Capítulo 61

6.6K 585 25
                                    

Al cabo de unos días, al caer la noche, Grimmel partió con sus dragones, que estaban siendo controlados, y fue por los cielos rumbo a Berk, el hogar de los dragones y el lugar en donde se encontraba su hija.

Al  llegar no encontró mejor modo que irrumpir en la casa del jefe, Hiccup Haddock.

Grimmel dejo los dragones sobre el tejado y los alrededores de la morada, y encontró sigilosamente esperando encontrarse con el prometido de su hija.

Pero Grimmel no contaba con que el muchacho, y sus amigos, tuvieran un plan. De hecho, no sabía que Brutacio había robado sus planes y no sabía que su propia hija, había estado espiándolo.

Grimmel podía ser muy inteligente, pero no tan perspicaz como hacía creer.

El muchacho, y joven jefe, Hiccup Haddock, estaba buscando pistas que probablemente su padre había dejado registrado en algún libro. Daría lo que fuera por hallar alguna pista del mundo oculto.

Y el joven vikingo, se asombró al ver a su suegro, Grimmel, en la silla que solía ocupar su padre en el hogar, aunque en el fondo, lo veía venir.

—Grimmel, cuánto tiempo —saludo el joven de cabellos despeinados— un poco tarde ¿No? —cuestiono subiendo el tono de su voz, para que sus amigos fueran capaces de oírlo y prepararse— es tarde, ______ debe estar dormida, hubieras llegado temprano para la cena.

—Buenas noches, Hiccup —Grimmel al decir el nombre del menor, simuló hipar y sonrió arrogante— Gracias por la información, quizás un día llegue antes y traiga el postre.

El chico de ojos esmeraldas asintió y rápidamente saco su espada de fuego y se acercó a Grimmel con el rostro contraído por la cólera y el temor.

—Dejémonos de formalidades y vayamos directo al grano —dijo Hiccup con ira en su voz— ¿Qué te trae por aquí?

—Verás, me sorprende que no hayas ido a atacarme, pensé que algo malo pudo haberte sucedido. —explicó el hombre con falsa tristeza en su voz— Aún muero de ganas de conocer a tu dragón. No sé si mi hija te lo ha contado, pero he matado a cada furia nocturna que he encontrado.

—Tal vez lo mencionó, no lo recuerdo —respondió el castaño.

Grimmel al observar detrás de Hiccup, se percató de un gran bulto cubierto de una sábana, no dudó en sacar su ballesta y apuntarle con la esperanza de que se tratara de la gran bestia, del alfa.

Pero se sintió idiota al darse cuenta de que era tan solo un disfraz, y que un chico robusto se encontraba debajo de esas sábanas.

—Bueno, Hiccup —el mayor esbozó una amplia sonrisa— no me dejas otra opción, destruiré todo lo que amas, y créeme, no dejaré que tengas ese final feliz con mi hija.

—Eso deberé decidirlo yo ¿No crees, padre? —la prometida del joven jefe salió de entre las sombras, modelando un traje compuesto por escamas de su dragón— espero que tu visita sea breve.

—Y lo es —respondió su padre, sonriendo aún más y pensando lo horrible que era el traje hecho de escamas de dragón. ¿Cuál era el propósito de aquello?

Grimmel sin dudar, lanzó un silbido, provocando que sus dragones siendo controlados, comenzaran a incendiar el lugar y a lanzar un extraño líquido verde.

—¡______! —exclamó Hiccup asustado, temiendo que a su prometida pudiera sucederle algo.

Pero ella era buena en el combate, rápidamente agarró sus espadas y comenzó a luchar y a abrirse paso entre los dragones y el fuego.

A la mente de Hiccup, volvió el mismo pensamiento de siempre: esa chica es perfecta.

Cuando el caos surgió, Grimmel desapareció junto a sus dragones, yéndose con un sentimiento de victoria y gloria.

Al cabo de unas horas, cuando el caos hubo pasado en la casa del joven jefe, llamo una junta. Todos los vikingos de Berk se dirigieron al gran comedor en mitad de la noche.

Hiccup sabía que era tiempo de hacer las cosas de manera distinta, y también sabía que era tiempo de que todos los habitantes supieran de los acontecimientos.

—¡Hey, calma! —exclamó Hiccup esperando que todos los murmullos se acabaran.

______, al ver que esto no sucedía, agarró sus espadas lanzándolas sobre la mesa.

—¡Silencio! —exclamó a la vez que sus espadas se incrustaban sobre la superficie de esta.

—No estamos seguros aquí —comenzó el castaño— Dioses, ¿Vieron cómo quedó mi casa —ejemplifico— Bien, Berk se ha vuelto un blanco fácil, y estamos en peligro. Grimmel quiere arruinar Berk y matar al alfa de los dragones.

Los murmullos volvieron a cesar, Grimmel, el padre de ______, la prometida del jefe. Esa realidad había corrido como un rumor a lo largo del tiempo, pero todos en el fondo sabían que era cierto, y pensaban que esa chica tenía la culpa de los sucesos que se estaban desatando.

—Mi prometida está de nuestro lado y lo ha demostrado de diversas formas —exclamó el muchacho con molestia— Debemos dejar de ser el blanco fácil y tratar de evitar esta lucha, por eso pienso que la mejor idea es dejar Berk.

Nuevamente, los murmullos volvieron a oírse por el gran comedor ¿Adónde irían? Berk era el hogar de los vikingos reunidos allí.

—Hiccup habla de la búsqueda del mundo oculto —exclamó _____, al ver la mirada de confusión y nuevos murmullos de los vikingos, explicó rápidamente y con voz alzada— sonará loco, pero es el hogar de los dragones.

Hiccup suspiró y tomo la mano de su prometida agradecido, pero aún con temor por todo lo que se avecinaba.

—Es el único modo en el que podremos salir indemnes —explicó el muchacho— solo es cuestión de encontrar el mundo oculto. Berk es solo el nombre de esta aldea, no significa que Berk desaparezca por completo. Sólo significa, un traslado, puesto que, Berk somos nosotros, sus habitantes, eso es Berk.

Muchos se mostraron convencidos ante las explicaciones.

—¿Quién está con Hiccup? —exclamó Brutacio alzando sus brazos al lado de su gemela, Brutilda.

—Partiremos al amanecer, preparen sus cosas —ordenó el jefe, aún sosteniendo la mano de su prometida para tranquilizarse.

Al cabo de unos minutos, cuando todos los habitantes se fueron y solo quedo el pequeño grupo de amigos y familia del joven jefe, este dijo:

—Lo que se avecina no será fácil, pero estaremos juntos, y no dejaré que algo les suceda a ustedes.

—Nos cuidaremos, como equipo —respondió Astrid atemorizada.

—Eso si es que aprendemos a trabajar en equipo —dijo ______ en voz baja, recordando la alta dependencia que los jinetes tienen hacia sus dragones.

—Lo harán —respondió Valka esperanzada.

Hiccup no pudo evitar pensar lo peor, ya le habían sucedido cosas horribles antes, ya había perdido a seres queridos y temía que esta vez fuera igual.

• • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
¡Hola!

Quise probar otro tipo de narración.

¿Qué les parece?

¿O prefieren la anterior?

A mí me agradó narrar así, aunque obviamente, no lo haré siempre.

Desde que te conocí [Hiccup y tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora