24

4.9K 383 10
                                    

Después de la ceremonia o mejor dicho, después de la boda, fuimos a la casa por las maletas para poder irnos de luna de miel. Muero por quitarme este vestido, por qué sí, Asher no me dejó quitarmelo, dice que será hasta que lleguemos a nuestro destino, este chico a veces dice y hace cosas raras.

-¿Estás lista, cielo?- a un lado mío se encuentra Asher con una radiante sonrisa.

-Lo estaría si me hubieras dejado quitar este vestido, que es muy lindo y en serio me gusta pero no me siento cómoda andar por ahí con el-

-Es parte del encanto- sin más arranca el coche y emprendemos nuestro viaje que quien sabe a dónde me lleve.

-Por cierto, no me has dicho a dónde vamos, ¿Acaso me estás volviendo a secuestrar, Asher?- volteo a mirarlo con la ceja levemente alzada y una sonrisa de medio lado.

-Es secreto hacía dónde vamos, además, ¿Qué manera más romántica que volver a recrear la escena de cuándo nos conocimos?-

-Claro, solo que ahora no estoy encadenada y llorando-

-He perfeccionado algunos detalles-

-Vamos, si iremos a nuestra luna de miel al menos merezco saber a qué lugar iremos-

-Ya te lo dije, es secreto, no arruines la magia-

-Está bien, ya me callo- acomodo el asiento para que quede como si estuviera acostada, cierro los ojos y relajo mi cuerpo, presiento que será un viaje largo.

«»

A lo lejos escucho unos ligeros aplausos, ¿En dónde estoy?, Observo lentamente a mi alrededor, estoy en algún patio de algún instituto.

-Felicidades a los novios- me giro ante aquella voz y es él, Ethan.

-¿Qué dominios quieres, Ethan? Déjame en paz-

-Uy, al parecer a alguien no le va bien la vida de casa y eso que no llevas ni un día-

-Jodete-

-No nos pongamos violentos, solo venía a saludarte-

-Una persona como tú no molesta a los demás solo para venirlos a saludar, ya dime de una vez por todas qué demonios quieres- veo como se acerca lentamente.

-Tienes razón, solo vengo a dar un aviso, ten cuidado con lo que dices de nuestras reuniones secretas, no querrás que tu querida Jay sufra las consecuencias ¿No? Sé que le dijiste que nos vemos en tus sueños y realmente haz hecho muy mal, creí que era algo solo de nosotros pero fallaste mi confianza, de ahora en adelante ni una sola palabra a nadie, ¿Me entendiste pequeña?-

-¿Cómo sé que no les harás daño de todos modos?-

-Eso depende de ti, te lo advertí- pone su mano alrededor de mi cuello, haciendo su amarre aún más fuerte- hasta luego, mi pequeña- todo se vuelve a tornar negro y siento como el aire poco a poco se va acabando.

«»

-Cariño, despierta- siento como me mueven lentamente mi hombro, me reincorporo rápidamente en mi asiento y pongo mis manos en mi cuello, aún tengo la sensación de sus manos- ¿Estás bien? Tardaste mucho en responder, además estabas sudando y digamos que eso no es muy normal- la preocupación se nota en su voz y dudo en decirle la verdad, no quiero poner a nadie en riesgo y menos a él.

-Estoy bien, de seguro quedé muy dormida y por eso no te escuché- doy mi mejor sonrisa para que no sospeche de que sucede algo más, no lo noto muy convencido pero deja el tema.

-En fin, hemos llegado al aeropuerto, baja del auto- me ofrece su mano, acepto su ayuda ya que gracias a este vestido mis movientos están limitados.

-¿Me harás pasar por todo el aeropuerto en vestido?- lo digo un tanto preocupada.

-No sería mala idea pero no, el consejo nos ha regalado un avión privado solo para nosotros dos- toma mi mano y caminamos hasta la pista. No muy lejos se ve el avión, una señorita nos recibe y se encarga de nuestro equipaje.

Una vez adentro me quito los tacones y me acuesto en los asientos.

-¿Me darás una pista?-

-Incluye sol y días agradables-

-Eso no ayuda, en la mayoría de los lugares hay sol y son agradables-

-Es lo que hay, ahora solo relájate que el trayecto será aún más largo de lo que fue en coche-

-Emm...este...me preguntaba, si quieres claro-

-¿Qué?- me mira con una sonrisa tierna.

-Venir a mi lado-

-Sabes que sí- se levanta de su asiento, me acomodo mejor para que el pueda recostarse a mi lado- te amo- siento como mis mejillas se tornan rojas y mi rostro se llena de felicidad.

Me recuesto sobre su pecho- digamos que yo también te amo- y sin más, vuelvo a dormir.










«»

-Emm disculpen, señores Lloyd, hemos llegado al destino- siento mis ojos aún pesados por el sueño, me levanto y estiro mis brazos, que buen sueño me he echado.

Bajamos del avión, Asher me alcanza y toma mi mano, me da un ligero apretón y subimos al carro. No pasó mucho tiempo para llegar a la pequeña cabaña en la que estaríamos, porque sí, estamos en una playa.

-Supongo que ya sabes en dónde estamos así que me ahorraré las palabras al decirte que estamos en la playa-

-Adoro la playa así que hiciste lo correcto en elegir este lugar pero primero lo primero, me quiero quitar este vestido, ya no lo aguanto-

-¿Quieres que te ayude, preciosa?- dice con una sonrisa pícara, no puedo evitar seguirle el juego.

-Sabes que sí, hasta me puedes quitar algo más-

-Y luego el pervertido soy yo, vamos, te mostraré la habitación-

Entramos a la habitación y me quedo sorprendida, es muy linda, tienes unos ventanales enormes, las paredes son de color melón claro, hay un pequeño guardaropa en la esquina, unos cuadros y la cama...

-Ven- toma mi cintura y comienza a dejar un camino de pequeños besos, desde mi hombro hasta el cuello.

-Asher...¿Qué haces?-

-Quitandote el vestido-

-¿De esta forma?- echo mi cuello hacia atrás dándole más espacio.

-Es una manera muy rápida- sus besos van subiendo por mi mentón hasta que llegan a mis labios, son tan cálidos y llenos de lujuria. ¿Qué demonios? Aún no, necesito pararlo ahora, después será demasiado tarde. Me alejo de él y corro al baño. Escucho como ríe.

-Para la próxima no te salvas, cielo-

Eternidad CompartidaWhere stories live. Discover now