Capítulo 23

13.4K 1.3K 396
                                    

________ Haakosson.

Cenamos entre risas y anécdotas divertidas, de lo que había sucedido a lo largo del día, y a lo largo de nuestras vidas.

  —Dioses, tu padre era horrible— Astrid se entristeció.

  —No sientan lastima, por algo escape de allí— sonreí para no hacer el momento incómodo.

  —Y eso nos alegra— Sonrió Brutacio y luego observo a Hiccup —a algunos más que a otros, ¿no?— le sonrió con picardía.

  —Creo que mi padre se enojará si me quedo más rato del debido— Patán se paró del asiento —debemos repetir esto, nos vemos mañana— se despedido y se marchó.

Al poco rato, todos decidieron irse, sin embargo, detuve a Hiccup, quedándonos solos en la casa.

  —¿Todo bien?— cuestionó con una sonrisa.

  —Todo estaría mejor si te quedaras a dormir...— sugerí alzando una ceja coqueta.

  —Ya recordé— llevo una de sus manos a su barbilla —me debes nuestra noche...alocada— rió burlón.

  —¿Qué parte de dormir no entendiste, Haddock?

  —Que sepas que me debes esa noche salvaje— se encongió de hombros —¿Dónde dormiremos, princesa?

  —Princesa es el apodo menos original que he oído en años— reí caminando hasta la habitación seguida se Hiccup.

  —Se me ocurrió en el momento— espetó fingiendo molestia —al menos yo me esfuerzo en conseguirte un apodo.

  —Que tal...el espanta suegras— sonreí burlona a la vez que comenzaba a quitarme prendas que llevaba puestas.

  —¿Por qué?— rió y comenzó a sacarse parte de su armadura.

  —¿Ves a tu suegra por aquí?— miré a mi alrededor —yo no.

Hiccup rió y luego se puso serio.

  —Nunca me has hablado de tu madre— se sentó en mi cama y se sacó la camisa.

  —Gran espectaculo— vi su torso desnudo y él se sonrojo  —mi madre está muerta...no es algo que me afecte mucho.

  —Lo siento...yo no sabía

  —No te preocupes— le sonreí y me senté a su lado tomando su mano.

De pronto mi mirada se posó en sus labios, creo que ambos pensábamos lo mismo.

Unimos nuestras bocas. Sus labios acariciaron los míos con ternura y suavidad.

Apoye mis manos en su pecho, acariciándolo, suavemente, y dibujando círculos con las yemas de mis dedos. Él me tomó por la cintura, obligándome a sentarme en su regazo. Sentí un poco de pánico ante tal situación, pero acompañada de placer y lujuria.

Tocaba mi cintura con delicadeza, sus labios abandonaron los míos para bajar hasta mi cuello, donde comenzó a succionar y besar una zona débil. Ante tal acto no pude evitar jadear o decir su nombre entre susurros.

  —Pensé que dormiríamos— me separé un poco de él, apoye mis manos en sus cabellos y comencé a tocarlo.

  —Tú no me lo pones fácil...— sonrió con picardía.

No pude evitar sentir esas "mariposas" en el estómago. Al diablo, ¿Qué mariposas?, Eran malditos dragones.

¿Hiccup quería continuar?

Yo no me sentía preparada para nada, lo quiero, claro está, pero no me siento preparada para dar el siguiente paso, y menos tan rápido.

  —Hey, calma— Hiccup al parecer noto la preocupación en mi rostro, toco mis brazos con suavidad —no te obligo a nada, y nunca lo haría— me sonrió comprensivo —creo que es hora de dormir.

Sonreí y asentí, me separé de él y me acomodé en la cama, Hiccup se acomodó a mi lado y me abrazó por la cintura. Yo por mi lado, me acomodé entre sus brazos, escondiendo mi cabeza entre su pecho.

Respire su aroma y sonreí. Estar así con Hiccup me había feliz.

  —Buenas noches, Haakosson— beso mi frente.

  —Buenas noches, espanta suegras— dije en tono burlón y él soltó una pequeña risa.

Hiccup Haddock

Había pasado un rato, ______ ya estaba dormida, sin embargo yo aún no podía.

Sonreí y comencé a tocar su cabello, era suave y con un buen aroma.

Esta chica me volvía loco.

  —Si sigues tocando mi cabello, no podré dormir— dijo en un susurro poco audible.

Sonreí y aparte mi mano de su cabello, volví a besar su frente.

  —Te quiero— le susurré antes de dormir.

[...]

Un rayo de luz entro a la habitación, poco a poco fui abriendo los ojos. Al mirar a mi alrededor, observé a ______, quien aún dormía entre mis brazos.

Sonreí y deposité diversos besos en su rostro hasta que despertó.

  —Buenos días— me sonrió.

  —Buenos días— repetí igual que ella, con una sonrisa. —Deberiamos vestirnos e ir al comedor— sugerí.

  —Me quedaría aquí— me abrazó con fuerza y luego se apartó —Pero el hambre me gana.

Salió de la cama, yo me quedé observando como ella se vestía.

Vio mi camiseta en el suelo y me la lanzó en el rostro.

  —Deja de verme y comienza a vestirte— ordenó divertida.

  —Como usted diga, señorita— sonreí divertido y comencé a vestirme.

[...]

Al llegar al comedor, divisé a mi padre, que me miró serio.

  —Ve con los chicos, te alcanzaré luego— besé la mejilla de _____, ella asintió y yo comencé a caminar hasta la mesa de mi padre.

Al llegar suspiro molesto.

  —Pensé que habíamos llegado a un acuerdo, avisarías donde estarías— llevo su mano a su frente.

  —Pensaste— recalqué —perdón, ayer surgió...algo.

Mi padre alzó una ceja.

  —¿Sabes que quiero nietos luego de tu matrimonio?— frunció el ceño.

  —¿Por quién me tomas?— reí divertido —No es lo que insinuas— me encogí de hombros —iré con los chicos, desde ahora trataré de avisarte— termine de decir para tranquilizarlo e ir a la mesa con mis amigos.

Camine hasta la mesa de ellos, me senté entre Brutacio y Patapez.

  —¿Qué tal la pasaron ayer?— sonrió Brutacio con picardía a mi lado —No somos tan estúpidos como para no darnos cuenta de que se quedaron solos.

  —Fue una siesta muy placentera— dije para comenzar a comer.

Desde que te conocí [Hiccup y tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora