Eternidad Compartida

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Por fin hemos llegado al centro comercial, es un poco grande, tiene dos pisos, en la planta baja están todas las tiendas de ropa, zapatos, accesorios etc, en la segunda planta está el área de comida, que por cierto es mi favorita, tiene unas deliciosas hamburguesas, que te hacen romper cualquier dieta. Por estar distraída no me di cuenta de lo que estaba hablando Jay, espero no se de cuenta.

-Entonces ¿Qué hacemos primero, preciosa?- dice mirándome con cara de interrogación.

-Emmm pues este - rasco un poco mi nuca y le digo con una ligera sonrisa- ¿Cuáles eran mis opciones?-

-¡Por dios, Gissel! ¿cuándo dejarás de ser tan distraída?- ríe para después darme un zape- había dicho que si primero íbamos de compras, después comemos y al final íbamos al spa para así ya salir relajadas y listas para mañana-

-Me parece perfecto lo que has dicho, entonces hagámoslo así-

Dicho esto emprendimos nuestro recorrido, pasamos por un montón de tiendas pero ninguna llenaba nuestras expectativas, tal vez éramos un poco exigentes pero era algo que en ciertas ocasiones nos ayudaba demasiado.

-¡Buah! No hay nada lindo en estas tiendas, ya sólo queda una por ver y no creo que tenga el vestido perfecto -dice una exesperada Jay.

-Tranquila, tenemos que tener esperanza, así que vamos, no perdamos tiempo que aún nos faltan los accesorios-

Emprendimos nuestro viaje a la última tienda. Estaba revisando en la sección juvenil y veo algo que llama la atención, veo un vestido negro con brillos, es de dos piezas, cuándo lo saco de dónde están los demás vestidos quedo maravillada al verlo, es hermoso, lo tomo y voy en busca de mi amiga para enseñárselo.

-¡Lo tengo!- decimos las dos al mismo tiempo.

-¿Qué has escogido, Jay? -

-Es un vestido color piel, tiene brillos y es perfecto - dice abrazándolo.

-El mío es negro de dos piezas que por cierto también tiene brillos- digo mientras le muestro el vestido.

-Esto es genial, iré a probarmelo, ven-

Nos dirigimos a los probadores, Jay entra y demora unos cuantos minutos, cuando sale quedo asombrada, el vestido le queda pintado, es una hermosura.

-¿Y bien? ¿Qué dices? - dice mientras se da un pequeña vuelta.

-Te queda más que perfecto, tienes que llevartelo sí o sí, es hermoso.

-Ay está bien, me lo llevo pero ahora entra tú, que quiero ver ese vestido-.

Entro al vestidor que está al lado, me enfundo en el vestido y antes de salir me miro en el espejo, me veo linda.

Miro a mi amiga al salir y no dice nada, esto me preocupa.

-¡¿QUÉ?! ESTÁS JODIDAMENTE HERMOSA, LLEVATELO, ES MÁS, DEJATELO PUESTO-

No puedo evitar soltar una carcajada -está bien, me lo llevo-.

Pasamos al mostrador y lo pagamos, al salir nos dirigimos a comprar los accesorios, decidimos en que solo serían unos aretes ya que los vestidos nos ayudan mucho con eso. Nos dirigimos a Moonlight, la tienda en dónde somos clientas frecuentes porque jamás nos fallan, pero hay algo que me llama la atención, es una tienda que está al lado de una zapatería, es raro ya que no la había visto, dejo de seguir a Jay y me dirijo hacia allá.
Cuando entro a la tienda siento el aire pesado, de seguro es mi imaginación, comienzo a recorrer los pasillos. Estaba viendo los anillos cuando siento que alguien se acerca.

-Hola, señorita, ¿Pérdida? - volteo a ver al chico, es pelinegro, como de 1.80 m, ojos negros y piel pálida.

-oh... disculpa, solo estaba viendo, ¿Quién eres tú?-

-Soy Ethan - se acerca un poco hacia mi peligrosamente.

-Pues un gusto, Ethan, sino te importa ya me tengo que ir, así que compermiso - escucho el pitido de mi celular, es un mensaje, en la pantalla puedo ver qué es de Jay.

-¿En dónde rayos te has metido, perra?

Levanto mi vista y el chico aún me sigue mirando, esto da miedo.

-Me tengo que ir-

-Hasta pronto, Gissel-

Al escuchar eso me da un escalofrío, ¿Cómo rayos sabe mi nombre? Nunca se lo dije..., Salgo lo más rápido que puedo y le mando un mensaje a Jay.

-Te veo en la sección de comidas, ya sabes en qué restaurante.

Me siento a esperarla con esa incomodidad de que alguien me vijila,  doy una pequeña revisión con la mirada hasta que llego a una mesa, ahí está el mismo chico de antes.

-¿En dónde te has metido?- dice una muy enojada Jay.

-Me distraje con algo pero no importa, muero de hambre-.

El día corrió con normalidad, al acabar de comer fuimos al spa, me relajé a más no poder, pero aún sigo teniendo ese sentimiento, fue raro lo de aquel chico.

Llegamos a casa, estaba muerta de cansancio, dejamos las compras en la sala y cada una se fue a su habitación.
Me di una ducha refrescante, y me metí a la cama, mis ojos pesaban, lo último que vi era un sombra cerca de la ventana...