EP 9: POR TI ESTARÉ.

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Alba cargó la última caja y cerró de golpe la puerta de la furgoneta. Echó un último vistazo a su balcón, ahora sin macetas, sin ropa tendida en los cordeles. Las puertas cerradas, las persianas echadas. Sin vida. Vacío. Y un letrero en letras naranjas que, junto al número de teléfono de Mario, anunciaba: Se alquila.

- Adiós – dijo en voz baja mientras se subía al vehículo y Natalia lo ponía en marcha.

No podía dejar de sonreír. Alba era una de esas mujeres que, cuando sonreían, sonreían desde los labios hasta los ojos. Se podría decir que en ese momento era feliz. Sus impuestos sueños de futuro se habían esfumado: su matrimonio, sus supuestos hijos, su vida de ama de casa. Ahora ya no le quedaba nada. Y como no tenía nada que perder, decidió darse la oportunidad de volver a vivir, esta vez como ella quería.

Subió el volumen de la radio, anunciaban el primer single de un grupo nuevo que acababa de llegar a la industria. "Guantanamera" de Guitarricadelafuente. En seguida, aquella canción atrapó a ambas.

"Y has quemado la ciudad,

mamasita dame alas,

Que me quiero ir a volar.

En las cuevas de Cañart,

La vida es tan bonita que parece de verdad..."

- Me encantaría ir a Cuba – comentó Alba de repente.

- Ese deseo es fácil de cumplir – sonrió Natalia – puedes hacerlo cuando quieras.

- ¿Alguna vez te he dicho que me encanta lo optimista que eres? – le devolvió la sonrisa. Natalia se encogió de hombros.

Pasaron el resto del día subiendo cajas al nuevo piso, colocando y montando muebles. En un solo día habían avanzado bastante, si al día siguiente eran igual de productivas, posiblemente el lunes Alba ya podría mudarse definitivamente, cosa que le venía estupendamente porque sus vacaciones llegaban a su fin, y tenía que retomar un poco su rutina.

Se encontraban tiradas en el suelo de un piso lleno de cajas, sofocadas y exhaustas.

- Alba – susurró Natalia - ¿cuál es tu mayor sueño?

- Uf – suspiró – a ver, esto no se lo he contado nunca a nadie – la miró avergonzada, Natalia le hizo un gesto indicándole que siguiese hablando – mi mayor sueño, de todos, de todos los tiempos es ser fotógrafa del National Geographic.

- ¿En serio? – se sorprendió y giró su cuerpo para verla mejor

- Sí – sonrió – no me pega nada, ¿a que no?

- No sé – la miró a los ojos – yo es que te veo capaz de ser todo lo que te propongas.

No sabía si fue lo que dijo, o cómo lo dijo, pero todo su cuerpo se estremeció al escucharla. Se perdió en esos ojos que la miraban con una admiración que no llegaba a comprender, tras unos segundos se descubrió mirando los labios, ligeramente abiertos, de su compañera. Se puso nerviosa, estaba sintiendo algo que no llegaba a descifrar.

- ¿Nos vamos? – se levantó de forma apresurada – se nos está haciendo tardísimo.

- Sí – carraspeó – vamos.

Volvieron a casa en un silencio ligeramente incómodo, después del último momento vivido no sabían muy bien cómo actuar. No sabían si lo mejor era hacer como si nada, que en realidad era lo que había pasado, nada. Alba sentía una ligera atracción hacia Natalia, pero creía que era debido a que la admiraba, admiraba su personalidad y su forma de vida, tenía todo lo que ella siempre quiso: libertad. Le daba igual lo que la gente pensase de ella, siempre era fiel a sus pensamientos e instintos. A parte de que era guapísima y tenía un cuerpazo, eso no podía negarlo si quería ser objetiva y realista. En general le parecía una chica bastante interesante, y que cualquier persona podría fijarse en ella, por eso no le daba demasiada importancia, sabía que Natalia no era una persona que pasase desapercibida.

Al primer vuelo - ALBALIAWhere stories live. Discover now