Capítulo 18.

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— ¿Por que no habíamos visto estas fotos antes abuelo? — pregunta Grisel.

Estamos los tres sentados en la mesa con un montón de fotos esparcidas. Hay fotos desde mis abuelos, mis padres y nosotras de pequeñas. Son tantos momentos que ya había olvidado que volver a recordarlos hace que mi corazón se estruje.

— Mira Brenna, aquí estás toda llena de tierra.

Grisel me pasa la foto y yo río al verme, desde mi ropa hasta mi cara con el ceño fruncido
me encuentro toda cubierta de lodo.

Recuerdo que ese día perseguíamos una rana y termine escondiéndome en un tronco.

Aún lo recuerdo.

— Recuerdo ese día.

— ¿Sí? — dice con tono de duda.

Asiento orgullosamente.

Mi abuelo sigue sacando fotos hasta que se detiene en una donde ambas estamos con mamá en el jardín que solía ser verde. No digo nada, solo cojo su mano dándole un apretón y él me lo devuelve con una media sonrisa. Me detengo en una foto de él, donde es mucho más joven con traje de comandante.

¿Fue comandante?

Estoy por preguntarle al respecto cuando tocan la puerta.

— ¡Voy! — Grisel se levanta con dirección a la puerta.

— Hola, ¿está Brenna?

Me giro con dirección a la puerta y ahí están, Dagan y River.

¿Qué hacen aquí?

— Adelante, pasen — mi hermana se hace a un lado y los deja entrar.

Hubo una ocasión en que se los presente a mi abuelo, pero nunca los había invitado a pasar.

¿Qué ocurrencia tramara Grisel?

— Hola gotita, buenas noches señor Reynald — saluda River.

— ¿Qué milagro que vienen por acá chicos?

— No habíamos tenido oportunidad — contesta Dagan rascándose la nuca.

— Tomen asiento, estamos reviviendo recuerdos.

Ambos se sientan y de la nada me pongo nerviosa.

¿Acaso es por qué no quiero que me vean de pequeña?

¿O por que traigo puestos pantaloncillos cortos y no quiero que vean mis piernas delgaduchas?

Disimuladamente jalo la cobija a cuadros con la que Grisel se cubría situándola sobre mis piernas.

— ¿Ustedes tienen fotos de cuando eran pequeños? — pregunta Grisel.

— Yo sí, bueno mi madre es quien las conserva — afirma Dagan, pero River sigue observando la mesa cubierta de las fotografías.

— ¿Y tú, River?

Dirijo mi mirada hacia Grisel intentando que capte mi mirada y termine con sus preguntas.

— Yo no, en realidad no tengo ninguna fotografía.

— ¿Tú familia... — mi abuelo la interrumpe.

— Grisel, acompáñame a servir un poco de tarta de moras para los chicos.

Ella asiente y sigue a mi abuelo, sé que su intención no era incomodar a River, pero a veces no se da cuenta de lo que dice, como yo.

RAIN [Libro 1]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant