Capítulo 14.

620 89 39
                                    

Pasaron alrededor de tres semanas a partir de la fiesta que termino mal. Dagan y yo pasamos la mayor parte de los días juntos. Su personalidad y carisma hizo que una parte de mi confiara en él.
Le conté de la desaparición de mi madre y como lidie con eso; él me habló sobre su familia y del como era vivir en Solonio.

Pocos días para sentirte cómoda, pensé.

Llegue a ir a unas reuniones más, acompañada de Grisel, yo iba solo por ella y ahora también por Dagan.

Intentaba evitar a River, nunca entendí el porqué de mis acciones hacia él, pero de cierta forma me sentí confusa y fuera de órbita cuando estuvo cerca de mí.

Al verlo ahora, y actuar normal como si no hubiera pasado nada, me hace pensar que me estaba evitando o simplemente había olvidado aquella noche.

Estoy en la cocina acomodando la alacena cuando me doy cuenta que no nos queda tanta despensa.

— Grisel.— la llamo — ¿Me acompañarías a la mercería?

— De ninguna manera, tengo que acabar de doblar toda esta ropa — señala el sillón —. Si no  termino no podremos ir esta noche.

— Esta bien, termina lo tuyo.

Tomo mi impermeable que se encuentra sobre una silla, cuando tocan la puerta. Me dirijo a abrir y Dagan aparece.

— ¿Ya listas?

— ¿Qué haces aquí? — digo boquiabierta —. Nos veríamos allá.

— Bueno solo quise que me vieras antes — dice con las manos en las caderas.

Suelto un golpe en su hombro —: Ya tengo quien me acompañe, no tardo.

Grisel no contesta, así que solo nos vamos.

Como de costumbre me dirijo a la mercería de la señora Cooks.
Tomo algunos productos de limpieza, semillas y lo de la canasta básica. Dagan me ayuda a cargar las bolsas, mientras que el cielo truena por encima de nuestras cabezas. Subimos nuestros impermeables y aceleramos el paso.

— Si querías mercancía yo pude haberte regalado.

— Sabes que no la aceptaría — niego —. Por cierto,  ¿De dónde sacan tanta? Si lo que dan, es a todos por igual.

— Bunker y Foss, ¿Quién más? — contesta divertido.

— Claro, la verdad no tienes pinta de trabajar.

Me da un empujón y cuando yo estoy por devolvérselo escuchamos un grito que proviene de la plaza principal.

Ambos nos quedamos sin hacer ningún ruido y sin pensarlo corremos rápidamente al lugar. Al llegar a la plaza principal nuestra respiración es agitada, hay gente con paraguas e impermeables por todos lados e incluso unos asomados desde sus casas.

De repente una voz de hombre se escucha gritar —: ¡Está muerta de hambre intento robar en mi tienda! — la gente empieza a murmurar.

— ¡Y el robar significa muerte!

Finalmente codazo tras codazo, puedo llegar al frente y veo aún hombre robusto con aspecto descuidado, y a su lado tirada en la grava, está una chica delgaducha de cabello corto cubriéndole parte del rostro. Sus manos se encuentran sangrado y es cuando una ola de nauseas me invaden, mis piernas comienzan a temblar y lagrimas comienzan a acumularse en mis ojos.

Está atada al poste.

Inmediatamente me imagino a Grisel en su lugar y quiero golpearme por eso. Quiero acercarme más cuando una mano en el hombro me intenta detener y aunque sé que se trata de Dagan lo apartó.

RAIN [Libro 1]Where stories live. Discover now