observó la porción de pizza que se había servido, y la pinchó con el tenedor, removiendo el queso. Eran cerca de las ocho de la noche, y Clark aún no había vuelto, ni siquiera se había llevado su celular.

No se suponía que así fuera su primer día en la nueva casa. Y entendía que Clark se molestara, porque sabía que no era justo... Pero ella aún no estaba preparada para amar.

—Hola Emi —pronunció atendiendo la llamada.

"—Lola, me acabo de enterar que te mudaste ¿Qué pasó? ¿Por qué no me avisaste?"

—Fue algo rápido, de hecho no le avisé a nadie.

"—¿Me pasas la dirección? Así voy a visitarte."

—Claro —sonrió—. ¿Fuiste al departamento?

"—Sí, tenía ganas de verte, y al llegar, Harold me dijo que ya no vivías ahí."

—Lo siento Emi ¿Quieres venir? Estoy sola en mi casa, y compré pizza.

"—Por supuesto que sí, pásame la dirección."

-o-o-o-o-

Eran casi las diez de la noche, y Clark finalmente volvía, luego de haber ido a correr, y conocer un poco aquel barrio y la ciudad. Al abrir la puerta, escuchó las risas de Lola y un tipo.

Pasó por la sala, y ambos estaban en el sofá, mirando televisión y comiendo helado.

—Al fin vuelves Clark —sonrió ella—. ¿Quieres pizza? Está un poco fría, pero sabe bien.

—No, gracias —pronunció siguiendo de largo hacia su habitación.

—Vuelvo en un momento —le dijo a Emilio, antes de ir tras el muchacho.

—Clark.

Él no respondió, sólo se quitó la camiseta sudada, y luego las zapatillas. Necesitaba una buena ducha.

—¿T-Te molesta que Emi haya venido a verme? Es que me sentía muy sola y-

—¿Por qué me molestaría, Lola? Somos amigos —le dijo entrando al baño.

—Clark-

Le cerró la puerta en la cara, dejando a la morena preocupada. Él estaba molesto.

...

Mi novio es un botWhere stories live. Discover now