Limpieza

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Entró al baño, sólo llevando los boxer. Aunque Lola ya le había comprado ropa, estaban en verano, y Clark no tenía ni la mínima intención de llevar ropa encima, más que la necesaria.

Él había sido comprado como un SexBot, y la morena quisiera o no, cumpliría con sus funciones, con su verdadera dueña.

Observó el baño, y negó con la cabeza, juntando la ropa de Lola que estaba tirada por el suelo, colgando de la mampara de la ducha, un brasier sobre el espejo... Que desordenada era esa mujer.

Tomó el cesto de ropa, que estaba detrás de la puerta, y comenzó a arrojar todo allí. ¿Tanto le podía costar hacer aquello? Luego de dejar todo allí, secó el vidrio del espejo, y luego el piso, para evitar que alguno de los dos pudiera resbalar y caer.

Tres meses sería mucho tiempo para vivir con ese desastre de mujer.

—Oye Clark ¿Necesitas algo?

—Sí, ven aquí, pasa —le dijo en un tono molesto.

La morena se asomó por la puerta, y al ver que no estaba desnudo, entró.

—¿Qué necesitas?

—Que seas más ordenada. Viviremos juntos ¿okay? Ya no estás viviendo sola, sé que es tu casa y todo ese rollo, pero al menos, junta tu ropa del suelo luego de bañarte, y sécalo. Es para seguridad de ambos.

—Oh cierto, había olvidado que te había pedido ordenado.

—¿Por qué lo dices?

—Es que así le gustan a Carmen, ella es una obsesiva de la limpieza, todo lo contrario a mi —sonrió.

—Ah genial —pronunció con sarcasmo—. Al menos sé que te bañas, algo bueno tienes, tan sucia no eres.

—¡Ey! —le dijo molesta—. Ya te estás pasando Clark, o mides tus palabras, o-

—¿O qué? —la interrumpió arrinconándola contra una de las paredes, apoyando su gran mano, junto a su cabeza—. ¿Qué harás?

—Ya, no seas molesto —le dijo intentando apartarlo, empujándolo.

—Lo estaba pensando —pronunció en un tono sensual, tomándola del mentón con su mano libre—. Y ya que estamos hablando de medir, tú podrías medir otra cosa.

Frunció el ceño confundida, y aprovechando su estado, Clark llevó la mano de Lola hacia su entrepierna.

—N-No seas imbécil —tartamudeó escabulléndose de él, haciéndolo reír bajo—. Ya te dije que eres mi regalo para Carmen, y sé que eres inteligente ¿Dónde viste que se regale algo usado?

—Los humanos a veces regalan ropa usada, y creeme, prefiero tener mi primera vez contigo, que con esa mujer.

Rió divertida al escuchar aquello de la primera vez, pero al ver que él estaba serio, dudó de que estuviera bromeando con aquello.

—¿Hablas en serio?

—¿Sólo para las mujeres debe ser especial su primera vez? ¿Crees que para nosotros no lo es? ¿O es qué no importa por qué soy un robot?

—N-No, es que... No creí que para ustedes fuera importante —pronunció en un tono incómodo.

—Por supuesto que sí. Cuando una compradora nos pide con las funciones iguales a las de un humano, con la capacidad de razonar, podemos sentir. A menos que nos pidan en modo autónomo, o nos pongan en ese modo.

—Yo no lo sabía, lo siento Clark.

—Está bien, después de todo... Lo que yo sienta o piense, no importa.

—Oh no, claro que no cariño —le dijo afligida, abrazándolo—. Por supuesto que lo que tú pienses y sientas importa, sé que debes tener miedo, estar confundido, pero ya verás que Carmen será muy buena para ti.

—Lola, sólo abrázame por favor —le pidió en un tono bajo.

Ella asintió con la cabeza, y continuó abrazándolo. El castaño sonrió divertido.

Sería muy fácil manipularla, esa mujer era muy débil y buena.

...

Mi novio es un botDonde viven las historias. Descúbrelo ahora