Mi novio es un bot

A tu lado

—Un mes después—

Miró al gato inexpresivo, estirando la manta donde él estaba acostado, y el minino la sujetó con sus garritas, estirándola hacia su lado. Clark frunció el ceño, y la estiró más hacia él, provocando que Fabricio también comenzará a estirarla.

—Clark ¿Qué haces? —le preguntó divertida Lola.

—Éste gato me está desafiando.

—¿Por qué siempre peleas a Fabri? Comienzo a sospechar que lo amas en secreto.

—Tsk, sí, claro —le dijo cediéndole la manta al gato, quien movió su cola ganador—. Es muy feo, ese es mi problema.

—¡Claro que no! Él es hermoso.

—Mira su cara, parece que le hubieran aplastado la cara contra el suelo.

—Es que su raza es así —sonrió tomando al gato.

—Pues que gustos feos tienes para elegir.

—Oye, recuerda que yo te elegí a ti.

—Sí, pensando en tu amiga.

—Sí, pero no iba a elegir un chico feo para ella.

—Eso quiere decir que ¿Elegiste un chico que también podría gustarte a ti?

—Lo diré fácil, Jude también me parece guapo —sonrió.

Clark entrecerró los ojos, molesto, y se giró en la cama, dándole la espalda. Lola sonrió divertida, y se subió en la cama, arrodillándose detrás de él, abrazándolo.

—Pero ¿te cuento un secreto?

—No.

—Para mi tú eres más guapo —le dijo apoyando su mejilla contra la de él.

—Sí, claro.

—En serio —sonrió cerrando los ojos, abrazándose a él—. Muy guapo y sexy.

La tomó de las manos, y se permitió que ella lo abrazara, quedándose ambos así.

Desde hacía un mes, la relación entre ambos había cambiado, y aunque Clark solía robarle uno que otro beso, ellos no eran nada.

—Clark.

—¿Hm?

—Lo estuve pensando, y quiero mudarme.

—¿Hace cuánto vives en este departamento?

—Hace casi tres años, mi papá me lo regaló cuando empecé la universidad.

—¿Y por qué quieres mudarte?

—Me gusta la vista y la zona, pero quiero una casa, con un patio, un jardín. Quiero que Tiffy y Fabri pueden corretear por ahí. Y Hyde también necesita algo de césped.

—Sí, es entendible ¿Qué quieres hacer?

—Comprar una casa.

Se giró, y ella lo miró con una gran sonrisa.

—¿Qué dices? ¿Te mudarías conmigo?

—Si estaré contigo, a donde sea.

Se abrazó a él, sonriendo ilusionada.

—¡Gracias Clark! Eres el mejor amigo que una chica podría desear.

—¿Amigo? ¿En serio?

—B-Bueno, yo... Creí que éramos amigos.

Suspiró, y la alejó de él.

—Tienes razón, somos amigos. ¿Por dónde hay que empezar a empacar?

—¿Estás molesto?

—No, ¿Comienzo con lo del armario? ¿O prefieres con las cosas de la cocina?

—Sólo llevaremos la ropa, todo lo demás lo dejaremos aquí. Aún no sé si voy a alquilarlo o venderlo.

—De acuerdo, entonces iré a buscar las maletas.

—Clark, ¿Cómo te gustaría que fuera la casa?

—Creí que ya tenías la casa.

—Pues no —sonrió tomando su tablet—. Antes de armar las maletas, busquemos una casa. Ven.

Volvió a la cama, y se acostó a su lado, observando la búsqueda que la morena había hecho. Sabía que era una locura querer comprar una casa sin pensarlo primero. Pero así era Lola, si tenía el dinero, lo gastaba.

...