Mi novio es un bot

Acoso

Estaba paseando por la sala de su casa, comiendo yogur, cuando Clark volvió de la tienda, luciendo muy molesto.

—¿Todo bien?

—No, nada está bien —le dijo dirigiéndose a la cocina, dejando las bolsas sobre la mesada.

—¿Por qué? ¿Qué pasó?

—Lola, respóndeme algo.

—Claro —pronunció preocupada.

—¿Por qué demonios me pediste con éste culo?

Lo miró confundida ¿Hablaba en serio? Se mordió los labios, intentando no reírse, pero no pudo evitarlo.

—¿Qué es gracioso?

—L-Lo siento, no lo sé —continuó riendo.

—Que me elogien las mujeres no me molesta ¿Pero los hombres? ¡¿En serio?! Ya es el colmo.

—¿Qué te dijeron? —preguntó divertida, al borde de volver a reír a carcajadas.

Se veía tan adorable con el ceño fruncido.

—Que buen culo papi, te haría falta una buena v-

—Okay, okay, ya entendí —rio—. No continúes ¿Dónde te dijeron eso?

—Fui al gimnasio de la otra cuadra, entré a preguntar las tarifas, y de paso entré a ver las máquinas que tenían. Fue un tipo que estaba levantando pesas.

—Que grosero.

—¿Grosero? ¡¿Grosero?! No le di un puñetazo por miedo a que se me arrimara.

—Ya Clark —volvió a reír, tomándose del estómago.

—Que bueno que a ti te dé gracia, Lola.

—Escucha Clark, cuando llené el formulario, lo hice como una broma, ni pensé en lo que pedía.

—Gracias Lola, recordar que fui creado como si nada, me hace sentir mejor.

—N-No quise que sonara así, lo que quise decir-

—Sí, que soy el puto juguete de una chiquilla. Fui sólo un juego.

—Yo esperaba un muñeco, un robot, no una persona pensante.

—Por eso me pediste con raciocinio ¿Verdad?

—Clark, hablo en serio. Suena horrible, lo sé, pero juro que yo no sabía que ibas a ser así.

La miró, y luego negó con la cabeza, saliendo de la cocina.

—Clark.

—Voy a salir a dar un paseo, si no vuelvo, es porque me violaron por ahí.

—Eso no es gracioso.

—Que te acosen en la calle tampoco —le dijo abriendo la puerta.

-o-o-o-o-

Suspiró mirando el atardecer, ¿Para qué diablos lo habían creado? Le decían que era un androide, pero él se sentía un robot, hecho para satisfacer a los humanos.

A una en específica.

Su única misión, al menos así lo sentía, era vivir para Lola. Si se iba a de su casa, no sabía si encontraría otro motivo. Tal vez sí.

Sintió que alguien se sentaba a su lado, y no necesitó girar la cabeza para ver quien era.

—Elegí este lugar porque me gusta la vista, además de que está muy cerca de la playa.

—Sí, es un bonito.

—Yo... Lo siento —murmuró mirando hacia abajo—. Lo estuve pensando, y creo que encontré una solución.

—¿Ah sí? ¿Cuál? —le preguntó desinteresado.

—Te pegaré las operaciones, de todo lo que quieras hacerte, de todo lo que quieras modificar de tu cuerpo.

—No haré eso.

—¿Por qué no?

—Porque no, Lola, así me creaste tú. Aunque no sea de tu tipo, y lo hiciste pensando en otra persona, así me pediste.

—¿De mi tipo?

—Sí, se supone que tenía que ser el "chico ideal" para tí, no para tu amiga... Pero qué más da.

—Lo siento —murmuró.

Y aquello, sólo le generó un vacío enorme dentro del pecho. Ella no lo había negado, él no era el tipo de hombre que le gustaba.

...