Capítulo 42.

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Soy acariciada desde mi pelo, mejillas, párpados hasta mis labios. Froto mis ojos y los abro lentamente. Hay obscuridad a excepción de dos estrellas celestes mirándome.

— No quería despertarte.

Veo por encima de mi cabeza y veo la puerta de la camioneta, comienzo a descifrar mi alrededor y puedo ver que aún estamos en la jeep.

— ¿Aún no llegamos?

— Llegamos hace unas horas.

— Pero, ¿Y los chicos?

— En la cabaña.

Si habíamos llegado, ¿Qué hacíamos aquí acostados en el asiento trasero?

— Pero... — repito confundida.

— No parabas de llorar y cuando lo hiciste supe que era mejor dejarte dormir. Todos estuvieron de acuerdo de que me quedara aquí contigo.

Suelto un suspiro de alivio.

— No puedo olvidar lo que ocurrió, Gaia...

— Shhh, no pienses más en eso — toma mis mejillas —. Gaia siempre fue valiente, ella nunca les tuvo miedo. Ella nos dijo que la única manera de que la capturarían los militares iba a ser muerta. Y así fue, ella nos salvó. Estaré eternamente agradecido con ella.

— Estaremos. — Le corrijo.

Tomo sus manos que se encuentran sobre mis mejillas y froto sus nudillos.

— ¿Te duele?

— En este momento lo que menos me importa es mi cuerpo magullado por un grandulón.

— Deberíamos entrar — digo levantándome.

River me toma de los brazos y me acuesta a su lado.

— Quiero quedarme aquí contigo.

— No descansaras, el espacio es pequeño.

— Me gustan las cosas pequeñas.

River cierra los ojos y acaricio sus párpados. Me inclino hacia él y depósito un beso en sus labios.

River abre sus ojos iluminando el lugar.

— ¿No te lastimaste? ese desgraciado te golpeo.

— Estoy bien, ya casi no duele.

— No me hubieras dicho eso.

De un momento a otro pase de estar a lado de River, a estar debajo de él con sus labios sobre los míos.

Olvidar, olvidar.

Pero no puedo. Miles de imágenes de este día golpean en mi mente.

— ¿Qué es lo que vamos hacer ahora? — susurro contra su boca. — Lo he pensado y creo que deberíamos liberar a todos los chicos que vimos, y a los que se llevaron.

— ¿Te refieres a volver?

— No podemos dejarlo así como así.

— ¿Qué es lo que quieren de los rain? — suelta un suspiro. 

— Esa es otra de las razones, es mejor ir nosotros a ellos a que ellos vengan por nosotros.

Asiente. 

Me quedo mirándolo —: Al ver a todos ellos en esas cajas de cristal, no puedo decir que mi mamá siga viva. Creo que ella se fue hace mucho — pero no quise darme cuenta —. Y si fue a causa de los militares lo mínimo que puedo hacer es ayudar a todos los chicos, no sólo por mí, por nosotros, por Gaia.

River se inclina y reposa su frente contra la mía.

— Lo haremos.

Ambos guardamos silencio y solo siento su respiración chocar en la punta de mi nariz.

— ¿Qué piensas? — pregunto.

— En lo que pasara con nosotros, en Dagan...

Ahora yo suelto un suspiro y paso mis brazos a su alrededor.

— Estamos aquí ahora y no me veo huyendo o tú alejándote.

— En lo absoluto me veo alejándome.

— Sin embargo, creo que por ahora no deberíamos decir nada por todo lo que ha ocurrido.

— ¿Te preocupa como lo va a tomar Helena? — carraspea —¿Dagan?

Lo asimilo —: Un poco, sí.

— Cuando la situación este mejor hablaremos con ellos, Dagan lo entenderá más que nadie. Y no es tonto, sé que ya lo sabe.

River se acuesta a mi lado jalándome hacia su pecho.

— Estoy seguro de que todo saldrá bien.

No digo nada por que tengo miedo de que así no sea, sin embargo, lo abrazo y cojo su mano entrelazándola con la mía.

❃❁❃❁❃❁❃

Uno.

Dos.

Tres.

Son los besos que le robo a River mientras esta dormido. Mis piernas están entrelazadas con la suyas y me hace sonreír porque somos todo, menos dos personas que no están juntas.

Cuatro.

Cinco.

— Podría hacerme el dormido todo el día — susurra.

— ¿Estabas despierto? — doy un golpe en su pecho —. Anda levántate, tenemos que entrar.

River se estira pero se vuelve a acomodar de modo que queda su rostro escondido en mi cuello.

— No quiero.

— Eres como un bebé — ruedo los ojos

— Ya sabes. — lo siento sonreír contra mi cuello.

Me quito de su lado y sin dudarlo me pongo a ahorcajadas sobre él.

— ¡Vamos, vamos! ¡Arriba pequeño River! — lo muevo por los hombros.

— Gotita, quedémonos un rato más.

— No, levántate. — le ordeno.

River se levanta de repente y quedamos casi de la misma altura.

— Y dices que yo soy el bebé — acaricia mi cabello —. No me imagino como me despertaras en un futuro.

Futuro.

¿Él nos ve juntos en él?

Mi corazón se acelera al escuchar eso. Ahora puedo imaginarnos.

— Brenna...

— ¿Sí?

— Bájate — exige.

— ¿Ya te vas a levantar?

— No quiero, pero si sigues sobre mí otra cosa se...

Rápidamente me bajó de él con mi cara ardiendo. River, ríe y la lluvia ya está cayendo, de ahora en adelante esos dos sonidos juntos son mi canción favorita.

River abre la puerta y sale, enseguida ya se encuentra mojada. Estira su mano para entrelazar  sus dedos con los míos.

— Despiértame así siempre, ¿quieres?

— Eres un pervertido.

— Estaba bromeando Brenna — sonríe presumiéndome su hoyuelo —. Bueno no del todo, en verdad quiero que tú seas la que me despierte siempre.

RAIN [Libro 1]Where stories live. Discover now