Capitulo 27

4K 210 5
                                    

Natalia's POV

Empiezo a ser consciente poco a poco, pero no abro los ojos, solo gruño levemente. Inmediatamente oigo pasos y una mano agarrando la mía. Se que es Alba.

-Hey, mi amor, estás despierta.

-Me ha vuelto a pasar, ¿verdad?-pregunto intentando abrir los ojos.

-Tu madre dijo que llevabas sin comer casi 3 días. Y que solo teníais dinero para comprar el pan y poco más.

-Sí... Es verdad.-digo abriendo los ojos el todo.

Estoy en el hospital, siempre acabo aquí cuando me pasa esto. En la habitación solo está Alba.

-¿Y mis padres?

-Tu padre lleva todo el día buscando trabajo y tu madre está en el suyo.-contesta Alba.-Se están dejando la piel por ti.

-No es por mi.

-Por tu familia, pero les has ayudado a darse cuenta de que lo que os está pasando es peligroso.-dice acariciando mi mejilla.-Tus hermanos están comiendo en la cafetería con Marina, mi madre y tus amigos.

-Deberías ir con ellos.

-No quiero dejarte sola.

-Si me desmayo de nuevo ya estaré en la cama.-digo riendo.-Además ya me encuentro mejor.

-Normal.-dice Alba mirando algo en un extremo de la cama.

Sigo su mirada hasta mi brazo, que tiene tubos en él. Se que me han alimentado por ahí.

-Vete.-le digo.-Yo no me moveré de aquí.

Alba asiente, y me suelta. Se da media vuelta y antes de salir de la habitación, me mira.

-Habían 20 euros en tu pantalón.-dice.

Al escuchar eso recuerdo lo que había hecho esa noche antes de ver a mis amigos y me tenso.

-¿Mis padres lo saben?

-No, los cogí antes de que llegasen. Te los devolveré cuando salgas.-su voz tiene un tono que es una mezcla de enfado y decepción.

-Lo siento...

-No es conmigo con quien tienes que disculparte.

Alba se va de la habitación y me quedo sola. En un minuto llega una enfermera y me quita el tubo que estaba clavado en mi piel. Esta enfermera siempre me atiende cuando vengo aquí.

-Natalia, ya se que es difícil para ti y tienes tus principios, pero si no quieres quitarle comida a tus hermanos, come con tus amigos.-dice.-Y ya se que no quieres pedirle ayuda a nadie, pero tienes que comer y tus amigas están dispuestas a hacerlo.

-Está bien...

-¿Me lo prometes?

-¿El qué?

-Que cuando os falte comida y no haya para ti vayas a comer con alguna amiga.

Me pienso la respuesta bastante. Tiene razón, yo nunca quiero ayuda con este tema, pero cada vez que me pasa esto me encuentro fatal y no me gustaría volver a pasarlo.

-Lo prometo.

-Bien, te traeré la comida en unos minutos.

La enfermera sale de la habitación y prácticamente 2 segundos entran mis hermanos. Elena viene corriendo a abrazarme, y Santi lo hace después. No tengo ni idea de si mis hermanos saben lo que me pasó, por lo que prefiero no decir nada del tema.

-Estábamos muy preocupados.-dice Elena.-¿Te encuentras bien?

-Sí, ya estoy mejor.

Durante varios minutos hablo con mis hermanos, y no hablamos de nada de lo que me pasó, solo de la comida de la cafetería y del novio de Elena, un niño que iba a su clase. La enfermera me trae la comida y yo la voy comiendo poco a poco. Después llegan Marina, Alba y La Rafi.

-Hey, ¿cómo estás? -me pregunta Marina.

-Bien.-contesto con una sonrisa

-Chicos, ¿podéis dejarnos a Natalia y a mi solas, por favor?-pregunta La Rafi amablemente.-Serán solo dos minutos.

Todos le hacen caso, por lo que nos quedamos en la habitación solas la Rafi y yo. Desde que los conocí, me llevo bien con todos los miembros de la familia de Alba, y ya me han aceptado.

Aunque he recibido alguna amenaza por parte de sus hermanas diciendo que si hacía daño a Alba, sufriría las consecuencias.

-Natalia...-dice la rafi con tristeza.-¿Por qué no nos lo dijiste?

-¿El qué?-pregunto con la pequeña y remota esperanza de que se trate de algo diferente a lo que estoy pensando.

-Que os falta dinero.-responde.-Alba nos lo ha dicho en cuanto Marina y yo empezamos a pensar que tenías problemas alimenticios. Podríamos haberos ayudado.

-Por eso no lo dije.-contesto, y La rafi frunce el ceño.- Sí, ya se que suena ridículo, y lo es, pero mis padres no quieren que nadie nos ayude.

-¿Te molesta si pregunto por qué?

-Son así de orgullosos... Me imagino que no quieren tener deudas con nadie, pero siempre que les pregunto me dicen que "porque no".-digo poniendo voz grave en las últimas palabras, intentando imitar lo más posible a mi padre.

-¿Y has pensado en trabajar?

-Sí, pero no tengo tiempo, solo puedo cuidar niños y pasear perros.

-No me gustaría que esto volviese a pasar.-dice la rafi.-Me da igual si tus padres están en contra, pero voy a hacer lo posible para ayudaros.

-Pero...

-Tus hermanos y tú coméis mucho menos de lo que deberíais, por lo que me dijo Alba, esta no es la primera vez que te desmayas por no comer.
Además, al menos que consigas una beca no podrás ir a la universidad. ¿Crees que voy a dejar que os pase esto? Eres la novia de mi hija y te quiere, y al verte sufrir, sufre ella y sufro yo. Y aunque no lo fueses, eres amiga de Marina, igual que tu hermano.

Me quedo callada durante unos segundos, sin saber qué decir. No voy a negarme a que nos ayuden. Por mucho que quiera negarme, La Rafi tiene razón, necesitamos ayuda. Aunque ahora mi padre esté esforzándose más en conseguir trabajo, va a ser complicado que lo acepten si tiene problemas de alcohol. Y a mi madre si le suben el sueldo, cosa que dudo mucho, se lo subirán poco.

Asiento con la cabeza, y La rafi me acaricia la cara sonriendo. La puerta se abre y entra la enfermera con la comida. La deja a mi lado y yo observo por la puerta abierta a mis hermanos y a Alba y Marina. Están todos hablando entre ellos, y Alba no para de mirar hacia la habitación. Durante unos segundos nuestros ojos se encuentran, pero de la que sale, la enfermera pasa por el medio y aparto la mirada.

-Gracias.-le agradezco a La rafi.

-Faltaría más.-sonríe.-Ahora come.

Wanted || AlbaliaWhere stories live. Discover now