Capítulo 25.

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Las reuniones se seguían haciendo no tan seguido, pero las había.

Grisel solo asistía a unas cuantas y esta vez no fue la ocasión. Al pasar alrededor de dos semanas logramos obtener información sobre las familias de los chicos que eran rain, solo era cuestión de ir a sus casas y hablar con sus familias. Esa sería la parte más difícil sin duda alguna. No sabríamos cómo reaccionarían sus familiares, podrían sacarnos a palos o peor, llamarían a los militares.

No tenía miedo, no después de lo que hable con Grisel, intentaría no tenerlo.

La lluvia cae de una manera en que no puedes salir, lo más razonable es quedarme;  irme sería estúpido en realidad. Esperaría que la lluvia cesara, pero dudo que lo haga.

Era inoportuna.

Chicos siguieron llegando, obviamente eran rain, pues venían mojados con sonrisas bailando en sus rostros. Eran pocos de ellos, pero eso no evitaba que la sala de estar se viera concurrida.

Dagan esta a mi lado conversando con un chico de pelo mojado cubriéndole  los ojos.

— ¿Quién es tu amiga? — me señala con la cabeza.

— Thomas ella es Brenna, mi novia.

Cuando dice eso último algo dentro de mí se expande.

— Un gusto — le extiendo mi mano.

Él la coge regresándome el saludo.

Ambos siguieron charlando, me encuentro demasiado distraída con su conversación hasta que algo llama mi atención.

River.

No sintió mi mirada, ni se giró en lo absoluto; solo lo veo salir por la puerta delantera. Me levanto excusándome, mientras ellos siguen sumergidos en su charla. Voy directamente afuera. River está parado en la entrada del pórtico con las manos en sus bolsillos, doy un paso tras otro hasta pararme junto a él.

— Hola.

— Hola — responde con la mirada vagando. — ¿Qué haces aquí?

— Solo quería despejarme, está lleno adentro.

Nos quedamos en silencio, y para mantener mi mente ocupada me concentro en los charcos de agua que se están formando en la tierra, hasta que River vuelve hablar.

—Brenna... — ahora lo miro a él — ¿Otra de las razones por la que no me besaste fue por Dagan?

Él no me mira.

Mi bilis sube, Dagan en ese momento no cruz por mi mente; quería besarlo, quería que me besara, pero él tiene a su persona y ahora yo tengo a la mía.

— Sí, lo fue — carraspeo.

Lo veo tragar, estira una de sus manos dejando que el agua se deslice por sus largos dedos.

— Te envidio River. — digo para aliviar la tensión.

— Se lo que causó — suelta una pequeña risa.

— Lo digo en serio, tú puedes tocar la lluvia sin estar muerto.

— Nunca has intentando tocarla.

Niego con la cabeza.

Ambos volvemos a quedar en silencio y solo observamos caer la lluvia.

— Discúlpame — susurra, a lo que me toma por sorpresa.

— ¿Por qué?

— Lo sabes bien, ahora entiendo que si eres el tipo de Dagan. Lo supe desde que te dejó subir a su tejado — da una media sonrisa —. Una vez yo subí ahí con una chica y terminó echándome, desde ese día me di cuenta que era su espacio, además, ambos comparten esa obsesión por las camisas de cuadros. Yo soy más de rayas.

Intento no reír al al escuchar eso último.

Dagan y yo compartimos tantas cosas en común que fue muy fácil acercarme a él. Pero River aunque sea más difícil de leer, me es sencillo quererlo.

Me fue sencillo.

— No te disculparé, a menos que vuelvas a hablarme y ser mi amigo como antes.

River ahora se voltea y ya se encuentra mirándome.

Estoy perdida.

Pero no me pierdo demasiado cuando él se gira de nuevo. Yo también me evitaría si fuera él, de cierta forma lo merezco.

— ¿Crees que alguna vez fuimos amigos?

— Absolutamente — no dudo, ante todo no lo hago.

— Si tú lo dices gotita — lo dice con una sonrisa bailando en sus labios.

Suspiro.

Estoy por decir lo que en el fondo quiero que sepa, pero las palabras no salen y solo se encuentran bailando en la punta de mi lengua, así que lo único que puedo hacer lo hago. Doy un paso hacia mi derecha y me pego a él para tomar su meñique entrelazándolo con el mío.

River se estremece, pero así le prometo que estaré para él no importa que suceda. No se lo digo, pero sé que River lo capta porque aprieta su agarre a mi dedo aferrándose a lo único que nos queda.

❃❁❃❁❃❁❃

— ¿Estas segura de querer visitar a sus familias? — pregunta River.

— Es lo único que podemos hacer por ahora.

— Brenna tiene razón, es mejor hacer algo que quedarnos aquí sentados — dice Foss masticando un puñado de almendras.

— No se si sea seguro, que tal si los militares nos descubren — menciona Dagan.

— No lo harán, Bunker y Foss nos cubrirán — aprieto su mano.

— Espera, ¿por qué siempre es Bunker y Foss? ¿No puede ser Foss y Bunker?

— Foss ese no es el punto, da igual el orden.

— No cuando siempre eres el seg...

— ¡Basta! — grita Bunker — Para mí tu siempre estarás primero, ¡ahora cállate!

Puedo jurar que veo sonrojar a Foss, no sé qué tipo de cosas hay entre ellos. Algunas veces se miran y otras se evitan. Sea lo que sea que ocurra entre ellos, no lo dicen. Porqué ni ellos mismos lo saben.

— Mañana iniciarán las visitas, podrías decirle a Helena que nos ayude — le dice Bunker a River.

— No creo que le guste la idea, pero le avisaré.

Algo en mí se tensa, pero intento ignorar ese pequeño destello de celos.

Estás olvidando tus sentimientos por él, me recuerdo.

Bunker y Foss, Foss y Bunker, se despiden; dejándonos a los tres solos. River sube a su habitación, pero decido que lo mejor es irme también.

— Yo también me retiro, es tarde y hoy prometí cenar con mi abuelo y Grisel.

— Te acompaño — dice Dagan tomando su chaqueta.

Asiento.

Estamos ya a unos pasos de la cabaña cuando recuerdo que mi gorro lo deje en la mesita de centro.

— Espera, olvide mi gorro.

Subo rápidamente las escaleras, y al abrir la puerta algo me cubre la cabeza y los ojos. Lo levanto para ver y River se encuentra sonriendo delante mío.

— Por poco lo olvidas — dice tocando la cima de mi cabeza.

No estoy ni a un poco de olvidarle, ni de cerca.

Y ya no me refería al gorro.

RAIN [Libro 1]Where stories live. Discover now