Al primer vuelo - ALBALIA

EP 15: PERFECT TONIGHT.

La boda se celebraba en el Complejo de La Cigüeña, situado en un espacio natural protegido. Era una boda civil, las preferidas de Alba. Aquella boda era una de las que le gustaban, los novios se vestían y arreglaban en el mismo complejo donde se oficiaba la ceremonia, y después se daba paso al banquete y discoteca. Evitaban toda la pérdida de tiempo que suponía ir de un sitio a otro y, además, todo tenía la misma ambientación, luz y temperatura de color. Era una de esas bodas fáciles, sencillas y bonitas.

Alba se movía como pez en el agua por aquel complejo, casi todos los novios lo elegían para el día de su boda. Y lo cierto es que lo entendía, era uno de los más bonitos. Disponía de un lago, una pequeña playa, bungalows, bastantes zonas de césped amplias, fincas diferentes dentro del mismo recinto y, por no hablar de todos los servicios que ofrecían y lo profesionales que eran.

Natalia estaba contratada a partir de la ceremonia. Empezaría a cantar a la llegada del novio, hasta la finalización del banquete.

Alba, por su parte, ya se encontraba haciéndole las últimas fotografías a la novia, junto con Laura, su compañera de vídeo. Habían hecho tantas bodas juntas que ya se compenetraban a la perfección. Hacían un equipo increíble.

- Buenos días, Ruth – saludó Natalia al llegar hasta la chica.

- Buenos días, Natalia – le dio dos besos – llegas pronto, ¿no? – miró su reloj.

- Sí, es que quería llegar antes para probar el sonido y que esté todo bien y se escuche perfecto – explicó sin dejar de sonreír.

- Perfecto – le devolvió la sonrisa – vamos bien de tiempo, las chicas ya han terminado con el novio y están a punto de terminar con la novia – explicaba – o sea que yo creo que, en una media horita, ya debería estar todo listo para que cantases la primera canción, con la entrada del novio.

- Genial – sonrió – pues voy preparándolo todo. ¿Sabes la persona de sonido dónde puede estar? – preguntó mirando alrededor.

- Sí, al lado del altar, mira – se giró para indicarle - ¿ves esa mesa de ahí? – Natalia asintió – pues la chica que está conectando ahora los cables.

- Perfecto – le sonrió – pues voy con ella. Nos vemos luego, guapa.

Con la funda de su guitarra al hombro, y una sonrisa permanente, se acercó hasta donde le había indicado Ruth. La chica parecía un poco molesta, ya que resoplaba y maldecía en voz baja. Natalia dudó si interrumpirla o no.

- Ho...hola – saludó con timidez, la chica la miró alzando una ceja – soy Natalia – sonrió – la cantante.

- Ah – se levantó del suelo, y le extendió la mano – Julia.

- Encantada – le apretó la mano. La chica soltó el agarre y volvió a lo que estaba haciendo. - ¿necesitas ayuda? – se atrevió a preguntar.

- Es que están todos los cables bien conectados, pero no consigo que se grabe el sonido del micrófono del altar – suspiró – no sé qué más hacer.

- A ver – dejó su guitarra en el suelo - ¿me dejas comprobar a mí?

- Adelante – le cedió sitio.

Natalia le echó un vistazo a todos los cables, y comprobó que estaban todos bien enchufados. Luego miró el cable que iba a la corriente y también estaba bien conectado. Se quedó pensativa, bajo la mirada atenta de Julia. Después se acercó hasta el micrófono, comprobó que el cable efectivamente estaba bien enchufado. Al levantarlo, notó una pequeña palanca, la movió y algo hizo "click".