Capitulo 12

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Natalia's POV

Ni siquiera sabía que la echaba de menos hasta que la vi. Entonces lo supe. Quise sonreírle, hablarle, abrazarla... Pero no puedo hacer eso. Se que lo que estoy haciendo es lo correcto, pero me siento mal por alguna razón. Me gustaba estar con Alba bien. Ella me hace sentir de una manera que nadie mas me hace sentir, y cuando estábamos bien ese sentimiento se multiplicaba.

-¿Quién era?-me pregunta Africa, una de mis amigas de mi antiguo instituto.

-Una chica de mi instituto.-contesto.

-No te llevas muy bien con ella,¿verdad?-dice Carlos.

-No... Es complicado, ¿vale?

De repente Marta me agarra del brazo y me mira con los ojos muy abiertos. A ella sí que le he hablado de Alba, le he explicado quién es y lo que me pasa con ella.

-¿Es Alba?-me pregunta como si Alba fuese alguien famoso.

-Sí, es ella.-respondo apartando su mano de mi brazo, ya que me empezaba a hacer daño.

Y para dolor, mi culo. Vaya golpe me di. Y todo por estar mirando a otro lado. Hubiese sido menos doloroso si Alba no hubiese caído encima mío, pero al menos ella no se hizo tanto daño como yo.

-¿Alba?-pregunta Africa.-¿Hay algo que no nos has contado?

-Sí, muchas cosas, pero os vais a tener que aguantar.-respondo poniéndome delante suyo con una sonrisa que se que les va a molestar.

Salgo de la pista, ya que llevamos bastante tiempo patinando y mis pies empiezan a doler. Así que cuando me quito los patines, es como si tocase el cielo. Y parece que a mis amigas les pasa lo mismo.

Una vez que devolvemos los patines, vamos a una cafetería a tomar algo. Yo no tengo mucho dinero, el suficiente para pagar los patines, así que Ally me pagó lo el refresco que pedí.

-Ay, ¡Nat!Se me olvidaba decirte una cosa, se me olvida siempre.-dice Carlos.-Tus dibujos siguen en el instituto. La directora me dijo que puedes ir a recogerlos cuando quieras. Ya sabes que el instituto está abierto en vacaciones.

-Oh...Así que estaban ahí.

Me encanta dibujar. Siempre me gustó, desde que era una niña. Mi madre me contó que cuando era un bebé cogía cualquier cosa con la que se pudiese pintar y pintaba incluso en las paredes. Una vez, durante una clase de matemáticas que no dimos ya que la profesora no pudo venir, me dediqué a dibujar. Era un simple paisaje, unas montañas, un río, árboles... Y la profesora que vino a sustituir lo vio. Resultaba que era la profesora de dibujo de último curso, que se encargaba también de la decoración de las clases y los pasillos. Se quedó bastante impresionada y me preguntó si quería hacer unos cuantos dibujos para decorar las clases. Y yo acepté, obviamente, no iba a decirle que no y además es algo que disfruto haciendo. Se sentía bien que alguien lo apreciase.
Así que hice unos 50 dibujos. Tanto con lápiz, con rotuladores, con bolis, con temperas, con carboncillo... E hice lo que se me pasaba por la cabeza. Desde un gran lobo aullando a la luna en lo alto de un roca hasta formas al azar de diferentes colores, pasando por imitaciones de pinturas famosas.
Pensaba que habían desaparecido, ya que al final del curso los quitaron de las paredes. Obviamente eso me preocupó, pero ya me había olvidado de ellos.

-La señorita Stone me los dio y yo los guardé en un armarito en la sala de exposición.

-¿Por qué?-pregunto.

-Porque soy el que se encarga de las exposiciones de cuadros y fotos de alumnos, pensaba que lo sabías.-dice.

-Claro que lo sabía, pero preguntaba que por qué te los dio a ti.

-Porque me da clase y sabe que somos amigos, así que me pidió que te los diese. Y cuando me los dio los guardé en el armario ese y siempre se me olvidaba decírtelo.-explica a la vez que saca unas llaves de su bolso.-Las llaves del armario y de la sala.

-Está bien.-digo.-¿Pero no era más fácil traérmelos?

-Te dije que se me olvidaba, y no pienso entrar en el instituto cuando estoy de vacaciones. Y menos estando vacío. Da miedo.

Todos nos reímos por eso último. Guardo las llaves en mi bolsillo y decido ir cuando cada una de mis amigas se vaya a casa. Sino sé que se me olvidará a mi también.

Tengo que llevar a Marta a su casa, como siempre me toca hacer, ya que ella no tiene carnet de conducir. Pongo la radio y escuchamos las canciones que ponen. Yo las canto, al igual que Marta, pero a las tres canciones, dejo de hacerlo, ya que Alba viene a mi mente. No puedo parar de pensar en ella. Y cuando lo hago, siento algo raro en el estómago. Apago la radio en mitad de una canción cuyo nombre no sé y Marta me mira con indignación.

-¿Puedo preguntarte algo?

-Ya lo has hecho.-dice Marta.

-Cuando te gusta alguien...¿cómo lo sabes?-pregunto ignorando su comentario.

-Ya te lo expliqué.-contesta después de soltar un largo suspiro. Pero luego me mira igual que me miró antes cuando choque con Alba.-¿¡Te gusta alguien!?

-No lo se.-respondo.-Pero hay una persona que está todo el rato en mi mente.

-Continúa.-dice Marta haciendo un gesto con su mano, bastante sorprendida por mis palabras.

-Cuando estoy con ella siento... algo raro en el estómago. Como cuando voy a hacer un examen importante, pero más agradable.

-¿Ella?¿Es una chica?-pregunta Marta con curiosidad.

-Sí.-respondo sin miedo.

Creo que Marta esta demasiado sorprendida porque probablemente me gusta alguien como para preocuparse por si es un chico o una chica. Además eso no importa. El amor es el amor, ¿no?

-Pues eso que sientes, son las famosas mariposas en el estómago.

-¿Eso es?-pregunto.-Vaya...

-Me parece increíble que nunca te hubiese pasado hasta ahora.-comenta Marta.-Pero sigue hablando, es interesante oírte hablar de amor.

-Me siento protectora con ella, pero yo... No es que la trate muy bien.

-¿Cómo?-pregunta Marta confundida.

-No quiero que se acerque a mi, no quiero que me conozca, así que la ignoro y cuando le hablo, pues soy una borde.

-Espera...¿Estás hablando de Alba?-me pregunta sonriendo.

-No, yo no he dicho eso.-miento.

-¿Desde cuándo mientes tan mal?

-Es que...No se, cuando la veo pues me siento genial, pero no puedo dejar que se acerque a mi y eso me duele.

-¿Por qué?¿Tienes miedo?

-¡Claro!Le he robado. Llevo con miedo desde que la vi sentada el primer día de clase a mi lado.

-Si aún no ha dicho nada, no lo hará ahora.

-Espero... Es la única persona que quiero que me conozca y a la vez me da miedo que lo haga.

-¿Y tú a ella quieres conocerla?

-Sí...Todo. Desde su color favorito hasta lo que piensa cuando no puede dormir.

-Vaya...-dice Marta mirando al frente. Noto su mano en mi hombro.-Nat,por fin te gusta alguien.

Wanted || AlbaliaWhere stories live. Discover now