Mi novio es un bot

La estancia de papá

—Será el cumpleaños de papá, lo festejaremos el domingo.

—¿Me tengo que quedar aquí cuidando tus mascotas?

—No, Clark, quiero que vengas conmigo.

—¿Y a tu padre le agradará?

—Pues no lo sé, pero yo quiero que vengas conmigo.

—Bien ¿Y está lejos de aquí?

—Un poco, lo festejará en su estancia.

—De acuerdo.

—Ya verás que nos divertiremos mucho —sonrió—. Papá tiene muchos caballos, te enseñaré a montar uno.

-o-o-o-o-

—¿Cómo se llama tu papá? —le preguntó al ver que ya estaban cerca de esa gran casa.

—Darío.

—¿Tienes más hermanos?

—Hasta donde sé, no, soy hija única.

Lola estacionó el auto, y bajó corriendo hasta la casa, donde fue recibida por un hombre de mediana edad, muy bien conservado.

—¡Papi! —chilló colgándose de su cuello—. ¡Feliz cumpleaños!

—Mi princesa hermosa, gracias.

—Estaba emocionada por verte —sonrió abrazándolo—. Quería venir antes, pero no pude.

—Eso no importa cariño, estás aquí, y eso es lo único que me importa.

—Papá, quiero presentarte a alguien especial para mí —le dijo acercándose a Clark.

—¿Y éste quien es? —preguntó con el ceño fruncido.

—Papi, él es Clark —sonrió Lola abrazando por la cintura al castaño.

—Un gringo.

—No señor, made in Italia —le dijo Clark—. Soy un androide, un gusto.

—¿Un androide? ¿De verdad? —preguntó sorprendido, acercándose al muchacho para observarlo mejor.

—Sí, un androide.

—Cariño ¿Ya llegó tu...?

Una muchacha casi de la edad de Lola, unos años más grande quizás, salió de la casa, mirando sorprendida a los recién llegados.

—Oh, sí, hija, ella es Florencia, mi mujer.

—¿Tu mujer? —preguntó Lola mirando a la chica, que se notaba que tenía un estado avanzado de embarazo.

—Sí, quería decírtelo antes, pero-

—¿Cuándo, papá? ¿Cuándo naciera tu próximo hijo? ¿En serio?

—Lola-

—¿Sabes qué? Necesito dar una vuelta por el establo, llevaré a Clark para que lo conozca —le dijo en un tono molesto, dolido, tomando la mano del castaño para irse allí.

-o-o-o-o-

—¿Te sientes mejor? —le preguntó Clark, mientras caminaban por los campos de cultivos.

—No, sigo molesta. Siempre creí que mis padres se habían separado por culpa de Sofía y sus infidelidades, pero ahora me doy cuenta que ambos son la misma basura.

—¿No tendrías que estar feliz por tu papá? Es decir, encontró una nueva mujer, tendrán un bebé, y-

—Clark, esa mujer debe tener solo dos o tres años más que yo, es obvio que no quiere a mi papá. Sólo lo buscó por su dinero.

—Tu padre ya es grande, sabe lo que hace.

—Es un idiota.

—Deberías apoyarlo.

—Necesito tiempo, aún... No puedo aceptarlo.

Clark miró al cielo, al sentir que una gota mojaba su nariz ¿En qué momento se había nublado?

—Nena, creo que mejor-

Y el muchacho no terminó de hablar, que las gotas comenzaron a caer una tras otra, más rápido, hasta finalmente largarse a llover con fuerza.

—Demonios —exclamó corriendo detrás de Lola, mientras ella reía.

—¡Sígueme! ¡Vamos al establo!

—Deberíamos ir a tu casa, tu padre estará preocupado.

—Está muy lejos.

Genial, sólo tres horas en aquel lugar, y ya habían empezado mal.

...