EP 13: VOLVIENDO A CASA.

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Natalia salió del lavabo y dirigió su cuerpo, que era un amasijo de nervios, hasta la mesa, donde ya esperaba una impaciente e interrogante Eva.

- Has tardado mucho, ¿qué hacías? Estaba ya a punto de ir a buscarte.

- Había mucha gente esperando, está esto a rebosar.

Procuró dedicarle la mejor de sus sonrisas. Eva pareció quedar convencida. Suspiró aliviada por dentro. Al cabo de un rato, por el rabillo del ojo vio como Alba esperaba ya para salir del lavabo. Era su turno.

Apretó los dientes y tragó saliva. Se incorporó ligeramente y atrapó por sorpresa los labios de su compañera, quien la recibió encantada. Natalia tenía que alargar aquel beso el máximo tiempo posible, o al menos el suficiente para que Alba lograse salir del local sin ser vista por la pelirroja.

El asco y las ganas de vomitar que sentía eran ya casi incontrolables. Eva mantenía los ojos cerrados, disfrutando del momento, por fin Natalia había entrado en razón.

No pasaron más de dos minutos, que a Natalia le supieron a años, cuando logró ver de reojo cómo la rubia abandonaba el local. Primer paso conseguido, ahora sólo faltaba esperar.

Se separó con cuidado, dando aquel beso nauseabundo por finalizado.

- Vaya, sí que te ha sentado bien salir a desayunar fuera - comentó encantada - si lo llego a saber te saco antes. - bromeó y Natalia le correspondió ligeramente.

Estaba nerviosa, pasaban los minutos y allí nada sucedía. Estaba perdiendo cualquier atisbo de esperanza. Cada vez que alguien entraba al local todos sus sentidos se activaban, para después quedar en una falsa alarma. Se estaba desesperando, rezaba para que Eva no notase lo nerviosa que estaba. Hacía como que comía, su estómago era un hervidero de nervios incapaz de digerir alimento posible. Movía el pie frenéticamente, mientras mantenía su mano apoyada en la mesa, tratando de disimular su temblor.

Eva comía y hablaba ajena a todo, aquel beso de la morena le había dejado de buen humor. Reía animada y hablaba por los codos. Natalia intentaba corresponderle, pero cada vez le estaba resultando más difícil.

Al cabo de un rato, una pareja de chicos entró al local cogidos de la mano. Echaron un vistazo rápido y se dirigieron a la barra, en la que solicitaron a una de las camareras, hablar con la encargada. Tras unos minutos en los que la pareja aprovechó para darse muestras de cariño, llegó la encargada. Hablaron bajito, casi en susurro, hasta que ésta asintió ligeramente.

La pareja de chicos empezó a sortear las mesas de la mano, hasta que llegaron a la que ocupaban Eva y Natalia.

- Buenos días, Señoritas - Natalia se puso rígida, Eva los miró extrañada.

- ¿Qué pasa? - preguntó la pelirroja.

- ¿Podrían acompañarme fuera? - comentó el otro chico con una sonrisa amable.

- ¿Y eso por qué? - Eva empezó a ponerse nerviosa, miraba a Natalia tratando de descifrar si tenía algo que ver, pero la morena no apartaba la vista de su plato, inmóvil.

- Sólo será un momento, es un registro rutinario. - contestó con calma - en seguida les volvemos a dejar desayunar tranquilas.

- Yo no tengo por qué ir a ningún sitio con ustedes - comentó sería.

- Por favor, señorita, pónganoslo fácil. Hay mucha gente y lo que menos queremos es montar un numerito.

- Natalia, vámonos.

Eva se levantó de su asiento, con intención de marcharse. Natalia no se movió ni un milímetro, lo único que quería era que aquello acabase pronto y poder respirar tranquila. Uno de los chicos agarró a Eva por el brazo, evitando que se fuese.

Al primer vuelo - ALBALIAWhere stories live. Discover now