Mi novio es un bot

Tú, yo y tu ex

—¡Clark!

Se giró al escuchar el tono molesto de Lola, y la muchacha lo estaba mirando con el ceño fruncido.

—Emi, lo siento, pasa —le dijo acercándose a la puerta, saludando con un beso en la mejilla al muchacho.

—No sabía que tú... Ya tenías pareja.

—Ah, sí, luego te explico, ven, vamos a mi habitación, allí podremos hablar más tranquilos.

Clark miró molesto como ese tipo se iba con satisfacción junto a Lola, y no, él no le iba a dar el gusto de burlarse en su cara.

—Oye nena.

—¿Qué? —le preguntó expectante.

Se acercó a ella, y sin darle indicios de nada, la tomó del rostro, y devoró su boca con descaro, separándose lentamente de Lola, sonriendo.

—Faltó el beso de buenos días, amor —le dijo con una sonrisa traviesa—. Iré a comprar algo para el desayuno, vuelvo en un rato —pronunció dándole una nalgada, antes de irse con una sonrisa satisfactoria del departamento.

Lola quedó allí parada, roja de la vergüenza, y aturdida por lo que el idiota acababa de hacer, frente a Emilio.

Clark bajó hasta la recepción, y se sentó en uno de los sofá, mirando aburrido la televisión. En realidad no iba a salir a ningún lado en pijama, pero eso al menos le iba a borrar la sonrisa a ese estúpido.

—¿Qué haces aquí abajo en pijama?

—Ah, hola Harold —le dijo acomodándose en el sofá—. Y pues Lola acaba de recibir una visita indeseada, así que, me vine a aquí.

—¿Lo dices por el señor Vázquez?

—Si con eso te refieres a Emilio, su ex, sí, a él.

—Ellos son colegas, Clark. Son compañeros de clases.

—¿Sí? Cuéntame más.

—Sus padres son socios, así que es obvio que se conozcan. Fueron compañeros desde niños.

—¿Y tú cómo sabes tanto?

—La señorita Lola siempre habla conmigo.

—No debería confiar tanto en ti si andas de chismoso.

—Clark, lo hago porque quiero ver a Lola bien. Tal vez tú, que no eres un verdadero hombre, sin ofender, seas el tipo que ella busca.

—O tal vez a Lola le gustan las mujeres —pronunció con simpleza.

—Lo dudo mucho, pero queda en ti qué harás con lo que te he contado.

-o-o-o-o-

Volvió luego de ver que Emilio se fuera, y apenas puso un pie en la casa, Lola le dedicó una mirada seria.

—Clark, tenemos que hablar.

—Antes de que me vengas con tu sermón, admite que el beso te gustó, hasta me correspondiste. Y sí, quizás me pasé un poco con la nalgada —reconoció rodando los ojos—. Lo admito, pero bueno, hice lo primero que se me vino a la cabeza.

—Eres una máquina, Clark, un robot, no me vengas que actuaste de forma impulsiva. Eso lo creería de un humano, no de una máquina que analiza todo antes de actuar.

—Pues perdóname por ser una "máquina" imperfecta, Lola, pero lamentablemente, soy tan imbécil como un humano, según parece.

—No me vengas con tus juegos de palabras y psicológicos.

—Es la verdad, actué sin pensar, lo creas o no.

—Comienzo a dudar que seas un verdadero bot.

—Y yo de que tú quieras quedarte conmigo. Tal vez pedirte que me conservaras, fue una estupidez.

...