Te esperé por siempre

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—Eres un idiota, por tu culpa, pasé el ridículo frente a todos en una reunión —le dijo Adam a Clark, dándole un golpe en la cabeza.

—¿Pero qué demonios te pasa? —le preguntó molesto el castaño, sobándose en la zona del golpe.

—¿Qué me pasa? No sólo pasaste mal el nombre de uno de los miembros, también copiaste mal las cifras ¿En qué diablos piensa, niño?

—Pasé todo lo que tú escribiste, si hay algún dato mal, es porque tú lo escribiste mal.

—Eso es imposible, yo jamás me equivoco.

—Ya ves, siempre hay una primera vez.

Clark buscó en la gaveta de su escritorio una carpeta, y luego se la dio a Adam.

—Compara la información que hay allí, con el informe que yo te di. Verás que es igual.

—Por supuesto que lo haré —pronunció tomando de mala gana la carpeta.

Pero antes de irse, se detuvo en la puerta.

—Oye ¿Le dijiste a tu novia del tratamiento que comenzaste?

—No, y no voy a decírselo hasta saber los resultados.

—Es obvio que será positivo, esto no falla.

—¿Y si no lo es? No voy a ilusionarla porque sí.

—Créeme, esto funciona. Ah, por cierto, Laura quiere conocerla, el viernes los esperamos en casa.

—Pero-

—Nueve y treinta, sean puntuales, a ella no le gustan los retrasos —pronunció antes de irse el moreno.

El muchacho suspiró, y apagó la computadora, ya era hora de volver a su casa, pero antes, debía pasar por el laboratorio a retirar los resultados de sus análisis.

-o-o-o-o-

Observó las imágenes en su laptop, y sonrió emocionada, ilusionada. Ya llevaban un tiempo de relación con Clark, un poco más de un año, y aunque sabía que era muy apresurado, sentía que era el momento ideal.

De forma natural era imposible que se diera, así que, ella se encontraba buscando una alternativa.

—Nena, ya llegué.

Bajó la tapa, y fue directo a la sala, sonriendo al ver al castaño. Se colgó de su cuello, y lo recibió con un suave beso.

—¿Qué tal tu día?

—Horrible, como todos mis días junto a Adam —recordó en un tono molesto—. Y lo peor, es que quiere que vayamos a cenar el viernes.

—¿Y debemos ir?

—Supongo —suspiró—. ¿Qué tal el tuyo?

—Quiero mostrarte algo —sonrió tomándolo de la mano, llevándolo hacia el living.

Clark se sentó en el sofá, y observó que Fabricio también se encontraba allí, mirándolo con su típica expresión molesta, típica del gatito.

—¿Qué onda feo? ¿Quieres seguir llenándome de pelos la ropa?

Lola sonrió divertida, rodando los ojos, y abrió su laptop, mostrándole la página que minutos antes, ella misma estaba viendo.

—¿Clinica privada de inseminación artificial? —preguntó Clark al leer el título de la página.

—¡Sí! —le dijo con una gran sonrisa—. Podríamos tener un bebé.

—Am —se aclaró la garganta, y la tomó de las manos—. Nena, creo que aún eres, somos, muy jóvenes para ser padres.

Mi novio es un botWhere stories live. Discover now