Capítulo 15.

557 93 20
                                    

River sigue mi mirada y al darse cuenta de quien se trata, se levanta rápidamente.

— Está lloviendo como vil demonio — farfulla, sacudiendo su impermeable.

River se encuentra de pie cuando Helena se gira, por lo que ella se arroja abrazarlo y después directamente a besarlo.

Helena ni siquiera nota mi presencia.

¿Tan insignificante soy para ella?

River carraspea apartándose, hasta dirigir su mirada hacia de nuevo mí.

— Disculpa, no te había visto.

Sí, parece que si lo soy.

— Hola, no te preocupes — le doy una falsa sonrisa.

— ¿Estabas dormida querida?

Asiento.

Dirige su mirada a River y después de nuevo a mí. Sonríe mostrando sus perfectos dientes blancos.

— Pero ahí no vas a descansar bien, ese sillón es muy incomodo, ¿no es así River?

River baja la mirada y lo veo sonrojarse un poco. Observo el sillón y me levanto súbitamente.
Es cuando entiendo que él le pertenece a ella.

¿Qué estabas pensado cuando lo acariciabas?

Caigo en cuenta que la burbuja en la que estábamos ni siquiera existió. No la había.

— Los dejare solos, subiré a esperar a Dagan en su habitación.

Helena me despide con la mano y River me sigue con la mirada hasta que salgo de su campo de visión.

Me encuentro frente a la puerta de la habitación de Dagan y sin dudarlo giro el picaporte con mano temblorosa. Al cerrar la puerta tras de mí, me dejo caer en la fría madera.

Necesito a Dagan aquí a mi lado.

                    ❃❁❃❁❃❁❃

Dagan llega poco después, por lo que decidimos permanecer en la habitación tumbados en la cama.

— ¿No vas a decir nada? — pregunta.

— ¿Qué quieres que te diga?

— Cuando llegue River y Helena estaban discutiendo, ¿Sabes algo acerca de eso?

Niego con la cabeza, aunque tal vez sepa cuál fue la razón.

No, no la sabes.

Me siento rápidamente —: Debería irme, estarán preocupados y además hoy ha sido un día muy malo.

— Le dije a Grisel que pasarías la noche aquí.

— ¡No puedo quedarme, tengo que cuidar a mi abuelo! — chillo.

— Tu hermana le explicara lo que sucedido, él lo entenderá.

Subo la mirada hacia techo y me recargo en la cabecera de la cama.

Aprieto los ojos.

— Cuéntame algo que me distraiga, háblame sobre Solonio.

Se levanta sobre su costado ahora mirándome directamente.

— Los días allá, son como todos saben. Demasiado calurosos, cuando los rayos pegaban en la piel se sentían agradables — me giro a verlo —. La gente tiene piel bronceada y el olor de la mayoría de las cosas era muy fresco. Nunca había días fríos, los niños hacían  castillos de arena y recolectaban conchas de mar — dice con una sonrisa brillando en su rostro.

— Suena como el lugar mas cálido.

— Tal vez.

— ¿Tal vez? — frunzo el ceño.

— Era cálido. Hace diez años se desató un factor que afectó el cambio climático, por lo que no sólo Luviana cambio con su lluvia mortal — me explica —. La última vez que estuve allí, ya no se podía salir sin cubrirse prácticamente todo el cuerpo. Si tú piel es tocada por los rayos de sol se llena de grandes ampollas que terminarán por convertirse en quemaduras, que a su vez estás te provocarán la muerte.

Trago el nudo en la garganta que comienza a formarse.

Intuía que Luviana no era la única república afectada. Ahora todo habitante de la tierra que viviera en cualquiera de las cuatro repúblicas: Luviana, Solonio, Vanidia o Terriscan; la vida a la que estábamos acostumbrados, terminó el mismo día para todos.

— Pero... ¿Por qué tu familia está allá y no aquí con ustedes?

No habla por un momento y veo su manzana bajar y subir.

— Mi madre, se quemó el rostro por mi culpa — hace una pausa —. Mi casa se encontraba muy cerca del mar. Yo era muy pequeño y me encantaba salir a jugar en la arena. Pero ese día realmente quede agotado, mamá salió y ambos nos tendimos sobre mi manta hasta que el sueño nos venció.
Después de eso sentí un golpe en la cabeza y no supe nada más.

Sujeto su mano

— Al despertar me encontraba tendido en la cama con ampollas en brazos, piernas y unas pocas en el rostro.

Lagrimas comienzan a correr por sus mejillas, lo cual no parece importarle al estar frente a mí —: Su rostro, parte de sus brazos y piernas se quemaron. Ella tomó la manta para cubrirme y corrió conmigo en brazos — solloza —. Por mi culpa la gente la ve raro, por mi culpa dejo de sonreír. Ella decidió jamás salir de casa por como la gente la señalaba al tenerle lastima. Por eso decidió que lo mejor sería mandarme aquí a Luviana.

Trago el nudo, limpio lagrimas de mis mejillas y sin pensarlo lo abrazo.

Lo abrazo para curar su dolor, culpa y todo lo malo que llegue a sentir su noble corazón.

                    ❃❁❃❁❃❁❃

Dagan se queda dormido, por lo que no no lo despierto. Decido quedarme a observar cada una de sus facciones desde la forma que tiene su nariz hasta los pocos lunares que tiene.

Sonrío para mí misma.

Y es cuando sé que la gente siempre juzgará el exterior y no se tomara el detalle de poder conocer el corazón de la persona.
Eso creí de River y ahora tengo otra idea de él que no logro sacar de mi cabeza. Ser diferente no es malo, pero para la gente de mente cerrada, siempre lo será.

Desde el día que las repúblicas cambiaron inició todo, para algunos termino. Así es como dejamos de vivir nuestra propia vida.

RAIN [Libro 1]Where stories live. Discover now