EP 5: CONFESIONES.

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No la conocía de nada, pero se sentía muy cómoda con Natalia. No le hizo falta explicarle que no tenía dónde ir, que ahora tampoco había nadie que pudiese cuidarla, que no se atrevía a llamar a Mario y contarle todo eso. Que tampoco quería darles explicaciones a sus amigos o a sus padres. Que estaba sola ante el peligro. A Natalia no le hizo falta ninguna explicación, se adelantó a todo eso.

- Pues ya está todo – comentó exhausta mientras dejaba la maleta de la rubia en el suelo.

- Siento no haberte podido ayudar – se lamentó

- Tranquila, ahora lo importante es que te recuperes – fue a la cocina - ¿te apetece una cerveza? – elevó un poco la voz para que la escuchase desde el salón

- ¡Vale! – respondió igual

- No sabes lo que me apetecía hacer esto – se adentraba de nuevo al salón con los dos botellines en la mano, mientras se quitaba las zapatillas con mucha destreza. - Toma – le acercó la botella y se dejó caer a su lado en el sofá.

- Gracias – sonrió – bueno, y cuéntame – se giró un poco para mirarla - ¿tienes pareja?

- No – bebió un trago – bueno, o si... - contestó dubitativa – no lo sé – rió – digamos que estoy conociendo a alguien desde hace tres meses – explicaba – pero vamos...que...en fin, tampoco quiero aburrirte – se cortó

- Natalia – la miró seria – yo te he contado mi puta vida en verso, quiero saber más de ti, venga – animó

- A ver – se sentó más cómoda – es guapísima

- Oh, vaya – interrumpió, Natalia levantó una ceja – no, nada que no me esperaba que fueses...- se puso nerviosa – quiero decir, que no se te nota nada.

- ¿Perdona? – no se lo podía creer - ¿pero tú me has visto bien? – se señaló – ¡si es que no puedo ser más bollera! – rió

- No sé – se encogió de hombros – siempre he sido malísima para esas cosas, no tengo el radar ese que decís que tenéis. – Natalia negó con la cabeza divertida

- El caso – suspiró – que es guapísima, es un amor de persona, pero no sé – se puso a jugar con la etiqueta del botellín – no siento eso que se supone que hay que sentir para empezar algo serio con alguien – dio un trago – además que tampoco estoy segura de que ahora mismo quiera complicarme la vida de esa forma.

- ¿Y ella lo sabe? – bebió de su botella

- Algo debe intuir – la miró – no sé, no es que hayamos tenido aún la conversación – se echó el pelo para atrás – nos lo pasamos bien en la cama, supongo que ninguna de las dos quiere por ahora perder eso.

- Ya – sonrió avergonzada

- ¿Qué pasa? – la miró divertida – no me puedo creer que te espantes con estas cosas.

- No no – se apresuró – es que no sé, no estoy acostumbrada a hablar así de estas cosas.

- Pero Alba, ¿cuántos años tienes? – preguntó incrédula

- Veinticinco – contestó con vergüenza

- ¿Y me estás diciendo que te da corte hablar de sexo? – preguntó divertida - ¿pero dónde has estado estos años? ¿metida en una cueva?

- No – se puso nerviosa – es que mi entorno no es... así – intentaba explicarse – no son tan abiertos.

- ¿Vives en un convento? – le preguntó seria

Al primer vuelo - ALBALIAWhere stories live. Discover now