Capitulo 23

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Alba's POV

Fuimos a cenar a una hamburguesería que estaba cerca del casino donde Natalia iba a comer con el Tío Rick y sus hijos cuando era más pequeña. Tienen las mejores hamburguesas que he probado hasta ahora, Natalia me lo había dicho antes de entrar. Insisti en pagar y después de cinco minutos discutiendo, Natalia aceptó a que pagase. Como ya es de noche y tardaremos unas 5 horas en llegar a casa, decidimos dar una última vuelta y marchar.

-¿Quieres un chicle? -me pregunta Natalia.

-¿Me huele el aliento?-digo riendo.

-No, es que no me gusta sentir la boca sucia, me gusta que sepa a menta.-explica llevandose un chicle a la boca.-Y pensé que a lo mejor tú querías un chicle.

Cojo uno de la caja que tiene Nat en la mano y lo meto en mi boca.

-Pero también te olia el aliento.-bromea para enfadarme.

-Oh que graciosa eres.-digo sarcásticamente.-¿En serio crees eso?

-Sí.

Escupo el chicle a lo que Nat responde con una mirada asesina, pero se le quita en cuanto nuestros labios chocan. Natalia responde al beso al momento y pone sus manos en mi nuca acercándome más a ella. En pocos segundos, el beso empieza a acelerarse y yo me pongo nerviosa. Nunca he besado a nadie de esta manera. Natalia lo nota y se aparta un poco de mi.

-¿Estás bien?-pregunta a pocos centímetros de mi.

-Es que yo...¿Tú has salido con alguien antes?

La pregunta sorprende a la morena, porque frunce el ceño, pero aún así me responde.

-No.

-¿Entonces cómo es que sabes besar así?

-No quieras saberlo.-contesta riendo, pero unos pocos segundos más tarde deja de reirse y vuelve a mirarme.-Ah ya se qué pasa.

-¿El qué?

-Nunca has besado a nadie de esta forma.

-Exacto.

-Y te da miedo hacerlo mal.

-Eso es...

Natalia se ríe y esa pequeña carcajada y la forma en la que echó la cabeza hacia atrás, hizo que se me revolviera el estómago.

-Tranquila, todo a su tiempo.-dice agarrándome la mano para seguir caminando.-Ahora volvamos al coche.

Y eso mismo es lo que hacemos. Natalia mira todo el rato hacia delante mientras me cuenta algo sobre comida. Yo en cambio permanezco en silencio apreciando cada detalle de su cuerpo. La forma en la que su mandíbula se mueve cuando habla, sus pequeños hoyuelos cuando se ríe, su cuerpo de atleta que no he tenido muchas ocasiones de apreciar... Entre su cuerpo y su personalidad, no voy a tardar en enamorarme de ella, estoy segura.

Llegamos al coche y esta vez convezco a Nat para que me deje conducir. Ella acepta casi sin rechistar, así que me meto en el asiento del conductor y ella en el de al lado. No quiero que este día se acabe. No quiero volver a casa, quiero seguir la carretera y viajar junto a ella, pero los sueños; sueños son.

Después de unos diez minutos de viaje, Natalia pone sus piernas en mi regazo, tal y como yo hice de la que veníamos. De repente la escucho hablar y no es conmigo. La miro y veo que tiene el móvil en la oreja. Vuelvo a mirar a la carretera iluminada por farolas y escucho lo que dice.

-Estamos volviendo ya a casa... No, no estoy conduciendo yo... Vale, no te preocupes... Que sí, pesada... Ya te cuento mañana, adiós.

Nat cuelga el teléfono y por el rabillo del ojo veo que me mira. No hace falta que le pregunte nada.

Wanted || AlbaliaWhere stories live. Discover now