RAIN [Libro 1]

Capítulo 45.

La persona que tengo en frente de mí, la desconozco completamente. Ya no es la persona de la que tengo recuerdos.
Ya no es la persona que guardo en mi corazón. Se la llevaron aunque la tenga aquí delante mío.

— ¿Sabes de ellos? — pregunto. — ¿De los rain?

— Lo supe cuando me llevaron, supe que yo era una de ellos.

Aprieto los ojos deseando salir de aquí. Deseando poder estar en la cabaña.

— Todo este tiempo rogaba al cielo que volvieras. Hablaba como si en verdad me escucharas o me estuvieras viendo. Quería que te sintieras orgullosa de mí. ¿Sabes lo estúpida que me siento ahora? ¡Lo sabes! — chillo — ¡Por supuesto que no, todo este tiempo solo pensaste en ti!

Ella me mira con cierta sorpresa, lastima. Pero no hay rastro de dolor. No lo hay.

Solo veo unos ojos vacíos repletos de indiferencia

No soporto verla más.

Sin pensarlo camino hacia la puerta y salgo de casa.

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Por un momento, solo por un momento me quedo parada sintiendo las lágrimas resbalar por mis mejillas. Aunque llueva, pueda distinguir cada una de ellas.

Inhala, exhala.

De nuevo comienzo a caminar pero enseguida una mano me sujeta por mi codo.

— Regresa, tu mamá necesita hablar contigo — ordena Foss.

— No me toques, déjame tranquila — me suelto de su agarre.

— Quise ser amable Brenna, pero dado que no cooperas.

Foss comienza a jalonearme y ya nos encontramos forcejeando.

— ¡Suéltame! — chillo.

Logro librarme de su agarre e inmediatamente salgo corriendo a toda velocidad. Al instante Foss ya se encuentra corriendo detrás de mí.

Corro con dirección a la cabaña, es el único lugar en el que estaré a salvo. El agua contra mi piel comienza a doler, pero eso no me impide seguir corriendo, la lluvia choca contra mi rostro y el cansancio comienza acumularse en mis pulmones.

Jadeo. 

El aire alborota mi cabello, pero eso tampoco me impide llegar al lugar que quiero estar.

Con quienes quiero estar.

Mis pies comienzan a pesarme a causa del cansancio. De la decepción.

Estas fallan y me hacen caer.

Quiero levantarme y seguir corriendo, pero mis piernas duelen al igual que mi corazón. Intento seguir, pero sin darme cuenta Foss ya me tiene sujetada del cabello levantándome de la tierra.

— ¡Quítame las putas manos de encima! — grito —. Los chicos sabrán lo que has hecho, Bunker. Todos.

Quisiera ver miedo en su rostro, pero veo todo lo contrario.

Este solo sonríe.

— Por supuesto que lo harán.

Sin dudarlo, su puño choca contra mi cara haciéndome caer en la oscuridad que creí haber estado evitando.

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"Gotita todo estará bien, te lo prometo."

Es la voz que surge en mi cabeza una y otra vez. Sus ojos son la única luz en la habitación que logro capturar.