¿Las Vegas? ¡Las Vegas!

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La abrazó a él, y aspiró su suave aroma, mientras ella se acurrucaba contra su pecho, ya mucho más tranquila.

—Oye Clark.

—Dime.

—Hay... Hay un lugar donde siempre quise ir.

—¿Sí? ¿Cuál?

—Las Vegas.

—¿Las Vegas? —preguntó divertido.

—Sí ¿Será como en las películas?

—Mm no lo sé, deberíamos ir a verlo ¿No crees?

Se separó de él, y se sentó en la cama, mirándolo con una gran sonrisa.

—¿Hablas en serio? ¿Me acompañarías a las Vegas?

Sonrió divertido, y asintió con la cabeza.

—Sí, pero con una condición.

—¿Cuál? —preguntó curiosa.

—Que si te vas a casar con alguien, sea conmigo.

Río divertida, y asintió con la cabeza, mordiéndose el labio inferior.

—Okay, vamos —le dijo entusiasmada, saliendo de la cama.

—¿Qué? ¿A dónde?

—¡A las Vegas!

—Am, Lola, si no lo recuerdas, no dormimos nada. Estuvimos toda la noche viendo esas series.

—Dormiremos en el avión ¡Vamos, Clark!

-o-o-o-o-

—Llegamos, llegamos, ¡Llegamos! —exclamó bajando del taxi hacia el hotel.

Clark la miró extrañado, y luego negó con la cabeza, tomando las maletas. Era increíble que horas atrás, había pasado por una crisis depresiva, y se hubiese cortado.

Y ahora se la veían tan radiante y alegre como siempre. Tal vez, ella necesitaba ayuda psicológica.

—Vamos Clark, rápido.

—Ayúdame con las maletas entonces.

—Pues diles a los del hotel —le dijo casi entrando corriendo hacia la recepción.

No tenía idea de cuánto habría gastado la morena en aquella reservación, pero el lugar se veía bastante costoso.

Y como Lola se lo había dicho, un muchacho vino a buscar sus maletas, por lo que él se fue detrás de la muchacha.

—Oye nena, antes de ir a cualquier lugar donde quieras conocer.

—Dime —pronunció con una gran sonrisa, subiendo ambos al ascensor.

—Debo ver tus heridas ¿Okay?

—Bueno —murmuró en un tono más bajo, borrando su sonrisa.

—Luego podemos ir a donde tú quieras ¿De acuerdo? Pero hace horas no las revisamos.

—Está bien —le dijo mirando hacia abajo.

El castaño suspiró, y la tomó del mentón para levantarle el rostro.

—Ey, estamos en las Vegas, aquí no hay tristezas ¿Okay?

—Okay —sonrió levemente.

Sólo bastó que entrarán a su suite, para que Lola recuperara el buen humor. Chilló como una niña pequeña de la emoción, y fue corriendo hasta la cama, tirándose de panza sobre ella.

—¡Es hermosa!

Sonrió divertido, y se acercó hacia uno de los ventanales, observando la hermosa vista que tenían desde allí.

—Jamás te pregunté quién es tu padre. ¿De dónde diablos han sacado tanto dinero?

—Es empresario.

—¿De qué?

—Pues... Es mejor no hablar de eso —sonrió—. No es algo de lo que me sienta muy orgullosa.

—Okay, eso no suena muy bien ¿Narcotraficante?

Lola lo miró, y luego fue corriendo hacia otro sector de la suite, chillando nuevamente.

—¡Tiene un jacuzzi enorme!

—Okay Clark, de seguro morirás agujereado como un colador —pronunció bajo, tomando su maleta—. Oye nena ¿Al menos entre medio de toda ésta ropa traes un arma? Ya no me siento seguro —bromeó, con algo de verdad en aquella frase.

...

Mi novio es un botWhere stories live. Discover now