Capítulo 44.

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Las cosas siempre las encuentra uno mismo, pero las personas van y vuelven por sí solas. Sin embargo, nunca creí eso último.

Me quedo quieta en lugar que estoy, como si hubieran apretado un botón que provocara que mi cuerpo dejara de funcionar. Mi mente sigue asimilando este momento.

No puede ser real. Lo estás imaginando.

La persona que tengo justo enfrente se acerca lentamente como si no quisiera asustarme, pero lo que no sabe es que en este momento mi cuerpo dejo de procesar el miedo.

— Brenna, mi pequeña Brenna. — sujeta mi cara por ambas mejillas.

Sin darme cuenta ya me encuentro abrazándola con lágrimas en los ojos, de estos caen muchas lágrimas.

— ¿Dónde? ¿Cómo es que estás... viva? — titubeo.

No le digo que una parte de mí ya había aceptado que no volvería.

Y lo hizo.

¿Pero por qué a hora?

— Tenía asuntos que arreglar.

— ¿Asuntos?

Mamá suelta mis mejillas y baja su mirada, yo también lo hago. Me doy cuenta que su ropa es fina y hecha de elegante seda. Militares se encuentran dentro de la habitación sin decir ninguna palabra.

Ella...

— Brenna, necesito hablar contigo, contártelo todo.

Me giro hacia mi abuelo que está sentado con Grisel en el sillón, asimilando lo que está pasando en la habitación.

Me acerco hacia él y susurro en su oreja —: Sube a la habitación con Grisel, necesito hablar con mamá.

— Hija... — lo interrumpo.

— Por favor, abuelo.

Mi abuelo asiente y toma a Grisel de la mano.

— Pero... — ella titubea.

— Necesitan hablar, dejémoslas solas.

— Pero yo quiero estar con mamá. — se queja.

— Grisel déjame hablar un momento con Brenna, no tardaremos.

Asiente y no dice nada al igual que mi abuelo. Ambos suben por las estrechas escaleras. Mamá hace un movimiento con su cabeza y los tres militares salen de la habitación.

— ¿Por qué ellos te obedecen?

— Son mi seguridad privada, trabajan para mí.

— ¿Para ti? ¿De un momento a otro te tienen que cuidar?

— Brenna, son cosas que no entenderías, ni aunque te las explicara.

— ¡Explícame! — levanto mi voz — ¿Por qué ellos te llevaron? — señalo hacia la puerta.

De un momento cambie de sentir felicidad a sentirme enojada.

No lo entiendo, debería abrazar a mi mamá y solo agradecer de que está aquí conmigo. Con nosotros. Pero no, algo no me gusta.

— Me casé.

Abro mis ojos asombrada por su respuesta.

— ¿Te casaste? ¿Por esa razón no volviste?

— Al principio me llevaron, ustedes no estaban en casa. Su abuelo Reynald trató de impedirlo, pero los militares no son nada fáciles — sonríe, al decir eso último —. Pude haber escapado, pero Brenna, caí completamente enamorada. Él me necesitaba tanto como yo a él — hace una pausa —, si yo regresaba las estaría arriesgando a ustedes, conmigo era más que suficiente.

RAIN [Libro 1]Where stories live. Discover now